Un lector nos envía esta pregunta:
Amigos de apologeticacatólica.org reciban un cordial saludo.
Navegando por la Web me he encontrado con un artículo del pastor Darwing Ureña donde este afirma que la Virgen María tuvo más hijos, que hay un salmo mesiánico (el 69) que lo demuestra de manera incontrovertible, porque no habla solo de los hermanos de Jesús, sino de los “hijos de su madre”. ¿Qué puedo responder a este argumento?
Respuesta:
Recibe también un cordial saludo y he aquí nuestra respuesta.
El fragmento del Salmo que el pastor cita es este:
“¡Sálvame, oh Dios, porque las aguas me llegan hasta el cuello! Me hundo en el cieno del abismo, sin poder hacer pie; he llegado hasta el fondo de las aguas, y las olas me anegan. Estoy exhausto de gritar, arden mis fauces, mis ojos se consumen de esperar a mi Dios. Son más que los cabellos de mi cabeza los que sin causa me odian; más duros que mis huesos los que me hostigan sin razón. (¿Lo que yo no he robado tengo que devolver?) Tú, oh Dios, mi torpeza conoces, no se te ocultan mis ofensas. ¡No se avergüencen por mí los que en ti esperan, oh Yahveh Sebaot! ¡No sufran confusión por mí los que te buscan, oh Dios de Israel! Pues por ti sufro el insulto, y la vergüenza cubre mi semblante; para mis hermanos soy un extranjero, un desconocido para los hijos de mi madre”
Luego de reproducir este fragmento del Salmo, el pastor deduce que Jesús lo cita para referirse a sí mismo, y por ende estaba declarando que él era a quién el Salmo se refería. Agrega además que no solamente lo creyó así Jesús, sino que todos aquellos que lo escucharon citarlo, y que también entendieron que Él era el Mesías. (cita aquí Juan 2,16-17; 7,5; 15,25).
El primer error de este argumento es asumir que cuando en un salmo se encuentra algo que aplica personalmente a Jesús, lo hace exclusivamente a Él. Un ejemplo lo tenemos en Mateo 4,6 cuando Satanás le cita el Salmo 91,12 «Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: A sus ángeles te encomendará, y en sus manos te llevarán, para que no tropiece tu pie en piedra alguna.». Lo dicho no solo aplica a Jesús, el justo por excelencia, sino a todo el que se cobija bajo la protección qué dispensa Dios al que se confía a su providencia.
De esta manera, aunque en la Escritura hay numerosos salmos mesiánicos, es necesario entender que aunque un Salmo sea citado por el Señor y aplicado a él, la voz que habla no es siempre la suya. Tal vez sea la voz del Salmista que se encontraba en una situación similar, otra vez quizá la del remanente futuro de judíos oprimidos. En otras ocasiones la voz del Mesías se une con la de su pueblo perseguido y doliente, y es aquí donde debemos usar discernimiento espiritual.
En el caso particular del Salmo 69 vemos que ocurre esto mismo, por lo que sería un despropósito aplicar cada versículo del salmo literalmente a Jesús. Un ejemplo lo tenemos en el versículo 5 cuando exclama:
” Tú, oh Dios, mi torpeza conoces, no se te ocultan mis ofensas.” Salmo 69,5
Este versículo no puede aplicar a Jesús, quien al ser Dios y Hombre verdadero no cometió pecado (1 Pedro 2,22) ni se le puede achacar cometer alguna torpeza. Nótese que allí el salmista utiliza la palabra ashmá (אַשְׁמָה) que hace referencia a la culpabilidad de quien ha cometido pecado. No es muy sensato pretender aplicar el versículo 8 literalmente a Jesús solo porque habla de los hijos de la madre del Salmista, y no el versículo 5 que habla de su condición pecadora. Por lo que de tomar en serio el argumento del pastor no solo tendríamos que concluir la Virgen María tuvo más hijos, sino que Jesús era torpe y pecador.
Más adelante vemos otra diferencia entre la forma de orar de Salmista quien pide castigo para sus enemigos, y la de Jesús que pide perdón para quienes le crucificaban porque no sabían lo que hacían:
“Derrama tu enojo sobre ellos, los alcance el ardor de tu cólera; su recinto quede hecho un desierto, en sus tiendas no haya quien habite: porque acosan al que tú has herido, y aumentan la herida de tu víctima. Culpa añade a su culpa, no tengan más acceso a tu justicia; del libro de la vida sean borrados, no sean inscritos con los justos.” Salmo 69,24-28
“Jesús decía: «Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen.»” Lucas 23,34
No cualquier interpretación es buena solo porque alguien crea que puede llevar agua a su propio molino.
El resto de los argumentos presentes en dicho artículo ya se encuentran analizados en otro artículo de este mismo sitio:
Para estudiar el dogma de la Virginidad Perpetua de María a profundidad
Autor: José Miguel Arráiz