Estimados hermanos:
Desde España quiero testimoniarles a continuación que después de permanecer durante nueve años en diversas iglesias evangélicas, algunas de ellas auténticamente sectarias, y de intentar que mis familiares más cercanos abandonaran a la Santa Iglesia Católica, incluida mi esposa antes agnóstica y ahora felizmente de nuevo en la fe de Jesucristo y practicante católica de nuevo al cabo de estar 25 años alejada de la Iglesia.
Ore, y Dios me respondióTodo comenzó con la oración que le dirigí a Dios el 16 de Diciembre del año pasado y que a continuación transcribo: “Padre santo que estás en los cielos santificado y glorificado sea tu nombre por toda la eternidad te alabo y bendigo buen Dios Trino y te doy las gracias por tu amor y misericordia para conmigo sabiendo que me das en cada momento lo que necesito. Te pido perdón por mis fallos por todas las veces que he pecado de falta de amor con mi familia y los demás en estos 9 últimos años de mi andar en las iglesias protestantes gracias por todos aquellos que sí han sido verdaderos hermanos y que Tú me diste y por el amor que he recibido de los mismos, perdona y pon arrepentimiento y conversión a todos aquellos que no lo son y tan que tan solo se dedican a manipular conciencias de forma sectaria y que Tú sabes cuales son. Y ahora Padre quiero que me des la fortaleza para enfrentarme a los problemas o al rechazo cuando tenga que estar firme ante los demás con motivo del paso que he decidido dar, entre otras causas para aumentar y consolidar mi comunión contigo y buscar que mis obras en esta vida sean de tu agrado conforme a tus mandamientos como la causa principal sin olvidar la otra gran importante para Ti: el aumentar la unidad y el amor en mi familia por ello, considero y deseo que sea tu voluntad también, aparte de necesario, este abandono de mi afiliación a las iglesias evangélicas o protestantes. Dirígeme de nuevo en mi retorno a la Santa Iglesia Católica a una buena comunidad parroquial donde se viva de forma lo más auténticamente posible dentro de nuestras imperfecciones y fallos tu Santo Evangelio y donde encuentre un buen compañerismo cristiano y católico para que puedan hacerse realidad las principales causas que te he referido antes. Esto te lo pido en el nombre de Jesús confiado en que tu me guiarás. Amén.” |
Al día siguiente 17 de Diciembre de 2003, Dios contestó mi oración dándome la convicción y la paz suficientes en mi corazón para dar el paso de solicitar mi adhesión a la Parroquia de mi barrio, donde de nuevo mediante la Eucaristía y otras muchas actividades, mi familia y yo servimos al Señor en la medida de nuestras posibilidades. Allí también he recibido de Jesús, la intercesión y el favor de Nuestra Bendita Madre María(Jn 19,26) que vela día y noche por todos nosotros sus hijos adoptivos y la comunión con todos Santos que nos han precedido en la historia que en este mundo está construyendo la verdadera iglesia de Jesucristo fundada por sus apóstoles y cuya cabeza es Pedro (Jn 1,42; Jn 21,15; Lc 22,31; Mt 16,18…)
Cometí el error de creer que las religiones son malas y las sectas son buenas.
De mí tan solo quiero referir que en mi infancia, fui católico como la mayoría de los españoles, pero en la juventud me fui alejando de la misma y mi vida tomó derroteros ajenos a la fe. A los 35 años, ante diversos problemas en mi vida me hice una serie de preguntas acerca de la existencia de Dios y ante la lectura del Santo Evangelio de Juan recibí de nuevo LA LUZ DE JESUCRISTO que en la adolescencia le di la espalda. Pero cometí el error de no regresar a la iglesia de mi bautismo, comunión y confirmación y caí en el error también de creer por medio de algunos sectarios bautistas independientes que las religiones eran malas y que tan solo aquellos que tienen a la Biblia como única autoridad eran los verdaderos cristianos.
Con el tiempo cuando fui comprobando que ellos, los evangélicos y protestantes, también han edificado una religión, pero alejada en muchos casos de la verdadera interpretación de la Santa Palabra de Dios, tuve que pedir perdón a Dios por mi proselitismo sectario a mi familia y a otros con el daño que ello produce, a la vez de darle las gracias por mostrarme el camino al lugar donde todo cristiano debería estar: su Santa Iglesia Católica y Apostólica a la que he regresado, junto con mi esposa y dos hijos, con 44 años de vida regalada por nuestro Señor y Salvador.
Lo que mas me impactó es el testimonio de amor de mi esposa.
Hay muchas razones de diverso tipo que me han animado a tomar la decisión de retornar a la Iglesia Católica la más importante ha sido el testimonio de amor que me ha dado mi esposa,( y la de otros familiares católicos también), que habiendo deseado desde hace tiempo volver a la misma, en ningún momento me presionó para que me convirtiera al catolicismo ni lo hizo ella para dividir a la familia, por el contrario seguía acompañándome a los cultos evangélicos, después de haber soportado mis presiones para que se convirtiera a la fe protestante hubiera sido lógico que ella hiciera lo mismo.
Su fe católica la mostraba con sus obras y su comportamiento conmigo, ello hacía que en mi conciencia me preguntara si no era yo el que estaba equivocado. Ante lo cual fui investigando por mi cuenta páginas de apologética católica ( www.defiendetufe.org www.apologetica.org ), donde bíblicamente se razonaban sus doctrinas y su tradición, razón por la cual me di cuenta de que la interpretación bíblica del protestantismo era sesgada y a conveniencia del grupo que la interpretara, lo que da lugar a las numerosas sectas que este campo podemos encontrar y a su actitud prepotente de muchos de creerse los únicos elegidos y verdaderamente salvados, (hubo un misionero americano que una ocasión me dijo que si en la Iglesia Católica, la gente salvaba sus almas no tendría sentido que el estuviera en un país como España.).
Comencé a entender el valor de la obediencia(obras) en mi salvación.
A raíz de esto comencé a pensar que solo por fe la salvación no es posible si no va acompañada de unas obras que demuestren que está viva (Stgo 2,14), que son esas obras las que va a juzgar el Señor (Mt 25,41) para comprobar si nuestra fe en Él es genuina o no, y que debemos mostrar mayor humildad y estar confesados y arrepentidos de nuestros pecados cuando nos llegue la hora de estar en su presencia (Mt 7,21).
Comprendí que la iglesia que verdaderamente predica la Biblia al completo y pone en el lugar que le corresponde a las buenas obras como necesarias para la salvación no era otra que la Iglesia Católica, la iglesia fundada por Nuestro Señor Jesucristo (Mt 16,18). Y comprendí también el empeño de muchas sectas evangélicas en minimizar y apenas predicar acerca de las buenas obras, pues “eso de las buenas obras es un asunto de los católicos que se creen que se van a salvar por ellas, sin la fe que verdaderamente salva”.
Para la mayoría de los evangélicos, aunque no todos, a su parecer son muy pocos los católicos que son verdaderamente cristianos y salvos, es por ello que se sienten constreñidos a “predicarles el evangelio” y atraerles a sus iglesias. Hay muchas más razones de tipo bíblico, lógicas y de mi historia personal que me han llevado a retornar a la Iglesia Católica, pero considero que no pueden caber en un testimonio que ha de ser lo suficientemente condensado para que pueda llegar a muchas personas. No obstante si el señor lo permite, y una vez ponga en orden muchos aspectos de mi vida, entre ellos lograr una auténtica desprogramación de mi experiencia de estos últimos nueve años, quizás me anime a escribir a un documento, incluso quizás en forma de libro, que recoja con detalles mas pormenorizados todo lo relatado en el presente testimonio.
Espero que este humilde testimonio, pueda servir para la Gloria de nuestro Señor, y que todo evangélico de buena voluntad que pueda leerlo pueda plantearse el porque sus iglesias intentan evangelizar, países católicos desde hace siglos evangelizados, intentando crear problemas de conciencia a sus familiares católicos para llevárselos a su iglesia y para que también reflexionen acerca de cual es la iglesia que desde hace 2004 años con sus luces y su sombras, pero de manera ininterrumpida a sido fiel a las enseñanzas del Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo.
¡Para la Gloria de nuestro Señor Jesucristo! Amén
Autor: Jesús R. Góngora Luque.
Fuente: Defiendetufe.org
San Sebastián (Guipúzcoa) – España Febrero 2004