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Nasoreanos

Sectas

En ocasiones llamados MANDEANOS, SABIANOS O CRISTIANOS DE SAN JUAN. Los nasoreanos son gnósticos paganos que poco después del surgimiento de la cristiandad, formaron una secta que floreció en Mesopotamia y Babilonia, y que fue una de las religiones más destacadas en Asia Occidental en los primeros años del Mahometanismo. Aunque había unas 2000 familias fuertes en el siglo diecisiete, se han disminuido hoy en día a unos 1500 adeptos que habitan en el Shat-el-Arab cerca del Golfo Pérsico. Es la única secta gnóstica que ha sobrevivido y sus escrituras sagradas aún existen; a excepción de unos pocos restos, las escrituras de los tales llamados gnósticos cristianos han perecido.

I. Nombres

Mandeano (mndaya) es una palabra babilónica-aramea en forma dialéctica, que significa: gnósticos, gnostikoi, “aquellos que son buenos en conocer”. La palabra hebrea para conocimiento md’ Madda tiene la misma raíz y es el sustantivo del cual se ibb23+cZOLderiva el adjetivo Mandaya. Es el nombre adoptado por la secta misma, siendo empleado en sus libros sagrados, y es característica de su adoración de los mnds dhya gnôsis tês doês o “conocimiento de la vida”. Otro nombre también encontrado en sus libros sagrados es el de Sabianos (sbya) que significa Bautistas (sb’ bautizar en Siríaco y Arameo). Este nombre es conocido por los mahometanos (sing. Sabia, forma pl. Subâ’u) del Corán (Sure V, 73; II, 59; XXII, 17) en el cual los cristianos, savianos y judíos son enumerados como religiones que pueden ser toleradas por el Islam. Se basa en la prominencia del bautismo frecuente en su disciplina religiosa y por ello sin duda son referidos por los Padres como Hemerobautistas ’emerobaptistai i.e. que practican diariamente el bautismo. Aún el nombre Soubaioi era conocido entre los escritores griegos. Sin embargo, el nombre más frecuentemente empleado en su literatura sagrada es el de Nasoreanos, naswraya, el cual es también el arábigo usual usado para referirse a los cristianos (sing. Nasrani, pl. Nasâra. La coincidencia es asombrosa, y más puesto que los Nasoreanos no se inclinan hacia la cristiandad, sino que más bien la menosprecian y odian; sus doctrinas tampoco muestran aproximación alguna a las creencias cristianas, excepto quizá en la evidencia de un salvador, aunque algunas de sus ceremonias tienen un parecido superficial a los misterios cristianos. Sin embargo, si recordamos que los Maniqueos en Europa se decían los verdaderos cristianos, aunque su sistema sólo tiene el uso de media docena de términos comunes con la cristiandad, y que algunas sectas gnósticas tenían apenas una similitud con la Iglesia de Cristo, aunque cristianos de estilo propio, es menos extraño que aún los Mandeanos se hayan estilizado a sí mismos como Nasoreanos. El término Kristiânâ, como transliteración de la palabra griega, la reservan para los seguidores de Jesucristo. Sin duda el nombre de cristiandad era uno importante, pero la ausencia de una razón paribb23+cZOLa la adopción del título sigue siendo un misterio. Algunos sugieren que el nombre se da sólo a los más perfectos entre ellos, pero esto parece contrario a los hechos. El nombre “Cristianos de San Juan” es de origen europeo y se basa en un error. Los nasoreanos muestran una extraordinaria veneración por San Juan Bautista, quien figura extensamente en su mitología. Esta veneración, junto con la similitud de sus ritos con los sacramentos cristianos, llevó a los primeros misioneros de Europa a considerarlos como descendientes de los cristianos bautizados sólo con el bautismo de San Juan. Tal, por ejemplo, fue la impresión de los Carmelitas Ignatius a Jesu, quienes vivieron algunos años en Bassa y escribieron una descripción de la secta (1652).

II. Doctrinas

Estas se reunieron en una voluminosa recopilación llamada Genza o “El Tesoro”, y en ocasiones Sidra Rabba o “El Gran Libro”, de las cuales se encuentran ejemplares que datan de los siglos dieciséis y diecisiete en la Bibliothèque Nationale en Paris y han sido publicados por Petermann (Thesaurus s. Liber Magnus, vulgo Liber Adami, etc., Berlín, 1867) en escritura e idioma nasoreano. Este no es diferente del Estrangela con vocales adicionados en las modificaciones de las consonantes, y éste último se asemeja mucho al arameo en el Talmud. El mismo texto en caracteres siríacos con una traducción latina algo libre fue publicado por Norberg (London and Gotha, 1817). Algunas selecciones del Genza (alrededor de una cuarta parte) han sido traducidas al alemán por Brandt. Este libro se divide arbitrariamente en dos secciones, llamadas el Genza de la Derecha y el de la Izquierda, a partir de la curiosa costumbre nasoreana de escribir estas dos porciones en un volumen, pero en posiciones invertidas, siendo la izquierda utilizada en funerales y escrita para beneficio de los muertos. El Genza es una recopilación de escrituras de todas las eras y orígenes, algunas que datan aún después de la conquista mahometana. Otro libro sagrado es la Kolasta, o “Summa” o vademecum práctico que contiene himnos, liturgias, ritos para bodas, etc. (publicado como “Qolasta” por Euting, Stuttgart, 1867). El Sidra de Yahya, o Libro de San Juan, o Drâshê de malkê, “Lecturas de los Reyes” fue publicado en 1905 por Lidzbarski y traducido con comentarios por Ochser en 1905. El Diwan, un ritual sacerdotal, fue publicado por Euting (1904), pero el Asfar Malwâshe, un obra astrológica sobre los signos del Zodiaco, no ha sido publicado aún. En años recientes, se ha agregado a nuestro conocimiento sobre sus supersticiones populares los descubrimientos de inscripciones nasoreanas en objetos de barro (Pognon, “Une incantation en Mandaïte”, Paris, 1892; “Inscriptions Mand.” Paris, 1808-9; Lidzbarski, “Ephem. f. Sem.Epigr.”, Giessen, 1900). Estas fuentes demuestran que el nasoreanismo es una forma de gnosticismo que surge hacia finales de politeísmo babilónico en forma semejante a como el Neo-Platonismo surge frente al panteón griego y romano. Es un intento por alegorizar los mitos antiguos como si fuesen etapas de la creación y salvación del hombre, aunque el nasoreanismo nunca se libera del realismo mágico de Oriente. Probablemente estos babilonios del sur entraron en contacto con los judíos al oriente del Jordán a través del comercio nabateano (Nabatæan) y desarrollaron una adoración a San Juan el Bautista. Sin embargo, su bautismo diario es anterior a la práctica de San Juan y probablemente es la causa de su creencia hacia San Juan más que su efecto por ella. Asimismo absorbieron una gran parte de filosofía hindú y parsi hasta que desarrollaron su doctrina del Rey-Luz, que es similar al concepto maniqueo del universo, aunque sin un dualismo absolutamente rígido. Por lo tanto, ninguna religión muestra una semejanza mayor al nasoreanismo que el de Mani, quien en sí era un Bautista oriental en su juventud. Por último, a través del contacto con el monoteísmo de los judíos, cristianos, mahometanos, y posteriormente de los parsi, gradualmente derivaron hacia la aceptación de un solo Dios. Su adoración del Rey-Luz es uno de belleza y elevación singular. Su enología es extremadamente intricada: los aenos son llamados por el nombre místico Utra (‘wtryya que significa: Riquezas o Potencias; en hebreo ‘sr). Basta mencionar unas cuantas ideas importantes. Pira Rabba es la fuente, origen, y contenedor de todas las cosas. El significado de Pira (pyra) es incierto; de varios significados que se han sugerido, quizá el más probable es el de “Fruto” (hebreo pry). Este “Fruto” es como el “Huevo de Oro” hindú, el trascendente e inconsciente “Plenitud del Ser” de la cual emanan todas las cosas; es la semilla de la higuera del Docetæ Gnóstico; es el Búdos de los valentinianos. Este Pira Rabba es poseído y llenado por el Mânâ Rabbâ: el Gran Espíritu, el Gran Ilustre, el Gran Esplendor o Majestad. Del Mânâ Rabbâ emana la Primera Vida, quien ora por compañía y progenie, por lo que la Segunda Vida, el Ultra Mkayyema o Æon constituyente del mundo, Arquitecto del Universo, llega a ser. Este divino arquitecto da lugar a un número de æones, quienes con su permiso tienen como propósito construir el universo. Sin embargo, esto disgusta a la Primera Vida, a cuya solicitud el Mânâ Rabbâ produce como supervisor o encargado de los æones del arquitecto al Mandâ d’Hayye o gnosis zoês, el Conocimiento Personificado de la Vida, o sea, el amigo y consejero de la Primera Vida. Este Manda de Hayye es el Cristo de los nasoreanos por el cual reciben su nombre y alrededor del cual se agrupan todas sus ideas religiosas. Como dios de orden tiene que luchar contra los æones del caos y así llevar a cabo la idea divina en el mundo. La totalidad es una obvia y audaz alegoría. Marduk es enviado por su padre Ea a luchar contra los poderes de Tiamat. Este monstruo femenino del caos que los nasoreanos llamaban el Espíritu Santo, la Traidora (la palabra espíritu es de género femenino en arameo) o Ruha, sin duda para provocar a los cristianos. Esta Ruha tiene un hijo Ur, el príncipe de los demonios. Manda de Hayye le conquista y lo arroja a las cadenas. Desgraciadamente, mientras que el Apóstol Gabriel y Petahiel están empezando a crear un mundo bueno, Ur escapa y engendra con Ruha los siete planetas, los doce signos del Zodiaco, y los cinco elementos. Se llega a una tregua Petahiel comparte amigablemente la creación del mundo junto con los hijos de Ur y Ruha. El cuerpo sin vida de Adán es creado, pero la “Imagen de Dios” no tiene movimiento. Con la ayuda de Abel, Seth, Enos y Adakas se sopla sobre él el espibb23+cZOLíritu de la vida. Sin embargo, los siete planetas y los doce signos del Zodiaco constituyen una influencia maligna en el mundo, el cual es continuamente conquistado por Manda de Hayye.
Con la doctrina del Rey-Luz, se introduce una considerable modificación a la enología, pero la línea principal siguió siendo la misma. El Rey-Luz, padre de los æones, engendra a Manda de Hayye o Protanthropos, Adán, como Primer hombre. Este Manda de Hayye se encarna en Jibil el Glorioso o Hibil Ziva (hybyl zywa). Kessler señala que si Manda es el Cristo entonces Hibil es el Jesucristo del nasoreanismo. Las venidas de Hibil en Hades juegan un importante papel en su teología. Hibil es el Salvador y el Profeta del hombre. Es Marduk intentando desplazar a Jesús de Nazaret. Una última emanación del Rey-Luz fue Juan el Bautista, quien junto con Hibil, Seth y Enos son los hermanos del Manda de Hayye. Se hace mención frecuente de los Jordanos celestiales, que son arroyos de aguas vivientes del reino trascendental de la luz. Hibil Ziva fue bautizado en 360,000 de ellos antes de descender al mundo inferior.

III. Disciplina y Ritual

Los nasoreanos repudian fuertemente todas las ideas de celibato y ascetismo; sienten un verdadero menosprecio semítico por los solteros y repetidamente inculcan el precepto “creced y multiplicaos”. Rechazan todo ayuno y sacrificio por considerarlo inútil y antinatural, y si obedecían los ayunos mahometanos al menos en apariencia, fue sólo para evitar problemas y persecuciones. Son el reverso de los maniqueos; puede haber mucho mal en este mundo pero el hombre tiende a sacar provecho de ello. No es de extrañar que Mani les dejara. No observan distinciones entre los alimentos, excepto que la sangre y los animales estrangulados les son prohibidos, asimismo los alimentos preparados por extraños, aún alimentos comprados en el mercado deben ser lavados. No tienen horarios especiales para orar, excepto que sólo deben orar cuando haya luz, no se escuchan oraciones mientras haya oscuridad. Su día santo semanal no es el viernes mahometano, o el sábado judío, sino el domingo cristiano. Sin embargo, esto no es una imitación consciente de los cristianos, cuyo “dios-carpintero” odian como a un hijo del demonio. La observancia, como en el caso del Día de Año Nuevo (primer día de Invierno, sus meses tienen treinta días con cinco días intercalados para igualar el año solar), es lo suficientemente antiguo, pues era un festival de la antigua Babilonia. Observaban el día de la Ascensión (de Hibil Ziva regresando de Hades) el dieciochoavo día del primer mes de Primavera, el Gran Festival Bautismal en los días intercalados, el Banquete de los Egipcios aparentemente ahogados en el Mar Rojo bajo el Faraón (en realidad no se ahogaron, sino que escaparon y fueron los primeros padres de los nasoreanos), y algunas otras festividades. Poseían un sacerdocio jerárquico a quienes otorgaban una profunda veneración. Su patriarca es el Rash Amma, jefe del pueblo, pero rara vez parecen haber tenido tal dignatario; dice la leyenda que sólo uno antes y uno después de Juan el Bautista. Un tipo de obispos, sacerdotes y diáconos forman la jerarquía; son llamados Ganzivrâ, Tarmidhâ y Shecandâ o Tesorero, Discípulo y Mensajero. La ordenación al sacerdocio es precedida por un tal retiro de sesenta días durante los cuales el candidato se somete a muchas originales reglas y bautismos. El Shecanda es sólo un asistente, pero el privilegio del sacerdote es el poder para bautizar; el obispo es el administrador de la comunidad. Poseen tres grandes ritos sacramentales, Mashutha o bautismo; Pehta y Mabutha o comunión, realmente bocado(pan) y bebida (agua); y Kusta o promesa, un apretón de manos y promesa de fidelidad. El bautismo, siempre en agua fluyente o agua corriente de ríos y arroyos, es el mayor de todos los ritos. Los niños son bautizados tan pronto como pueden soportar la inmersión total. El auto-bautismo es frecuente; cuando el sacerdote bautizaba utilizaba originalmente la fórmula: Has sido señalado con el signo de vida; el Nombre de la Vida y el Manda de Hayya es llamado sobre ti. El bautismo se lleva a cabo en domingo y en muchas otras ocasiones cuando se requiere el perdón de los pecados. Es seguido por un tipo de unción con aceite de sésamo. La cibb23+cZOLomunión es dada en delgados panes sin levadura que se guardan en la casa del sacerdote y un puño de agua. El Kushta es un signo solemne de hermandad con los hermanos nasoreanos. “Los hermanos de carne pasan, la hermandad Kushta permanece por siempre”, dice el proverbio. La historia del nasoreanismo es prácticamente desconocida. El Genza contiene un Libro de Reyes de carácter seudo-histórico, pero la extrema confusión de sus orígenes históricos hace difícil encontrar resquicios de verdad. Los nasoreanos estuvieron perdidos en la historia hasta que los Ignatius a Jesu trajeron noticias de su existencia. Han sido una religión importante, pues los mahometanos los clasificaron junto con los cristianos y judíos. Con frecuencia se sostiene que alguna vez habitaron Palestina cerca del Jordán y que emigraron a Caldea. Su amargo odio de lo judío o cristiano (pues Moisés es un falso profeta, Jesús, el Gran Traidor, a quien Enos trae con justicia a la cruz), junto con su extenso uso de nombres bíblicos, le llevaría a uno a creer que aunque su “teología” es indo-babilónica, estuvieron alguna vez históricamente conectados con los judío-cristianos.

BRANDT, Die mandäische Religion (Leipzig, 1889); IDEM, Das Schicksal der Seele nach dem Tode etc. in Jahrbüch, der prot. Theol. (1892); IDEM, Mandäische Schriften (Göttingen, 1893); KESSLER, un extenso artículo en Realencykl, für prot. Theol. (1903), s.v. Mandäer; IDEM, Mandæans in Encyclopæd. Brittan.; OCHSER, Sidra d’Nismata (Libro de las Almas), tr.; Zeitschrift d. Deut.
Morganl, Gesell. (1907); DE MORGAN, Texte Mandäites in Missions Scientifiques en Perse, V(París, 1904); SHOUFFI, Etudes sur la religion des Soubbas (París, 1880); BABELON, Les Mandaïtes in Annales de Philos. 
Chrét. (1881); PETERMANN, Reisen im Orient (Leipzig, 1861); NÖLDEKE, Mandäische Grammatik (Leipzig, 1875).
 
The Catholic Encyclopedia, Volume I
Copyright © 1907 by Robert Appleton Company
Online Edition Copyright © 1999 by Kevin Knight
La Enciclopedia Católica Copyright © 2000 ACI-PRENSA
Nihil Obstat, March 1, 1907. Remy Lafort, S.T.D., Censor Imprimatur +John Cardinal Farley, Archbishop of New York
 

Autor: J. P. Arendzen

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