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Los “Apócrifos”: ¿Porqué forman parte de la Biblia?

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El Antiguo Testamento en las Biblias Católicas contiene siete libros más de los que se encuentran en las Biblias protestantes (46 y 39, respectivamente). Los Protestantes llaman a esos libros Apócrifos y los Católicos los conocen como los libros Deuterocanónicos. Estos siete libros son: Tobit, Judit, 1ª y 2ª Macabeos, Sabiduría de Salomón, Eclesiástico (o Sirac), y Baruc. También, las Biblias Católicas contienen seis capítulos adicionales (107 versículos) en el libro de Ester y otros tres en el libro de Daniel (174 versículos). Estos libros y capítulos fueron encontrados en manuscritos de la Biblia escritos solo en griego, y no fueron parte del Canon Hebreo del Antiguo Testamento, tal y como determinaron los judíos.

Todos ellos fueron reconocidos dogmáticamente como Escritura en el Concilio de Trento en 1548 (lo cual significa que desde entonces no se permitió a los católicos cuestionar su canonicidad), aunque la tradición de su inclusión en el canon era antigua. Al mismo tiempo, el Concilio rechazó 1ª y 2ª de Esdras y la Oración de Manasés como parte de la Sagrada Escritura (a menudo son incluidos en las colecciones de los “Apócrifos” como una unidad separada)

 La perspectiva católica sobre este tema es ampliamente desconocida. Los protestantes acusan a los católicos de “añadir” libros a la Biblia, mientras que los católicos replican que los protestantes han “eliminado” parte de la Escritura. Los católicos pueden ofrecer argumentos muy sólidos y razonables en defensa del estatus escritural de los libros deuterocanónicos. Estos argumentos pueden ser resumidos de la siguiente manera:

 1) Fueron incluidos en la Septuaginta (la traducción griega del Antiguo Testamento realizada el s. III A.C), la cual fue la “Biblia” de los Apóstoles. Ellos citaron generalmente las escrituras del Antiguo Testamento (en el texto del Nuevo Testamento) a partir de la Septuaginta

 2) Casi todos los Padres de la Iglesia aceptaron la Septuaginta como el estándar del Antiguo Testamento. Los libros deuterocanónicos no fueron diferenciados de los otros libros de la Septuaginta, y fueron considerados generalmente como canónicos. San Agustín creyó que la Septuaginta fue apostólicamente sancionada e inspirada, y ese fue el consenso en la Iglesia primitiva

3) Muchos Padres de la Iglesia (como San Ireneo, San Cipriano, Tertuliano) citan estos libros como Escritura sin distinción del resto. Otros, mayoritariamente de Oriente (por ejemplo, San Atanasio, San Cirilo de Jerusalén, San Gregorio Nacianceno) reconocen cierta distinción pero sin embargo citan habitualmente los libros deuterocanónicos como Escritura. San Jerónimo, que tradujo la Biblia Hebrea al latín (la Vulgata, a primeros del siglo V), fue la excepción a la regla (la Iglesia nunca ha mantenido que los Padres son individualmente infalibles)

4) Los Concilios de la Iglesia en Hipona (393) y Cartago (397, 419), enormemente influenciados por San Agustín, listaron los libros deuterocanónicos como Escritura, lo cual fue simplemente el visto bueno de lo que se había convertido en el consenso general de la Iglesia en Occidente y en la mayor parte del Oriente. De esta manera, el Concilio de Trento reiteró en términos mas fuertes lo que ya había sido decidido once siglos y medio antes, y que no había sido rebatido seriamente hasta el nacimiento del Protestantismo.

5) Dado que estos Concilios también ultimaron los 66 libros canónicos que son aceptados por todos los Cristianos, es bastante arbitrario el que los Protestantes eliminen selectivamente siete libros del Canon autorizado. Esto resulta aún más curioso cuando se comprende la complicada y polémica historia del canon del Nuevo Testamento.

6) El Papa Inocencio I estuvo de acuerdo y sancionó las decisiones canónicas de los anteriores Concilios (Carta a Esuperio, Obispo de Toulouse) en el 405.

7) Algunos de los más antiguos manuscritos griegos del Antiguo Testamento, como el Códice Sinaítico (siglo cuarto), y el Códice Alejandrino (c 450) incluyen todos los libros deuterocanónicos mezclados con los otros y no separados.

8) La práctica de recopilar estos libros en un unidad separada data no antes del 1520 (en otras palabras, fue una total innovación del Protestantismo). Esto es admitido, por ejemplo, en la protestante New English Bible (Oxford UNiversity Press, 1976), en su “Introducción a los Apócrifos” (p. iii)

9) El Protestantismo, siguiendo a Martín Lutero, quitó los libros deuterocanónicos de sus Biblias debido a la clara enseñanza de doctrinas que acababan de haber sido repudiadas por los Protestantes, como las oraciones por los muertos (Tobit 12:12, 2ª Macabeos 12:39-45 ss; cf 1ª Corintios 15:29), la intercesión de los santos muertos (2ª Macabeos 15,14; cf Apocalipsis 5:8; 8:3-4), y la intercesión mediadora de los ángeles (Tobit 12:12,15; cf Apocalipsis 5:8, 8:3-4). Sabemos esto por las propias declaraciones de Lutero y otros Reformadores.

10) Lutero incluso no se contentó con dejar las cosas así, y procedió a lanzar dudas sobre muchos otros libros de la Biblia que eran aceptados como canónicos por los Protestantes. Consideró que Job y Jonás eran meras fábulas, y que Eclesiastés era incoherente e incompleto. El deseaba que Ester (junto con 2ª Macabeos) “no existieran”, y quería “arrojarlos al río Elba”

11) Al Nuevo Testamento no le fue mucho mejor bajo la mirada de Lutero. Rechazó del canon del Nuevo Testamento (“libros capitales”) Hebreos, Santiago (“epístola de paja”), Judas y Apocalipsis, a los cuales puso al final de su traducción, como “Apócrifos” del Nuevo Testamento. Estimó que no eran apostólicos. Del libro de Apocalipsis dijo, “Cristo no es enseñado o conocido en ese libro”. Estas opiniones se encuentran en los Prefacios de Lutero a los libros bíblicos, en su traducción al alemán del 1522.

12) Aunque el Nuevo Testamento no cita directamente ninguno de estos libros, refleja detenidamente el pensamiento de los deuterocanónicos en muchos pasajes. Por ejemplo, Apocalipsis 1:4 y 8:3-4 parece hacer referencia a Tobías 12:15 :

Apocalipsis 1:4 Juan …. gracia y paz a vosotros …..de parte de los siete Espíritus que están ante su trono (ver también 3:1, 4:5, 5:6)

Apocalipsis 8:3-4 Otro Ángel vino y se puso junto al altar con un badil de oro. Se le dieron muchos perfumes con las oraciones de los santos. Y por mano del Ángel subió delante de Dios la humareda de los perfumes con las oraciones de los santos. (ver también Apocalipsis 5:8)

Tobías 12:15 Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que están siempre presentes y tienen entrada a la Gloria del Señor.

San Pablo, en 1ª Corintios 15:29 parece haber tenido en mente 2ª Macabeos 12:44: Este dicho de Pablo es uno de los más difíciles de interpretar para los Protestantes en el Nuevo Testamento, dada la teología de estos.

1ª Corintios 15:29 De no ser así ¿a qué viene el bautismo por los muertos) Si los muertos no resucitan en manera alguna ¿porqué bautizarse por ellos?

2ª Macabeos 12:44 Pues de no esperar que los soldados caídos resucitarían, habría sido superfluo y necio rogar por los muertos.

Este pasaje de San Pablo muestra que era la costumbre de la Iglesia primitiva el velar, orar y ayunar por las almas de los muertos. In la Escritura, ser bautizado es a menudo una metáfora que señala aflicción o (en el entendimiento católico) penitencia (por ejemplo, Mateo 3:11, Marcos 10:38-39, Lucas 3:16, 12:50). Dado que aquellos que están en el cielo no tienen necesidad de oración, y aquellos que están en el infierno no se pueden beneficiar de las oraciones, estas prácticas, sancionadas por San Pablo, deben de ser dirigidas directamente hacia aquellos en el purgatorio. En caso contrario, las oraciones y penitencias por los muertos no tendrían sentido, y esto parece que es, de largo, lo que Pablo está intentando manifestar. La “interpretación de penitencia” está contextualmente apoyada por los siguientes tres versículos, donde San Pablo habla de ¿Por qué nos ponemos en peligro a todos horas?… cada día estoy en peligro de muerte, y así sucesivamente.

Como tercer ejemplo, Hebreo 11:35 refleja el pensamiento de 2ª Macabeos 7:29 :

Hebreos 11:35 Las mujeres recobraron resucitados a sus muertos. Unos fueron torturados, rehusando la liberación por conseguir una resurrección mejor.

2ª Macabeos 7:29 No temas a este verdugo, antes bien, mostrándote digno de tus hermanos, acepta la muerte, para que vuelva yo a encontrarte con tus hermanos en la misericordia (de Dios) {una madre hablando a su hijo. Ver 7:25-26}

13) Irónicamente, en varios de los mismos versículos donde el Nuevo Testamento está citando virtualmente los “Apócrifos” las doctrinas que son enseñadas son las que son rechazadas por el Protestantismo, y son las que fueron la razón principal de que los libros deuterocanónicos fueran “degradados” por ellos. Consiguientemente, no fue tan fácil eliminar estas controvertidas doctrinas de la Biblia como se suponía (y se supone), y los Protestantes deben todavía pelear con datos del Nuevo Testamento que no se “portan bien” con sus creencias.

14) A pesar de la degradación del estatus de los libros deuterocanónicos por el Protestantismo, todavía fueron ampliamente mantenidos separadamente en las Biblias Protestantes por un largo período de tiempo (al revés de la práctica prevaleciente hoy). John Wycliffe, considerado un precursor del Protestantismo, los incluyó en su traducción inglesa. El mismísimo Lutero los mantuvo separadamente en su Biblia, describiéndoles generalmente (aunque sub-escriturales) como “útiles y buenos para leer”. Zwinglio y los Protestantes Suizos, y los Anglicanos los mantuvieron en un segundo plano. La Geneva Bible inglesa (1560) y la Bishop´s Bible (1568) los incluyeron como una unidad. Incluso la Authorized, o King James Version de 1611 contenía de hecho los “Apócrifos”. Y hasta el tiempo presente, muchas Biblias Protestantes continúan con esta práctica. La revisión de la King James Version(completada en 1895) incluía estos libros, como también lo hacían la Revised Standard Version (1957), la New English Bible (1970), y la Goodspeed Bible (1939), entre otras.

15) Los libros deuterocanónicos son leídos regularmente en la adoración pública en el Anglicanismo, y también entre los Ortodoxos orientales, y la mayoría de los Protestantes y Judíos aceptan completamente su valor como documentos históricos y religiosos, útiles para la enseñanza, aunque deniegan su pleno estatus canónico.

Por tanto, es aparente que el “bando” Católico a favor de estos libros de la Escritura pesa muchísimo, ciertamente tanto como poco pesa el punto de vista Protestante.

Copyright 1996 by Dave Armstrong. All rights reserved.
Copyright 2000 de la traducción al español por Luis Fernando Pérez.
Traducido con permiso del autor

(Versículos de la Biblia: B. Jerusalén)

Autor: Dave Armstrong

Traductor: Luis Fernando Pérez

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