La Iglesia Católica nos enseña que Cristo nuestro Señor, plenitud de la revelación, mandó a los apóstoles a predicar el evangelio como fuente de toda verdad salvadora y de toda norma de conducta, comunicándoles así los bienes divinos: el Evangelio prometido por los profetas, que el mismo cumplió y promulgó con su boca.
La transmisión del evangelio, según el mandato del Señor, se hizo de dos maneras:
Oralmente: Los apóstoles, con su predicación, sus ejemplos, sus instrucciones, transmitieron de palabra lo que habían aprendido de las obras y palabras de Cristo y lo que el Espíritu Santo les enseñó.
Por escrito: Los mismos apóstoles y otros de su generación pusieron por escrito el mensaje de la salvación inspirados por el Espíritu Santo.
A la transmisión de forma oral la llamamos “Sagrada Tradición” y a la transmisión de forma escrita la llamamos “Sagrada Escritura”. Ambas están íntimamente unidas y compenetradas, porque surgiendo ambas de la misma fuente, se funden en cierto modo y tienden a un mismo fin.
Es frecuente sin embargo, escuchar de hermanos cristianos de otras denominaciones afirmar que la única norma de fe debe ser solamente la Sagrada Escritura, y en algunos casos llegan a afirmar que Cristo condenó la tradición. Dicha doctrina es conocida como sola Scriptura (Solo la Biblia como única norma de fe). Para profundizar en este tema he querido realizar este estudio.
Definición de Tradición
Podemos entender por Tradición la transmisión de creencias, enseñanzas y prácticas tanto por medios escritos como por medios orales
La tradición en la Biblia
Ante todo deberíamos preguntarnos, ¿Qué dice la Biblia de la tradición?, porque si como hemos planteado, ambas se complementan y forman parte de la misma revelación, debería en la Escritura haber un apoyo a este argumento. Profundicemos entonces sobre este punto:
Según la escritura hay tradiciones “humanas” y tradiciones de la Iglesia. Veamos las referencias que nos da la Biblia a cada una de ella
Tradiciones humanas
Cristo condenó el hecho de colocar tradiciones humanas sobre el mandato de Dios:
“Y al ver que algunos de sus discípulos comían con manos impuras, es decir no lavadas, – es que los fariseos y todos los judíos no comen sin haberse lavado las manos hasta el codo, aferrados a la tradición de los antiguos, y al volver de la plaza, si no se bañan, no comen; y hay otras muchas cosas que observan por tradición, como la purificación de copas, jarros y bandejas -. Por ello, los fariseos y los escribas le preguntan: «¿Por qué tus discípulos no viven conforme a la tradición de los antepasados, sino que comen con manos impuras?» El les dijo: «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, según está escrito: = Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. = En vano me rinden culto, ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres. = Dejando el precepto de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres.» Les decía también: «¡Qué bien violáis el mandamiento de Dios, para conservar vuestra tradición! Porque Moisés dijo: = Honra a tu padre y a tu madre = y: = el que maldiga a su padre o a su madre, sea castigado con la muerte. = Pero vosotros decís: Si uno dice a su padre o a su madre: “Lo que de mí podrías recibir como ayuda lo declaro Korbán – es decir: ofrenda -“, ya no le dejáis hacer nada por su padre y por su madre, anulando así la Palabra de Dios por vuestra tradición que os habéis transmitido; y hacéis muchas cosas semejantes a éstas.»” Marcos 7,2-13
El evangelio de Mateo en el capitulo 15,1-9 se nos narra lo mismo.
Estas tradiciones eran enseñanzas humanas, a los cuales los fariseos se aferraban, como lavarse las manos antes de comer, la purificación de los objetos, incluso utilizaban excusas para librarse de la obligación de sostener a sus padres. Por eso Pablo las llama tradiciones humanas “según los elementos del mundo y no según Cristo”:
“Mirad que nadie os esclavice mediante la vana falacia de una filosofía, fundada en tradiciones humanas, según los elementos del mundo y no según Cristo.” Colosenses 2,8
Pablo distingue estas tradiciones “según el mundo”, de las tradiciones de la Iglesia basadas en la enseñanza de Cristo, y por eso la aclaración: “y no según Cristo” (Es muy importante notar esta aclaración porque revela que hay otro tipo de tradiciones que si son según Cristo). De este tipo de tradiciones hablaremos a continuación:
Tradiciones de la Iglesia
Hay otro conjunto de tradiciones que Pablo por el contrario no condena y manda a mantener:
“Os alabo porque en todas las cosas os acordáis de mí y conserváis las tradiciones tal como os las he transmitido.” 1 Corintios 11,2
“Así pues, hermanos, manteneos firmes y conservad las tradiciones que habéis aprendido de nosotros, de viva voz o por carta.” 2 Tesalonicenses 2,15
“Hermanos, os mandamos en nombre del Señor Jesucristo que os apartéis de todo hermano que viva desordenadamente y no según la tradición que de nosotros recibisteis” 2 Tesalonicenses 3,6
Del análisis objetivo de los pasajes anteriores, podemos concluir que hay dos tipos de tradiciones, las tradiciones humanas que hay que rechazar, según los elementos del mundo y no según Cristo, y las tradiciones apostólicas que hay que mantener porque son la misma enseñanza de Cristo que es transmitida, y entregada de generación en generación de dos formas, como lo dice Pablo en 2 Tesalonicenses 2,15: “de viva voz”, para referirse a la tradición oral, o de forma escrita o “por carta” para referirse a las escrituras.
Paradosis. Palabra griega utilizada en la Biblia para tradición
Una evidencia clara de esto, es que la palabra griega utilizada en todos los pasajes anteriores es “paradosis” que significa literalmente “tradición”. En Mateo 15,2 y Colosenses 2,8 es utilizada para describir tradiciones malas y opuestas a la voluntad de Dios, pero en 1 Corintios 11,2 y 2 Tesalonicenses 2,15; 3,6 (todos citados anteriormente) es utilizada para describir tradiciones enteramente buenas y provenientes de la enseñanza de Cristo. Esto siempre debe ser tenido en cuenta para el análisis de la utilidad y conveniencia de la tradición.
En muchas traducciones no-católicas de la Biblia, como la Reina Valera, en los pasajes donde “paradosis” se utiliza para significar tradiciones humanas, es traducida esta palabra como “tradición”, pero en los pasajes en que se utiliza para significar tradiciones buenas, es sustituida por palabras como “doctrinas” o “instrucciones”. Esto es incorrecto ya que existe una palabra griega diferente para doctrinas y es “didaché”. La prueba de que los traductores de la Reina-Valera lo saben es que esta palabra (didaché) es utilizada en Marcos 7,7 y allí si la traducen como doctrinas. En Marcos 7,5 aparece la palabra “paradosis” y ellos la traducen allí correctente como “tradición”.
De todos modos, en virtud de que las palabras tradición pudieran considerarse en algún modo sinónimo de doctrina, pero ¿Por qué cuando se refiere a los hombres colocan “tradición”, y cuando se refiere a la enseñanza apostólica usan “doctrina”? Esto suena raro, ¿por qué no dejar en ambos casos “tradición” si así va más acorde al texto griego?
Parece haber un énfasis en tratar de que los lectores asocien tradición con algo malo proveniente del hombre y doctrina con algo bueno proveniente de la enseñanza apostólica, cosa que claramente no es así, ya que lo que hace malo en sí una doctrina o tradición es su origen y contenido. Esto puede confirmarse por la misma tradición Reina-Valera donde se puede ver que la palabra doctrinas también se pueden referir a tradiciones que no vienen de Dios.
“(Las cuales cosas son todas para destrucción en el uso mismo), en conformidad á mandamientos y doctrinas de hombres?” Colosenses 2,22 (Reina-Valera)
“EMPERO el Espíritu dice manifiestamente, que en los venideros tiempos alguno apostatarán de la fe escuchando á espíritus de error y á doctrinas de demonios;” 1 Timoteo 4,1 (Reina-Valera)
“No seáis llevados de acá para allá por doctrinas diversas y extrañas; porque buena cosa es afirmar el corazón en la gracia, no en viandas, que nunca aprovecharon á los que anduvieron en ellas.” Hebreos 13,9 (Reina-Valera) “
Concluyendo, la tradición NO ES MALA, ya que estas son doctrinas que son transmitidas, pasando de mano e mano, de persona en persona (esa es la diferencia exacta con doctrina, y es que las tradiciones son doctrinas y enseñanzas que se “transmiten”). En ese sentido habrá tradiciones enteramente buenas que son “según Cristo” y tradiciones “humanas” que están fundadas en los elementos del mundo.
Validez de la Tradición Oral
Una vez ya haciendo la diferenciación entre tradiciones humanas y tradiciones de la Iglesia, profundizaremos ahora en la validez que tiene la tradición como parte de la revelación del evangelio:
Una palabra griega afín a tradiciones es “paradidomi” cuyo significado es “entregar”, “transmitir” y es utilizada al menos siete veces para hacer referencia a tradiciones cristianas:
“Puesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado entre nosotros, tal como nos las han transmitido los que desde el principio fueron testigos oculares y servidores de la Palabra,” Lucas 1,1-2
Lucas afirma que estas tradiciones que han ido siendo trasmitidas, eran narraciones fiables de testigos oculares. Estas tradiciones, como ya hemos visto en pasajes como 2 Tesalonicenses 2,15 eran también orales “de viva voz”, y no por eso eran considerado menos confiables:
“Porque yo recibí del Señor lo que os he transmitido: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan, después de dar gracias, lo partió y dijo: «Este es mi cuerpo que se da por vosotros; haced esto en recuerdo mío.»” 1 Corintios 11,23-24
En el pasaje anterior, Pablo no explica detalladamente como hacer la fracción del pan, simplemente les recuerda lo que ya les ha transmitido oralmente, y les da exhortaciones y recomendaciones finales a este respecto.
Por esta razón, Pablo aclara que el transmite lo que antes el ha recibido:
“Porque os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras” 1 Corintios 15,3
En el pasaje anterior vemos como se unen la tradición y la escritura en una sola revelación, y por eso la tradición no puede contradecir la escritura y la escritura no contradice la tradición.
Otros pasajes donde vemos claramente como la enseñanza de Cristo ha sido transmitida a la Iglesia los tenemos en:
“Queridos, tenía yo mucho empeño en escribiros acerca de nuestra común salvación y me he visto en la necesidad de hacerlo para exhortaros a combatir por la fe que ha sido transmitida a los santos de una vez para siempre.” Judas 3
“Pues más les hubiera valido no haber conocido el camino de la justicia que, una vez conocido, volverse atrás del santo precepto que le fue transmitido.” 2 Pedro 2,21
Incluso hay pasajes donde queda de manifiesto la preferencia de Juan de transmitir el evangelio de forma oral en vez de forma escrita:
“Aunque tengo mucho que escribiros, prefiero no hacerlo con papel y tinta, sino que espero ir a veros y hablaros de viva voz, para que nuestro gozo sea completo.” 2 Juan 12
Nuevamente en el pasaje anterior, Juan también (al igual que Pablo) utiliza la expresión “de viva voz” para referirse a la transmisión del mensaje del evangelio en forma oral. Es importante notar que Juan no está diciendo que quiere ir a explicarles la carta; para él es más importante la enseñanza que les pueda dar oralmente que lo que ellos lean de sus cartas. Sabe que con su predicación oral el gozo del pueblo será completo. Ellos estaban concientes de que Jesús los mandó fue a predicar no a escribir (Mateo 28,20), de aquí que sólo cinco discípulos se decidieran a escribir: Pedro, Juan, Santiago el menor, Judas y Mateo, mientras que TODOS los doce predicaban sin papel.
Esto también lo vemos reflejado en la solicitud de Pablo hacia Timoteo sobre aquello que escuchó (forma oral) de él, de transmitirlo a hombres fieles y capaces, que a su vez puedan instruir a otros.
“y cuanto me has oído en presencia de muchos testigos confíalo a hombres fieles, que sean capaces, a su vez, de instruir a otros.” 2 Timoteo 2,2
Otra palabra griega utilizada en la Biblia relacionada con la tradición de la Iglesia es “paralambano” que significa “recibido”. Esta palabra aparece al menos siete veces en relación con la tradición cristiana y apostólica:
“Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os prediqué, que habéis recibido y en el cual permanecéis firmes, por el cual también sois salvados, si lo guardáis tal como os lo prediqué… Si no, ¡habríais creído en vano!” 1 Corintios 15,1-2
Es importante notar en este pasaje que la transmisión de este mensaje era no solo en forma escrita, sino en forma oral, era un evangelio predicado: “Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os prediqué”
Y es por eso que los primeros cristianos acogieron esta predicación apostólica, no como enseñanzas humanas (a pesar que eran predicadas por hombres) sino como palabra de Dios misma:
“De ahí que también por nuestra parte no cesemos de dar gracias a Dios porque, al recibir la Palabra de Dios que os predicamos, la acogisteis, no como palabra de hombre, sino cual es en verdad, como Palabra de Dios, que permanece operante en vosotros, los creyentes.” 1 Tesalonicenses 2,13
Otra vez vemos como la palabra de Dios era “predicada”. Y esto tenía que ser así ya que para este punto no existía todavía lo que hoy conocemos como nuevo testamento. Se estima que el evangelio de Marcos fue el primero en ser escrito entre los años 65-75 d.C., el evangelio de Mateo entre el 64-110 d.C., el evangelio de Lucas luego del 70 d.C., y el evangelio de Juan probablemente entre el 95-100 d.C. Esto sin contar que el canon del nuevo testamento fue determinado en el 397 d.C. Aún después de esto, la predicación oral era ampliamente utilizada, ya que transcribir una Biblia podía tomar de 10 a 20 años del trabajo de una persona, lo que significaba un costo inmenso. Recordemos que la imprenta fue solo inventada en 1540 por Johann Gutenberg.
No todo está en la Biblia
Hemos visto la importancia que tiene la tradición oral como complemento de la tradición escrita. Este complemento se debe a que la misma Biblia palabra de Dios, afirma que no todo quedó escrito:
“Hay además otras muchas cosas que hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que ni todo el mundo bastaría para contener los libros que se escribieran.” Juan 21,25
Si analizamos, las otras cosas que hizo Jesús y no están en la Biblia, la enseñaban los Apóstoles oralmente en sus predicaciones. ¿Acaso esto no era importante para las primeras comunidades cristianas? ¿O cuando se escribieron estos libros despreciaron la enseñanza por la lectura? ¿Y si leían estos textos, no eran los apóstoles quienes la explicaban?
Y precisamente por eso Pablo manda a examinarlo todo y retener lo bueno:
“examinadlo todo y quedaos con lo bueno.” 1 Tesalonicenses 5,21
El pasaje anterior es más que claro. Si Pablo hubiera creído en la Sola Scripturahubiera escrito que examinásemos solo lo que dicen las escrituras, pero eso no es lo que Pablo escribió.
Argumentos generalmente utilizados para apoyar la sola Scriptura
Analizaremos los argumentos que muchos de nuestros hermanos de otras denominaciones utilizan para apoyar la sola Scriptura:
“Jesús realizó en presencia de los discípulos otras muchas señales que no están escritas en este libro. Estas han sido escritas para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre.” Juan 20,30-31
El pasaje anterior es utilizado con cierta frecuencia para afirmar que si bien es cierto que en la Biblia no sale todo, si está todo lo necesario para la salvación.
Ante todo hay que notar que el pasaje habla de “este libro”, el evangelio de Juan, por lo que interpretar el pasaje de este modo, significaría dejar fuera enseñanzas importantes como el Padre Nuestro (Mateo y Lucas), la infancia de Jesús (Mateo y Lucas), la última cena (Mateo, Marcos y Lucas), etc. Este pasaje no está indicando que solo lo que esté allí nos sirva para hacer tratados doctrinales sobre religión, sino solamente mostrarles a los judíos que Jesús es el Mesías. Este es el primer paso para salvarnos, ya que la salvación es recibida por medio de la fe, pero solo la fe no nos salvará, pues hasta los demonios saben que Jesús es el Mesías:
“¿Tú crees que hay un solo Dios? Haces bien. También los demonios lo creen y tiemblan.” Santiago 2,19
Otro pasaje muy utilizado para apoyar la sola Scriptura es el siguiente:
“Tú, en cambio, persevera en lo que aprendiste y en lo que creíste, teniendo presente de quiénes lo aprendiste, y que desde niño conoces las Sagradas Letras, que pueden darte la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para argüir, para corregir y para educar en la justicia; así el hombre de Dios se encuentra perfecto y preparado para toda obra buena.” 2 Timoteo 3,14-17
Pero el pasaje anterior no apoya la Sola Scriptura, sencillamente le da el valor que tiene a la Escritura, “palabra de Dios escrita”. Si estudiamos el pasaje con cuidado veremos que afirma que es útil para enseñar, que es lo que enseña la Iglesia. Esto es muy diferente a afirmar que es lo único útil para enseñar, o que es la única regla de fe, como afirma la sola Scriptura.
Es importante notar también que el Apóstol hace aquí referencia a las Escrituras que Timoteo había aprendido en su infancia. Una buena parte del Nuevo Testamento no fue escrito en su niñez: algunas de las Epístolas Católicas ni tan siquiera había sido escritas cuando San Pablo escribió esto, y ninguno de los libros del Nuevo Testamento estaban puestos entonces en el canon de los libros de la Escritura. El se refiere, entonces, a las Escrituras del Antiguo Testamento, y si el argumento de este pasaje probara algo, probaría demasiado, a saber, que las Escrituras del Nuevo Testamento no eran necesarias para la regla de fe.
Un argumento que también es utilizado lo tenemos en:
“En esto, hermanos, me he puesto como ejemplo a mí y a Apolo, en orden a vosotros; para que aprendáis de nosotros aquello de «No propasarse de lo que está escrito» y para que nadie se engría en favor de uno contra otro.” 1 Corintios 4,6
Pero basta leer el contexto para entender que todo el pasaje es una exhortación ética para evitar el orgullo, la arrogancia y el favoritismo, pero en ningún momento implica que la palabra escrita sea una especie de patrón global sobre el cual solo y exclusivamente hay que regirse, despreciando la tradición o enseñanza oral. Recordemos que si la interpretación de este pasaje es como lo quieren dar a entender, entonces estaríamos nuevamente ante una doctrina de solo Antiguo Testamento, ya que es a lo que Pablo está haciendo referencia, ya que como hemos visto, en este punto no estaba establecido el canon del nuevo testamento.
En resumen, dicha interpretación para apoyar la sola Scriptura falla por las siguientes razones:
Primero, el contexto es claramente acerca de aspectos éticos. No podemos transgredir, yendo más allá, los preceptos de la Escritura en lo concerniente a las relaciones personales. Esto no prohíbe la discusión de aspectos éticos fuera de lo que aparece en la Escritura (la cual por sí misma no puede tratar posiblemente todas las disputas o discusiones posibles sobre ética);
Segundo, porque como ya hemos visto, si “lo que está escrito” se refiere a escritura, se refiere solo al antiguo testamento, cosa que no apoya en ninguna manera la sola Scriptura.
Argumentos menos serios para apoyar la sola Scriptura, consisten en citar pasajes de los Evangelios en donde Jesús al ser interrogado por sus enemigos sobre algún punto de la doctrina les responde centrando la atención en algún pasaje del Antiguo Testamento, como por ejemplo Lucas 4,1-12. Esta clase de versículos se pueden usar válidamente para probar que el Antiguo Testamento tiene autoridad doctrinal; pero no pueden ser usados para probar la sola scriptura, puesto que Jesús no dice que solamente el Antiguo Testamento tiene autoridad doctrinal (nuevamente estaríamos ante una doctrina de “solo Antiguo Testamento”)
Cuando Jesús cita el Antiguo Testamento para probar una doctrina particular, muestra solamente que consideró que esa doctrina podía ser probada por tal pasaje del Antiguo Testamento. No que El consideró que toda la Doctrina puede ser probada por el Antiguo Testamento o por la Escritura en general. Por esto no es sorprendente ver que Jesús también responde a sus enemigos apelando a su propia autoridad o a otras fuentes fuera de la Escritura:
“El les dijo: «¿Conque también vosotros estáis sin inteligencia? ¿No comprendéis que todo lo que de fuera entra en el hombre no puede contaminarle, pues no entra en su corazón, sino en el vientre y va a parar al excusado?» – así declaraba puros todos los alimentos -.” Marcos 7,18-19
Este es uno de tantos ejemplos donde Jesús también enseña cosas con su propia autoridad, y cosas que no estaban escritas ni reveladas todavía.
A pesar de todo esto, es frecuente ver defensores de la sola Scriptura utilizar pasajes donde Jesús cita el Antiguo Testamento para probar una doctrina individual, como si esto probase que por esto la Escritura es capaz de darle validez a todas las doctrinas.
Pasemos ahora al siguiente argumento:
“Yo advierto a todo el que escuche las palabras proféticas de este libro: «Si alguno añade algo sobre esto, Dios echará sobre él las plagas que se describen en este libro. Y si alguno quita algo a las palabras de este libro profético, Dios le quitará su parte en el árbol de la Vida y en la Ciudad Santa, que se describen en este libro.»” Apocalipsis 22,18-19
Este pasaje es frecuentemente malinterpretado para dar a entender que no se debe agregar nada a la enseñanza de la Biblia, pero si esta interpretación es correcta, basta decir que nadie de libraría de dichas plagas.
Ante todo hay que tener claro que el pasaje habla de “este libro”, lo que significa que se refiere al libro del Apocalipsis, y no a la totalidad de la Biblia. Cuando un autor bíblico quiere hacer referencia a un libro en particular, se refiere a él como Juan lo hace aquí, o como lo hace en Juan 20,30.
Por eso, hay que reconocer la diferenciación que la Biblia hace del término “escritura” en singular (Hechos 1,16; 1 Corintios 1,19.31; 2,9; Gálatas 3,8.10.13; 4,22.27.30; Hebreos 11,5; 2 Timoteo 3,16 entre muchos otros) para referirse a un libro en particular, al termino “escrituras” en plural (Hechos 13,27; 17,2.11; 18,24.28; 1 Corintios 15,3.4; 2 Pedro 3,16) para referirse a la totalidad de las escrituras.
Lo que realmente dice el pasaje es el peligro que existe de adulterar el contenido del libro del Apocalipsis, más no quiere decir que solo deba enseñarse lo que en ese libro o en la totalidad de las escrituras en último caso
Scoth Hann, antiguo ministro evangélico, autor del libro “Roma dulce hogar”, cuenta, que inició su acercamiento al catolicismo, cuando un estudiante le hizo el siguiente cuestionamiento: “Si la Biblia es la única norma de fe, entonces la Biblia misma debería decir que ella es la única norma de fe, de lo contrario, el principio de la sola Scriptura se refuta a sí mismo”. Posteriormente Scoth cuenta que estuvo dándole vueltas al asunto, incluso consultó numerosos colegas de otras Iglesias, y no pudo encontrar razones verdaderamente válidas para apoyar su doctrina, ya que sencillamente, no hay nada en la Biblia que diga que solo la Biblia debe ser la única norma de fe y excluir la enseñanza oral de la Iglesia. Luego de una intensa lucha espiritual, Scoth Hann terminó abrazando a la madre Iglesia.
¿Quién tiene la autoridad de interpretar la Biblia?
El catecismo de la Iglesia Católica nos enseña que la revelación del evangelio contenida en la Sagrada Escritura y la Sagrada Tradición ha sido confiada a la Iglesia:
CIC 84 “El depósito sagrado” (cf. 1 Tm 6,20; 2 Tm 1,12-14) de la fe (depositum fidei), contenido en la Sagrada Tradición y en la Sagrada Escritura fue confiado por los apóstoles al conjunto de la Iglesia. “Fiel a dicho depósito, el pueblo cristiano entero, unido a sus pastores, persevera siempre en la doctrina apostólica y en la unión, en la eucaristía y la oración, y así se realiza una maravillosa concordia de pastores y fieles en conservar, practicar y profesar la fe recibida” (DV 10).
Solo ella tiene la última palabra en cuanto a interpretación autentica de la palabra de Dios:
CIC 85 “El oficio de interpretar auténticamente la palabra de Dios, oral o escritura, ha sido encomendado sólo al Magisterio vivo de la Iglesia, el cual lo ejercita en nombre de Jesucristo” (DV 10), es decir, a los obispos en comunión con el sucesor de Pedro, el obispo de Roma.
No significa esto que el magisterio de la Iglesia esté por encima de la palabra de Dios:
CIC 86 “El Magisterio no está por encima de la palabra de Dios, sino a su servicio, para enseñar puramente lo transmitido, pues por mandato divino y con la asistencia del Espíritu Santo, lo escucha devotamente, lo custodia celosamente, lo explica fielmente; y de este único depósito de la fe saca todo lo que propone como revelado por Dios para ser creído” (DV 10).
Muchas veces vemos hermanos cristianos de otras denominaciones afirmar que la enseñanza de Iglesia no es infalible mientras que la Biblia si, pero es la misma Biblia la que afirma que la Iglesia es fundamento de la verdad (he aquí la gran contradicción en que se encuentran):
“pero si tardo, para que sepas cómo hay que portarse en la casa de Dios, que es la Iglesia de Dios vivo, columna y fundamento de la verdad.” 1 Timoteo 3,15
Y esto es posible, ya que la Iglesia está sostenida por la promesa de Cristo de ser guiada a la verdad completa:
“Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir.” Juan 16,13
La Iglesia está sostenida por el auxilio del Espíritu Santo y por la promesa de Cristo de que las fuerzas del mal no prevalecerían sobre ella, por lo cual su enseñanza no puede corromperse:
“Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.” Mateo 16,18
Y es por eso que al escuchar los apóstoles y a sus legítimos sucesores escuchamos la enseñanza de Cristo mismo:
“«Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado.»” Lucas 10,16
Ya que su autoridad proviene de Cristo:
“Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío.»” Juan 20,21
Por eso la Biblia nos exhorta a la sujeción:
“Obedeced a vuestros dirigentes y someteos a ellos, pues velan sobre vuestras almas como quienes han de dar cuenta de ellas, para que lo hagan con alegría y no lamentándose, cosa que no os traería ventaja alguna.” Hebreos 13,17
En este sentido Pedro nos exhorta a no caer en la tentación de querer interpretar la escritura por cuenta propia:
“Pero, ante todo, tened presente que ninguna profecía de la Escritura puede interpretarse por cuenta propia; porque nunca profecía alguna ha venido por voluntad humana, sino que hombres movidos por el Espíritu Santo, han hablado de parte de Dios” 2 Pedro 1,20-21
Por eso en el pasaje siguiente, vemos a Pedro alertarnos sobre lo difíciles de interpretar que pueden ser algunos pasajes de las escrituras, que pueden hacernos naufragar en la fe. Nos exhorta a permanecer firmes y no ser arrastrados por esta tentación que querer imponer la propia interpretación de la Biblia, a la interpretación de la Iglesia:
“La paciencia de nuestro Señor juzgadla como salvación, como os lo escribió también Pablo, nuestro querido hermano, según la sabiduría que le fue otorgada. Lo escribe también en todas las cartas cuando habla en ellas de esto. Aunque hay en ellas cosas difíciles de entender, que los ignorantes y los débiles interpretan torcidamente – como también las demás Escrituras – para su propia perdición. Vosotros, pues, queridos, estando ya advertidos, vivid alerta, no sea que, arrastrados por el error de esos disolutos, os veáis derribados de vuestra firme postura.” 2 Pedro 3,15-16
Consecuencias de la Interpretación privada de la Biblia
Luego de que Martín Lutero, en la reforma, proclamara la libre interpretación de la Biblia, se ha generado un conjunto de divisiones en el cuerpo de Cristo como nunca se vio antes durante 1500 años. Hoy por hoy tenemos más de 28.000 denominaciones cristianas diferentes, y cuyas doctrinas no coinciden en puntos de doctrinas sumamente importantes. He aquí unos cuantos ejemplos:
Respecto a la salvación, los evangélicos pentecostales creen que la salvación puede perderse, mientras que los evangélicos bautistas lo niegan rotundamente.
Respecto al bautismo, los evangélicos metodistas y Presbiterianos bautizan niños, lo que los bautistas rechazan. La denominación llamada “Los Discípulos de Cristo” aun habiendo sido bautizados por un pastor bautista, difieren con la doctrina bautista enseñando que el bautismo da remisión de pecados, lo que los bautistas niegan. Los episcopalianos también bautizan niños, diferenciándose también de los bautistas.
Respecto a la presencia real de Cristo en la Eucaristía (significado de la fracción del pan) los evangélicos luteranos la aceptan, mientras que las Iglesias Calvinistas niegan.
Los adventistas del séptimo día guardan el sábado e vez del domingo y afirman que todas las demás denominaciones están en plena infracción de la ley divina.
Entre los frutos más recientes de estas divisiones tenemos a los mormones, que afirman que Adán es el único Dios con el que tenemos que tratar los habitantes de este planeta, y los testigos de Jehová que niegan la divinidad de Cristo y la Trinidad.
Estos son solo algunos ejemplos, la lista sería interminable y definitivamente esta no es la unidad que nos exige la escritura:
“Os conjuro, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que tengáis todos un mismo hablar, y no haya entre vosotros divisiones; antes bien, estéis unidos en una misma mentalidad y un mismo juicio.” 1 Corintios 1,10
Y el hecho de que las denominaciones que proclaman la sola Scriptura se hayan dividido en forma tan alarmante, prueba inequívocamente que la doctrina de la sola Scriptura está equivocada, ya que de nada nos sirve una Biblia infalible, sin un magisterio infalible de la Iglesia que pueda interpretarlo.
La consecuencia de esta desunión, es que el mundo no cree en Cristo, ya que la unidad entre los cristianos sería la señal para el mundo de que Jesús es el hijo de Dios:
“No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí.” Juan 19,20-23
Conclusión
La revelación del evangelio, que hemos recibido de nuestro Señor Jesucristo, está contenida tanto en la Sagrada Escritura (palabra de Dios escrita) como en la Sagrada Tradición (palabra de Dios hablada). Ambas se complementan y no pueden contradecirse.
Es necesario por último señalar que la Sagrada Tradición de la que aquí hablamos es la que viene de los apóstoles y transmite lo que estos recibieron de las enseñanzas y del ejemplo de Jesús y lo que aprendieron por el Espíritu Santo. En efecto, la primera generación de cristianos no tenía aún un Nuevo Testamento escrito, y el Nuevo Testamento mismo atestigua el proceso de la Tradición viva.
Por eso, es preciso distinguir de ella las “tradiciones” teológicas, disciplinares, litúrgicas o devocionales nacidas en el transcurso del tiempo en las Iglesias locales. Estas constituyen formas particulares en las que la gran Tradición recibe expresiones adaptadas a los diversos lugares y a las diversas épocas. Sólo a la luz de la gran Tradición aquellas pueden ser mantenidas, modificadas o también abandonadas bajo la guía del Magisterio de la Iglesia.
Autor: José Miguel Arráiz
Bibliografía
Citas tomadas de la Biblia de Jerusalén
Catecismo de la Iglesia Católica, Octava Edición
Biblia y Tradición: Mantened la Tradición, Dave Armstrong
2 Tim 3,16-17 y la Sola Scriptura, James Akin (www.apologetica.org)
¿Todo está en la Biblia?, Anwar Tapias lakatt (www.apologetica.org)
La Biblia mal utilizada, José L. Fierro (www.apologetica.org)
¿La Biblia o La Tradición? Católic Answers (www.apologetica.org)
Dos cánones: Escritura y Tradición, James Akin (www.apologetica.org)
Cuando se escribieron los evangelios, (www.corazones.org)