¿Por qué los católicos rezamos a los Santos? Los católicos no creemos que los santos tengan ‘poderes especiales’ que compitan con Dios. Simplemente creemos que al morir están con Cristo, y siguen siendo parte de la Iglesia: Siguen rezando a Cristo por nosotros, porque siguen estando vivos.
Cristo. El Único Mediador entre los Hombres y Dios Padre.
Bien, analicemos un argumento comúnmente usado contra la intercesión de los Santos: “Jesucristo es el único mediador”. Analicemos más a fondo la lógica de nuestros hermanos evangélicos:
1. Jesús es el único mediador entre Dios y los hombres.
2. Los católicos dicen que María es intercesora ante Jesús.
3. ¡Pero Jesús es Dios!
4. Entonces María es otro mediador entre Dios y los hombres.
5. Así que “según los católicos”, Jesús NO es el único mediador entre Dios y los hombres. (De hecho es según el malentendido protestante del catolicismo)
6. Por lo tanto, lo que dicen los católicos de la intercesión, es herético y antibíblico.
Bueno… analicemos esto más de cerca:
1. Jesús es Dios.
2. Jesús es el único mediador entre Dios y los hombres.
3. ¿Pero para qué mediaría Jesús ante sí mismo? ¡Eso no es mediación!
4. Por lo tanto, la mediación entre Dios y los hombres, perteneciente a Jesús, tiene que ser entre Dios Padre, y los hombres.
Si Cristo es el único mediador entre Dios y los hombres, es porque es Dios y hombre. En cualquier caso, la intercesión de los santos no interfiere con la única mediación, porque los santos no dejan de ser hombres (humanos).
Ahora regresemos al contexto. Jesús es el único mediador entre Dios Padre y los hombres. Cuando Pablo habla de Jesús como mediador, muy pocos sabían que Jesús es Dios. Antes de mostrar que Jesús es Dios (y eso lo hizo san Juan, no san Pablo), uno tenía que probar que Jesús es el Mesías esperado del pueblo hebreo. El Cristo. En otras palabras, cuando san Pablo habla de Dios, se refiere al Padre. Incluso Jesús había dicho que su Padre era a quien los judíos llamaban “su Dios”.
¿Es esto una herejía? Lo dudo. ¿Puede aplicarse la intercesión de los santos aquí? Otro argumento menos contra “rezar” a los santos.
Ahora, ¿Qué tipo de exclusividad tiene esta mediación?
Obviamente no es una mediación de conseguir milagros de Dios, o la ayuda de Dios, porque también los ángeles nos ayudan, como ayudaron a Lot en Sodoma, o cuando un ángel rescató a san Pedro de la cárcel, o, si incluimos otros relatos, cuando el arcángel Rafael ayuda a Tobías). Si hablamos de una mediación exclusiva, esto no puede aplicar. Es decir: Una mediación exclusiva en cuanto a pedir milagros, va contra la misma Biblia (como cuando el profeta Elías resucita al hijo de la extranjera). Por lo tanto tenemos que distinguir sobre el verdadero significado de la mediación única de Cristo (lo cual veremos más adelante). El único modo de asociar los milagros con la mediación de Cristo, que no contradiga la Biblia, es que dicha mediación sea difusiva, siendo Cristo el último eslabón.
Nunca dice la Biblia que Cristo sea el único mediador entre alguien y Dios, sino el único mediador entre LOS hombres (en total) y Dios. Es decir: Es Jesús quien envía a los ángeles (o a los Santos). Incluso si Jesús quisiera que María reinara sobre los ángeles, esto no influiría en su mediación, porque ella actuaría en el nombre de Jesús.
Ahora veamos qué pasa con la intercesión. Supongamos que quiero dar a Dios un regalo (una oración). Primero se lo tengo que dar a Jesús, luego Jesús se lo da a Dios. Ahora, supongamos que se lo quiero dar primero a María (humana). Ella se lo da a Jesús (hombre y Dios), y Jesús se lo da al Padre (Dios). Jesús no deja de ser el único mediador entre Dios y los hombres. Entonces la única Mediación es difusiva (no hay de otra). Veamos el siguiente diagrama:
Lo que los Católicos creemos, y lo que NO creemos
Analicemos primero la figura B de la intercesión. Quizás esta sea tu idea de la intercesión católica. Otras personas reemplazando a Jesús en la intercesión. Bueno, entendiste mal.
Ahora veamos la figura A. Aquí, aunque María y los santos participan en la intercesión, Jesús es un eslabón. Sin este eslabón, no habría Mediación entre Dios y los hombres. Puedes rezarle directamente a Jesús si quieres. Pero, ¿no sería mejor si María, los ángeles y los santos lo hicieran, para que la oración sea más efectiva? (La Biblia dice que la oración del Justo es poderosa. ¿Y quién más justo que los santos para que le recen a Jesús?)
Aquí puedes ver cómo los católicos entendemos la intercesión. Todas las oraciones son dirigidas a María, los ángeles y los santos, y son redirigidas a Dios. Vamos a imaginar que quieres entregar un mensaje. La persona está a 10 metros de tí. Le puedes dar el mensaje directamente, o puedes usar un micrófono y un amplificador. Ahora supongamos que tu voz no es muy… buena. Ajustas el amplificador para que tu voz sea oída lo mejor posible… aunque no sea EXACTAMENTE tu voz. Le quitas el ruido, etc. Para nosotros, los intercesores son como un “filtro de oración”. Le quitan lo malo y se quedan con lo bueno (1Tes 5:21). Borran las cosas que a Jesús no le gustaría oir. Supongamos que eres un católico y dices: “María, ayúdame a recuperar a mi novia porque me siento muy solo sin ella”. Pero María sabe que no la relación con tu novia es destructiva. Y ella le quita el “recuperar a mi novia”. Lo que le llega a Jesús es “Ayúdame, porque me siento muy solo sin mi novia”. Claro que Jesús oye todo, pero el caso es que a Jesús le llega una oración mucho más eficaz que la que nosotros podemos hacer. Así que Jesús te consuela y tira tu soledad a la basura. Esto es lo que los santos hacen por nosotros: Como están libres de pecado (pues están en el cielo), purifican nuestras oraciones (ya que todavía somos pecadores).
“En el Nombre de Jesús, te lo pido, amén.”
Ahora preguntémonos: ¿Para qué “rezar directamente” al Padre, y no a Jesús? (como el Padre Nuestro). Porque estamos pidiendo al Padre, en el Nombre de Jesús. Esta es otra forma de intercesión.
Supongamos que nuestro MEJOR amigo tiene algo que otro amigo (llamémoslo Juan) necesita. Supongamos que Juan no está en una muy buena relación con nuestro amigo. Así que le decimos que nos mencione cuando llegue allá. ¿Qué pasa? Que nuestro MEJOR amigo, porque tiene una buena relación con nosotros, ayuda a Juanito. ¿No es eso bueno? Así es como Jesús intercede por nosotros cuando rezamos al Padre. ¿Pero quién dice que no puede pasar lo mismo entre Jesús y los santos? Bueno, regresemos al tema. Pedir algo en el nombre de Jesús.
Veamos qué “pedir algo en el nombre de”, también tenía otro significado en los tiempos bíblicos. La Enciclopedia de la Biblia, Vol 5 (2a edición; Ediciones Garriga, S.A., Barcelona España), nos dice:
“Nombrar a alguien nos da autoridad sobre él, o nos hace partícipe del comando: Dios deja a Adán que nombre a los animales, para someterlos. Hablar o actuar en nombre de alguien es trabajar en su representación, porque participamos de su autoridad (1 Sm 17,45; 25,5.9; Is 4,1, etc.). Es por esto que bendecimos en el nombre de Yahvéh, que sirve como protección y fuerza”.
Así, que si pedimos algo en nombre de Jesús, lo hacemos en su representación. Notemos cómo esto es MUY importante (y muchos se olvidan de ello) para el cristiano promedio. Si pedimos algo pecaminoso, incluso si decimos en nombre de Jesús, Dios no nos lo dará. Porque no estaremos representando a Jesús, cuando deseamos algo pecaminoso.
Ahora echemos un vistazo a esto:
Vengo en nombre de mi Padre, y no me aceptan; pero si alguno viene en su propio nombre, a ese sí lo aceptarán.” (Juan 5:43)
¿Ven la importancia que toma la palabra “nombre” aquí? Ahora veamos este otro pasaje:
“Y lo que sea que me pidan en mi nombre, se los daré” (Juan 14:14) (NIV).
“En tu nombre, te lo pido Jesús”. ¿Para qué pediríamos algo a Jesús en Su propio nombre (literalmente)? Pero si le pedimos algo en Su propia representación (esto es, si pedimos algo Santo), entonces esto tiene mucho más sentido, ¿no creen? ¡Recordemos! Jesús hablaba a personas en el medio oriente. Allí el nombre tiene un significado mucho mayor que el que tiene para nosotros los occidentales.
Del mismo modo, si pedimos algo Santo, y lo pedimos con el conocimiento de que es algo que Jesús quiere (y nos olvidamos de decir “en nombre de Jesús, etc”), Dios nos lo dará de todos modos, porque es algo que Jesús quiere. O sea: Simplemente porque estamos representando a Jesús al desear algo bueno, estamos pidiéndolo en nombre de Jesús.
¿Y cómo puedo probar esto? En el libro de los hechos vemos a san Pedro hacer milagros, sin mencionar a Jesús cuando los hacía (Hechos 5:1-16); Pero ya le había sido dada autoridad de parte de Jesús (ver Mateo 16:19). Es decir: Cada vez que san Pedro hacía un milagro, lo hacía en representación de Jesús. En Su Nombre. Así que la intercesión de Jesús podía actuar tanto HACIA El, como DESDE El (alguien rezando a Dios, sabiendo que es la voluntad de jesús, y también sabiendo que el Padre lo sabe. Esto es fe.
Ahora analicemos el contraejemplo: Mencionar el nombre de Jesús, pero NO actuar en su representación:
13. Algunos de los Judíos, exorcistas vagabundos, tentaron á invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os conjuro por Jesús, el que Pablo predica. 14. Y había siete hijos de un tal Sceva, Judío, príncipe de los sacerdotes, que hacían esto. 15. Y respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco y sé quién es Pablo: mas vosotros ¿Quiénes sois? 16. Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando en ellos, y enseñoreándose de ellos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos. (Hechos 19:13-16) (Reina Valera – disculpen el uso tan diverso de las versiones, no estoy en casa y tengo que usar las de internet)
No estaban actuando en nombre de Jesús. Si lo hubieran hecho, habrían predicado a Jesús en lugar de andar expulsando demonio, porque podrían regresar luego con el pobre. (Mateo 12:43-44).
La mediación de Jesús: Una Nueva Alianza
Hasta ahora he rebatido el argumento que cita fuera de contexto, que “Jesús es el único mediador entre Dios y los hombres”. Ahora, para terminar esto, veamos a qué tipo de mediación se refería san Pablo. No señor, no era pedir milagros.
Amonesto pues, ante todas cosas, que se hagan rogativas, oraciones, peticiones, acciones de gracias, por todos los hombres; Por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador; El cual quiere que todos los hombres sean salvos, y que vengan al conocimiento de la verdad. Porque hay un Dios, asimismo un mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre; El cual se dió á sí mismo en precio del rescate por todos, para testimonio en sus tiempos.” (1 Tim 2:1-6)
Porque los otros cierto sin juramento fueron hechos sacerdotes; mas éste, con juramento por el que le dijo: Juró el Señor, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote eternamente Según el orden de Melchîsedec: Tanto de mejor testamento es hecho fiador Jesús. Y los otros cierto fueron muchos sacerdotes, en cuanto por la muerte no podían permanecer. Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable: Por lo cual puede también salvar eternamente á los que por Él se allegan á Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Heb 7:21-25
Otra vez, Pablo habla de Jesús como mediador de la salvación de los hombres. También habla de la Nueva Alianza. Por eso en la última cena, habla de la sangre de la Nueva Alianza, que es derramada por nosotros (en la cruz).
8:6. Mas ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, el cual ha sido formado sobre mejores promesas.
9:15. Así que, por eso es mediador del nuevo testamento, para que interviniendo muerte para la remisión de las rebeliones que había bajo del primer testamento, los que son llamados reciban la promesa de la herencia eterna.
Una Nueva Alianza. Jesús es el Nuevo y Eterno Sacerdote, que se sacrificó a Sí mismo para nuestra salvación. Esta es la mediación de la que Pablo habla. A través de Jesús, llegamos al Padre: “Yo soy el Camino, la Verdad, y la Vida. Nadie llegará al Padre si no es por mí” (Juan 14:6)
Esta es la mediación de Jesús. La mediación de la salvación. Ni los ángeles ni los hombres podían reconciliarnos con el Padre. Por eso Pablo dice que Jesús era el único que se podría sacrificar por nuestros pecados. ¿Tiene sentido, no?
Regresemos al concepto de la intercesión (incluso rezar para la salvación de alguien) al diagrama anterior. De hecho, el Catecismo de la Iglesia Católica dice:
‘Por el hecho de que los del cielo están más íntimamente unidos con Cristo, consolidan más firmemente a toda la Iglesia en la santidad… no dejan de interceder por nosotros ante el Padre. Presentan por medio del único Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, los méritos que adquirieron en la tierra… Su solicitud fraterna ayuda, pues, mucho a nuestra debilidad’ (LG 49) (CCC 956).
Notemos que aunque los santos interceden por nosotros, no toman el rol de Jesús como mediador… así como Dios gobierna al mundo a través de los ángeles, Jesús nos ayuda a través de los santos. No es difícil de entender.
Si la gente va a Jesús (p.e. son ‘salvados’, como dicen los evangélicos) por las oraciones de alguien, es porque Jesús escuchó esas oraciones. Las personas también llegan a Jesús por medio de la Iglesia. ¿Quién dice que esta mediación no empezó por el amor del Padre, en el Espíritu Santo?
“¡Pero el Espíritu Santo intercede por nosotros!”
Cuando le pides a alguien que rece por tí, (de acuerdo con esta lógica), estás violando esta regla, al “reemplazar al Espíritu Santo” en la oración (¡idolatría!). Todos sabemos que esto es ridículo. Cuando pides por alguien, sabes que es el Espíritu Santo quien pide por él, usándote como un instrumento. ¿Quién dice que el Espíritu Santo deja de actuar en los que ya están en el cielo?
Es ilógico pensar que aquellos que murieron en santidad (que ya tenían el Espíritu Santo), dejaron de tenerlo a la hora de la muerte. Sus cuerpos se separaron de sus almas, de acuerdo, pero esto no afecta al Espíritu Santo en nada.
Por lo cual estoy cierto que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo bajo, ni ninguna criatura nos podrá apartar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
(Rom 8:38-39) (NIV)
En este pasaje de la carta a los Romanos, san Pablo nos dice que la muerte NO nos separará del amor de Jesús (notemos que no incluye el pecado, pero eso es otro asunto). Aquellos que tenían el Espíritu Santo (y no lo perdieron), todavía lo tienen después de la muerte. Así, que cuando los Santos rezan por nosotros, es también el Espíritu Santo quien reza por ellos (y en consecuencia, también por nosotros).
Terminemos con el más claro pasaje de intercesión: La sanación del siervo del centurión.
Y el siervo de un centurión, al cual tenía Él en estima, estaba enfermo y á punto de morir. Y como oyó hablar de Jesús, envió a Él los ancianos de los Judíos, rogándole que viniese y librase a su siervo. Y viniendo ellos a Jesús, rogáronle con diligencia, diciéndole: Porque es digno de concederle esto; Que ama nuestra nación, y Él nos edificó una sinagoga. Y Jesús fué con ellos. Mas como ya no estuviesen lejos de su casa, envió el centurión amigos á Él, diciéndole: Señor, no te incomodes, que no soy digno que entres debajo de mi tejado; Por lo cual ni aun me tuve por digno de venir a ti; mas di la palabra, y mi siervo será sano. Porque también yo soy hombre puesto en potestad, que tengo debajo de mí soldados; y digo á éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y á mi siervo: Haz esto, y lo hace.
Lo cual oyendo Jesús, se maravilló de Él, y vuelto, dijo á las gentes que le seguían: Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe. Y vueltos á casa los que habían sido enviados, hallaron sano al siervo que había estado enfermo. (Lucas 7:2-10)
Bien, veamos lo que pasó:
1. El centurión envió algunos ancianos a pedirle a Jesús que sanara al siervo.
2. Los ancianos hablaron en favor del centurión (dudo que un siervo edificara una sinagoga).
3. Algunos amigos del centurión dijeron a Jesús lo que el centurión les dijo. Repitieron el mensaje.
4. Luego Jesús dijo: “Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe”.
5. Y luego sanó al siervo del centurión.
¿El centurión, EN ALGUN MOMENTO habló directamente a Jesús? No, y ¡oh sorpresa! Jesús dijo que no había hallado una fe tan grande en Israel! ¡La intercesión sirve! El centurión ha de haber agradecido a sus amigos que enviaron el mensaje. Pero ¿quién hizo el trabajo duro? ¡Jesús! Todo mundo lo sabía. No fueron los amigos los que sanaron al sirviente. Pero cooperaron en su sanación.
Del mismo modo, nuestros hermanos mayores en el cielo, interceden por nosotros ante Jesús, así que Jesús nos salva de peligros para nuestros cuerpos e incluso almas. Recordemos que Jesús salvó la vida del siervo. ¿No es la vida espiritual más importante que la material?
“Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe”
Si los santos están VIVOS, rezando y cuidando de nosotros, ¿por qué no pedirles ayuda? ¿Es acaso la cooperación entre cristianos idolatría? ¿Acaso los santos le roban el crédito a Jesús, sólo porque le piden al mismo Jesús que nos ayude?
Autor: Ricardo García