Banner-05

¿Estuvo San Pedro en Roma?

san pedro 2

He querido hacer este estudio para analizar una de las argumentaciones que suele escucharse a menudo como argumento contra el Papado, y es que San Pedro no estuvo en Roma.

Uno se preguntaría ¿Por qué atacar el primado Petrino desde este ángulo? Como el origen del Papado se remonta al apóstol San Pedro, y el obispo de Roma es su legítimo sucesor, algunos protestantes piensan que si logran demostrar que San Pedro no estuvo en Roma, minarían la aseveración de que fue el primer Papa, o que el Papa actual le ha sucedido.

No han notado que el asunto es en cierta forma intrascendente, ya que aunque San Pedro no hubiera estado en Roma, bien pudo uno de sus sucesores haberse trasladado a Roma y ejercer su ministerio allí (San Pedro no siempre estuvo en Roma por tanto el Papado no siempre tuvo que estar relacionado con Roma en sus comienzos). A pesar de esto, hacen grandes esfuerzos para negar su presencia en Roma pensando sacar ventaja de ello. (Actualmente como la evidencia es tan contundente, algunos han pasado a aceptar que si San Pedro bien pudo haber estado en Roma, no fue obispo de allá).

¿Qué sabemos sobre la vida de San Pedro por medio de la Biblia?

No debemos esperar encontrar en la Biblia un itinerario completo de los viajes de cada uno de los apóstoles, (esa no fue la finalidad con la que fue escrita). Podemos sin embargo obtener algunos datos de ella, que nos pueden dar ciertas pistas sobre la vida y viajes del apóstol San Pedro que en este caso es la que nos interesa estudiar. (Los que conozcan esto a fondo pueden saltar esta sección e ir directamente a la segunda parte, que aunque larga considero instructiva para el tema que nos acopia)

Aproximadamente a partir del Año 36 d.C:

ministerio de los apostolesLuego de la resurrección de Cristo, sabemos que los apóstoles realizaron gran cantidad de viajes en su ministerio. Aproximadamente en el año 36 d.C. San Pedro y San Juan van a organizar la Iglesia de Samaria luego de que allí aceptaran la palabra de Dios.

“Al enterarse los apóstoles que estaban en Jerusalén de que Samaria había aceptado la Palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan.” Hechos 8,14

Por esa fecha San Pablo se convierte camino a Damasco (Hechos 9,1-8) mientras San Pedro hace numerosos viajes misioneros. No podemos saber exactamente todas las ciudades que pudo haber visitado, ya que la Biblia especifica que andaba recorriendo muchos lugares:

“Pedro, que andaba recorriendo todos los lugares, bajó también a visitar a los santos que habitaban en Lida” Hechos 9,32

Sin embargo se sabe con seguridad que por lo menos estuvo en Lida, Joppe y Cesárea. (En Lida cura al paralítico Eneas, en Joppe resucita a Tabita y en Cesárea bautiza a los primeros no judíos:

“Pedro, que andaba recorriendo todos los lugares, bajó también a visitar a los santos que habitaban en Lida. Pedro le dijo: «Eneas, Jesucristo te cura; levántate y arregla tu lecho.» Y al instante se levantó.” Hechos 9,32-34

“Había en Joppe una discípula llamada Tabitá, que quiere decir Dorcás. Era rica en buenas obras y en limosnas que hacía. Por aquellos días enfermó y murió. La lavaron y la pusieron en la estancia superior. Lida está cerca de Joppe, y los discípulos, al enterarse que Pedro estaba allí, enviaron dos hombres con este ruego: «No tardes en venir a nosotros.»” Hechos 9,36-38

“Había en Cesarea un hombre, llamado Cornelio, centurión de la cohorte Itálica,… Vio claramente en visión, hacia la hora nona del día, que el Angel de Dios entraba en su casa y le decía: «Cornelio.»… Ahora envía hombres a Joppe y haz venir a un tal Simón, a quien llaman Pedro…. Al siguiente día [Pedro ] entró en Cesarea. Cornelio los estaba esperando. Había reunido a sus parientes y a los amigos íntimos. ” Hechos 10,1.3.5.24

Nota: Algunos apologetas protestantes (como Fernando Saravi) han tratado de sotener la hipótesis de que San Pedro no pudo haber estado en Roma en esta fecha porque estuvo en estos tres lugares. Aunque no pretendemos afirmar que si estuvo en Roma durante esta fecha, basta con hacer notar que la afirmación carece de solidez ya que el mismo Hechos 9,32 dice que Pedro andaba recorriendo todos los lugares, y narra en estos tres lugares sucesos importantes, nunca que sus viajes se limitaran solo a ellos.

Aproximadamente a partir del Año 40 d.C:

Aproximadamente en esta fecha sabemos que San Pedro estaba en Jerusalén por la visita que le hace San Pablo. (Elemento que denota un reconocimiento claro por parte de San Pablo de la autoridad de San Pedro, sobre todo por su mención explícita sobre el motivo de que su viaje fue expresamente para visitarle, y la referencia indirecta de que se vio a Santiago como un suceso de menor importancia)

“Luego, de allí a tres años, subí a Jerusalén para conocer a Cefas y permanecí quince días en su compañía. Y no vi a ningún otro apóstol, y sí a Santiago, el hermano del Señor.” Gálatas 1,18-19

Por esa fecha San Pablo conoce a Bernabé y huye de los judíos helenistas refugiándose en Tarso. Posteriormente San Pablo va con Bernabé a Antioquia.

Aproximadamente a partir del Año 42 – 44 d.C.:

persecucion de herodesPor esta fecha Herodes comienza una persecución donde apresa y mata a varios cristianos. Muere Santiago “el de Zebedeo” (Hechos 12,2) y apresa a San Pedro quien es liberado milagrosamente por Dios:

“Al ver que esto les gustaba a los judíos, llegó también a prender a Pedro. Eran los días de los Azimos… De pronto se presentó el Angel del Señor y la celda se llenó de luz. Le dio el ángel a Pedro en el costado, le despertó y le dijo: «Levántate aprisa.» Y cayeron las cadenas de sus manos.” Hechos 12,3.7

 

Posteriormente dice la Escritura que San Pedro salió para “otro lugar”:

“El les hizo señas con la mano para que callasen y les contó cómo el Señor le había sacado de la prisión. Y añadió: «Comunicad esto a Santiago y a los hermanos.» Salió y marchó a otro lugar.” Hechos 12,17

Aquí la tradición testifica que Pedro partió a Roma (estudiaremos esto más adelante) y estableció una Iglesia allá, pero respecto a lo registrado por la Biblia no hay mención específica del lugar al que fue Pedro. Así podemos hacer dos afirmaciones claras sin temor a equivocarnos: No se puede afirmar que aquí San Pedro no marchó a Roma, pero tampoco se puede afirmar con seguridad que si (Es importante hacer notar esto porque algunos de los intentos apologéticos de protestantes tratan en base a suposiciones de demostrar que no hay período posible en que San Pedro fuera a Roma, pero como hemos visto, este es uno de los puntos donde fallan sus hipótesis).

Aproximadamente a partir del Año 46 d.C.:

A partir de aquí San Pablo hace varios viajes apostólicos y no hay noticias de San Pedro (Por ende Pedro pudo haber estado en cualquier lugar incluyendo Roma).

Aproximadamente a partir del Año 48 d.C.:

San Pablo regresa a Jerusalén.

Aproximadamente a partir del Año 50 d.C.:

Ocurre el concilio de Jerusalén contra los judaizantes que querían imponer la circuncisión a los gentiles, por lo que San Pedro en este lapso vuelve a Jerusalén donde preside el concilio y toma un papel decisivo en el resultado (Hechos 15)

“Bajaron algunos de Judea que enseñaban a los hermanos: «Si no os circuncidáis conforme a la costumbre mosaica, no podéis salvaros.» Se produjo con esto una agitación y una discusión no pequeña de Pablo y Bernabé contra ellos; y decidieron que Pablo y Bernabé y algunos de ellos subieran a Jerusalén, donde los apóstoles y presbíteros, para tratar esta cuestión…. Después de una larga discusión, Pedro se levantó y les dijo: «Hermanos, vosotros sabéis que ya desde los primeros días me eligió Dios entre vosotros para que por mi boca oyesen los gentiles la Palabra de la Buena Nueva y creyeran. Y Dios, conocedor de los corazones, dio testimonio en su favor comunicándoles el Espíritu Santo como a nosotros; y no hizo distinción alguna entre ellos y nosotros, pues purificó sus corazones con la fe. ¿Por qué, pues, ahora tentáis a Dios queriendo poner sobre el cuello de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros pudimos sobrellevar? Nosotros creemos más bien que nos salvamos por la gracia del Señor Jesús, del mismo modo que ellos.»” Hechos 15,1-2.7-11

A partir de aquí no tenemos noticias de San Pedro y los lugares que visitó. Sin embargo:

Aproximadamente a partir del Año 51 d.C.:

saulo-de-tarsoPor esta fecha en que San Pablo escribe la carta a los tesalonicenses, podemos suponer que San Pedro visitó Antioquia, y puede haber retornado allá varias veces. Sabemos esto por la narración de la discusión entre San Pedro y San Pablo narrada en la carta a los Gálatas, la cual si bien no puede ubicarse con precisión como ocurrida antes o después del concilio de Jerusalén, es muy probable que ocurriera luego:

“Mas, cuando vino Cefas a Antioquía, me enfrenté con él cara a cara, porque era digno de reprensión. Pues antes que llegaran algunos del grupo de Santiago, comía en compañía de los gentiles; pero una vez que aquéllos llegaron, se le vio recatarse y separarse por temor de los circuncisos. Y los demás judíos le imitaron en su simulación, hasta el punto de que el mismo Bernabé se vio arrastrado por la simulación de ellos.” Gálatas 2,11-13

Aproximadamente a partir del Año 54 d.C:

Por esta fecha San Pablo escribe la carta a los corintios desde Efeso donde deja constancia de que en algún momento San Pedro pudo haberlos visitado (muy posiblemente en años pasados) ya que hace referencia a unos partidarios del apóstol allí:

“Me refiero a que cada uno de vosotros dice: «Yo soy de Pablo», «Yo de Apolo», «Yo de Cefas», «Yo de Cristo».” 1 Corintios 1,12

“ya sea Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, el presente, el futuro, todo es vuestro;” 1 Corintios 3,22

Aproximadamente a partir del Año 57-58 d.C:

Por esta fecha San Pablo escribe 2 Corintios, Filipenses y Gálatas.

Luego escribe la Carta a los Romanos desde Corinto para preparar su viaje a Roma (Es importante notar que cuando viajó Pablo a Roma la comunidad ya existía) y la manda con Febe (Romanos 16,1). Podemos aceptar también que cuando San Pablo escribe la carta, el sabía que San Pedro no estaba en ese momento en Roma porque en su saludo a los miembros de la iglesia menciona 28 personas de la Iglesia y no menciona a San Pedro.

Aproximadamente a partir del Año 58-60 d.C:

Por esta fecha San Pablo vuelve a Jerusalén. Los judíos de Antioquia le acusan y tratan de matarle. El tribunal Romano impide le maten y le encarcela. El procurador Romano Antonio Felix le retiene 2 años (Hechos 23,23 y 25). Se estima que por estas fechas escribe la carta a Filemón.

Aproximadamente a partir del Año 61-62 d.C:

Por este año envían a San Pablo preso a Roma donde escribe la carta a los Colosenses (año 62 d.C). A partir de esta fecha o poco tiempo luego es muy posible que estuviera en Roma, lo sabemos porque en esta carta San Pablo hace una mención de que San Marcos estaba con él (en Roma) (Colosenses 4,10) y San Pedro escribe su carta desde el lugar donde estaba San Marcos (1 Pedro 5,13) y da su ubicación e “Babilonia” (Los cristianos primitivos se referían a la Roma pagana simbólicamente como Babilonia).

“Os saludan Aristarco, mi compañero de cautiverio, y Marcos, primo de Bernabé, acerca del cual recibisteis ya instrucciones. Si va a vosotros, dadle buena acogida.” Colosenses 4,10

“Os saluda la que está en Babilonia, elegida como vosotros, así como mi hijo Marcos.” 1 Pedro 5,13

Tendríamos entonces 2 evidencias bíblicas para pensar que San Pedro ya estaba en Roma: El saludo desde Babilonia (designando simbólicamente a Roma) y la presencia de San Marcos con San Pedro que ya sabemos que estuvo en esa ciudad. A pesar de esto, los hermanos protestantes suelen mantener la tesis de que la Babilonia a la que hace referencia Pedro es la Babilonia (sobre el Eufrates), la Nueva Babilonia (Seleucida) sobre el Tigres, o la Babilonia Egipcia (cerca de Menfis), en última instancia a Jerusalén. Sin embargo esta tesis no puede sostenerse y solo demuestra un desconocimiento absoluto de la literatura cristiana antigua. Los cristianos primitivos asociaban a la nación Romana pagana como la nueva opresora de su pueblo (que en otros tiempos fue literalmente Babilonia pero que ya para ese entonces no era ninguna amenaza para nadie, y sí el Imperio Romano, potencia de la época, con emperadores como Nerón, Calígula y posteriormente Vespasiano entre otros).

Referencias bíblicas de que los primeros cristianos utilizaban simbólicamente a Roma como Babilonia las tenemos en el Apocalipsis:

“Y un segundo Angel le siguió diciendo: = «Cayó, cayó la Gran Babilonia, = la que dio a beber a todas las naciones el = vino del furor.» =” Apocalipsis 14,8

Lo mismo en Apocalipsis 16,19; 17,15; 18,2; 18,10; 18,21.

Algunas denominaciones protestantes anticatólicas suelen manejar la tesis de que los pasajes anteriores son una referencia a la Iglesia Católica como la Gran Ramera de Babilonia, y paradójicamente utilizan como uno de los argumentos que está en Roma (Una ciudad sobre siete colinas) (ver el artículo “A la caza de la Ramera de Babilonia”). Si bien la afirmación es un absurdo, y las referencias se dirigen más bien a la Roma pagana perseguidora de la cristiandad, y no a la posterior Roma Cristiana, resulta curioso que no tengan para esos casos dificultad en aceptar una relación simbólica entre Babilonia y Roma, mientras que para nuestro caso si.

Evidencias extrabíblicas adicionales que demuestran que para los primeros cristianos era común designar a la Roma pagana simbólicamente como “Babilonia” que apoyan esta interpretación los tenemos en Oráculos Sibilinos (5,159f), el Apocalipsis de Baruc (2,1), 4 Esdras (3,1). También tenemos evidencia de esto es “La Crónica, (compuesta alrededor del 303 d.C) donde se advierte “Se dice que la primera epístola de Pedro, en la cual hace mención a Marcos, fue compuesta en la misma Roma; y que él mismo indica esto, refiriéndose figurativamente a la ciudad como Babilonia”.

Ya en adelante por la Biblia no tenemos registros sobre la vida de San Pedro.

¿Qué sabemos sobre la vida de Pedro por medio de historiadores y escritos de la Iglesia Primitiva?

san pedroImposible ignorar los testimonios escritos que dejaron aquellos cristianos que estuvieron en contacto directo o indirecto con la era apostólica, ya que son testigos indiscutibles de la época. Si alguien puede saber de la actividad apostólica posterior a la resurrección de Cristo, son ellos. Y son precisamente ellos quien unánimemente nos dan testimonio del ministerio de San Pedro desde Roma y su posterior muerte junto con San Pablo en la persecución de Nerón.

San Clemente Romano:

San Clemente Romano fue el tercer sucesor de San Pedro, y testigo directo de la época apostólica. Fue evangelizado por él y San Pablo y es mencionado en la Biblia (Filipenses 4,3) como un estrecho colaborador del último en la evangelización.

Contemporáneo al evangelio de San Juan escribió su carta a los corintios para poner orden en una rebelión que se había presentado en esa comunidad donde algunos fieles desconocieron la autoridad de los presbíteros (Una prueba sólida de que ya para ese entonces el sucesor del Obispo de Roma tenía autoridad sobre el resto de las Iglesias). La traducción protestante de dicha carta, tomada del libro “Los Padres Apostólicos, por J.B. Lighfoot, de Editorial CLIE puede ser consultada en http://escrituras.tripod.com/Textos/EpClemente1.htm

En dicha carta se muestra familiar con los sucesos ocurridos durante la persecución de Nerón (año 64 d.C) que se desencadenó a raíz del gran incendio que redujo a cenizas diez de los catorce barrios o distritos de Roma. Nos allí habla del martirio de Pedro junto con otro conjunto de fieles:

San Clemente Romano. Carta a los Corintios.

Tomado de Padres Apostólicos, 5ta Edición. Daniel Ruiz Bueno. B.A.C. Pag. 182

V. Más dejemos los ejemplos antiguos y vengamos a los luchadores que han vivido más próximos a nosotros: tomemos los nobles ejemplos de nuestra generación. 2. Por emulación y envidia fueron perseguidos los que eran máximas y justísimas columnas de la Iglesia y sostuvieron combate hasta la muerte. 3. Pongamos ante nuestros ojos a los santos apóstoles. 4. A Pedro, quien, por inicua emulación, hubo de soportar no uno ni dos, sino muchos más trabajos. Y después de dar así su testimonio, marchó al lugar de gloria que le era debido. 5. Por la envidia y rivalidad mostró Pablo el galardón de la paciencia. 6. Por seis veces fue cargado de cadenas; fue desterrado, apedreado, hecho heraldo de Cristo en Oriente y Occidente, alcanzó la noble fama de su fe; 7. y después de haber enseñado a todo el mundo la justicia y de haber llegado hasta el límite del Occidente y dado su testimonio ante los príncipes, salió así de este mundo y marchó al lugar santo, dejándonos el más alto dechado de paciencia. VI. Estos hombres que llevaron una conducta de santidad vino a agregarse una muchedumbre de escogidos, los cuales, después de sufrir por envidia muchos ultrajes y tormentos, se convirtieron entre nosotros en el más hermoso ejemplo.

San Ignacio de Antioquia (escribió sus cartas alrededor del 110 d.C.)

Obispo de Antioquia, martirizado en Roma (devorado por los leones) en tiempos del emperador Trajano (98-117). Se conservan de él las siete cartas que escribió camino al martirio. Pueden consultar la traducción protestante de las cartas de San Ignacio directamente de http://escrituras.tripod.com/Textos/EpIgnacio.htm la cual está basada también en el libro “Los Padres Apostólicos, por J. B. Lightfoot. Editorial CLIE.

En la carta que escribe San Ignacio a los romanos hace una clara mención a la autoridad que San Pedro y San Pablo ostentaban en Roma y testifica que él no les manda como ellos lo hacían (afirmación que sería absurdo si San Pedro no hubiera estado en Roma y hubiera ejercido liderazgo allí).

San Ignacio de Antioquia. Carta a los Romanos. IV.3

Tomado de Padres Apostólicos, 5ta Edición. Daniel Ruiz Bueno. B.A.C. Pag. 477

IV.3. No os doy yo mandatos como Pedro y Pablo. Ellos fueron Apóstoles; yo no soy más que un condenado a muerte; ellos fueron libres; yo, hasta el presente, soy un esclavo. Mas si lograre sufrir el martirio, quedaré liberto de Jesucristo y resucitaré libre en Él. Y ahora es cuando aprendo, encadenado como estoy, a no tener deseo alguno.

San Ireneo de Lyon (130d.C – 202 d.C)

San Ireneo (obispo y mártir). Fue discípulo de San Policarpo que a su vez fue discípulo del apóstol San Juan, por lo que su contacto con la era apostólica por medio del santo obispo es indiscutible. Celebre por su tratado Contra los herejes donde combate las herejías de su tiempo. Aunque se perdieron muchos otros de sus escritos y solo se tienen fragmentos, se conserva también integro Demostración de la enseñanza apostólica.

Para los que nos interesa ahora su testimonio es importantísimo, ya que testifica poder enumerar los obispos designados por los apóstoles y la serie de los que han ido sucediéndoles hasta su tiempo. Observa que sería demasiado largo establecer la lista sucesoria de los obispos de todas las Iglesias fundadas por los apóstoles, y se limita a darnos la sucesión episcopal de las principales iglesias, atestigua que Pedro y Pablo fundaron y establecieron la Iglesia de Roma.

San Ireneo. Adversus haereses (Contra los herejes). (3,3,2)

Tomado de Patrología I. 5ta Edición. Johannes Quasten B.A.C. Pag. 303

Pero sería muy largo, en un volumen como éste, enumerar las sucesiones de todas las Iglesias, nos limitaremos ala Iglesia más grande, más antigua y mejor conocida por todos, fundada y establecida en Roma por los dos gloriosísimos apóstoles Pedro y Pablo, demostrando que la tradición que tiene recibida de los apóstoles y la fe que ha anunciado a los hombres han llegado hasta nosotros por sucesiones de obispos. Ello servirá para confundir a todos los que de una forma u otra, ya sea por satisfacción o por vanagloria, ya sea por ceguedad o por equivocación, celebran reuniones no autorizadas…

Aquí sigue una declaración importantísima pero de la cual no se conserva el texto griego sino su traducción latina que dice:

Ad hanc enim ecclesiam propter potentiorem principalitatem necesse est omnem convenire ecclesiam, hoc est omnes qui sunt undique fideles, in qua semper ab his qui sunt undique, conservata est ea quae est ab apostolis traditio

Una posible traducción sería:

…Porque, a causa de su caudillaje más eficaz, es preciso que concuerden con esta Iglesia todas las Iglesias, es decir, los fieles que están en todas partes, ya que en ella se ha conservado siempre la tradición apostólica por los (fieles) que son en todas partes.

Posteriormente San Ireneo lista enseguida los obispos Romanos en 3,3,3, continuando con Lino, Anacleto, Clemente hasta Eleuterio, luego de que antes en 3,1,1 había afirmado que Pedro y Pablo fundaron la Iglesia de Roma:

San Ireneo. Adversus haereses (Contra los herejes). (3,3,3)

Tomado de Congregación para el Clero, Biblioteca Patrística, .

Luego de haber fundado y edificado la Iglesia los beatos Apóstoles, entregaron el servicio del episcopado a Lino: a este Lino lo recuerda Pablo en sus cartas a Timoteo (2 Tim 4,21). Anacleto lo sucedió. Después de él, en tercer lugar desde los Apóstoles, Clemente heredó el episcopado, el cual vio a los beatos Apóstoles y con ellos confirió, y tuvo ante los ojos la predicación y Tradición de los Apóstoles que todavía resonaba; y no él solo, porque aún vivían entonces muchos que de los Apóstoles habían recibido la doctrina. En tiempo de este mismo Clemente suscitándose una disensión no pequeña entre los hermanos que estaban en Corinto, la Iglesia de Roma escribió la carta más autorizada a los Corintos, para congregarlos en la paz y reparar su fe, y para anunciarles la Tradición que poco tiempo antes había recibido de los Apóstoles…

San Ireneo. Adversus haereses (Contra los herejes). (3,3,1)

Tomado de Congregación para el Clero, Biblioteca Patrística, Contra los herejes.

Mateo, (que predicó) a los Hebreos en su propia lengua, también puso por escrito el Evangelio, cuando Pedro y Pablo evangelizaban y fundaban la Iglesia. Una vez que éstos murieron, Marcos, discípulo e intérprete de Pedro, también nos transmitió por escrito la predicación de Pedro. Igualmente Lucas, seguidor de Pablo, consignó en un libro “el Evangelio que éste predicaba” (1 Tes 2,9; Gál 2,2; 2 Tim 2,8). Por fin Juan, el discípulo del Señor “que se había recostado sobre su pecho” (Jn 21,20; 13,23), redactó el Evangelio cuando residía en Efeso

Tertuliano (160 d.C – 220 d.C)

Si bien Tertuliano no es considerado un padre de la Iglesia, sino un apologeta y escritor eclesiástico, y al final de su vida cae en herejía abrazando el montanismo, fue muy leído antes de abandonar la Iglesia Católica y su testimonio es muy importante debido a que perteneció a la Iglesia primitiva.

En una de sus obras más célebres (Prescripciones contra todas las herejías) combate a los herejes por muchos flancos. En uno de ellos hace notar que sus herejías son recientes y no proceden de la fe apostólica tradicional (capítulo XXX), luego les reta a que demuestren su origen apostólico y que sus Iglesias fueron fundadas por alguno de los apóstoles (capítulo XXXII). Nos interesa sobre manera este relato, por la mención que hace Tertuliano de la Iglesia de Roma, y de que la presidió San Clemente por ordenado por San Pedro.

Tertuliano. Prescripciones contra todas las herejías. Capítulo XXXII.

Tomado de Fuentes Patrísticas 14. Tertuliano. “Prescripciones contra todas las herejías”. Salvador Vicastillo. Editorial Ciudad Nueva. Pag. 253

XXXII.1. Por lo demás, si algunas [herejías] se atreven a insertarse en la edad apostólica para parecer transmitidas por los Apóstoles por cuanto existieron en tiempo de los Apóstoles, nosotros podemos decir: publiquen, entonces, los orígenes sus iglesias, desplieguen la lista de sus obispos, de modo que, a través de la sucesión que discurre desde el principio, aquel primer obispo haya tenido como garante y antecesor a alguno de los Apóstoles o a alguno de los varones apostólicos, pero que haya perseverado con los Apóstoles.

2. En efecto, de esa manera dan a conocer sus orígenes las iglesias apostólicas: como la iglesia de los esmiornitas cuenta que Policarpo fue puesto por Juan, como la de los romanos que Clemente fue ordenado por Pedro. 3. De igual modo, ciertamente, también las otras iglesias muestran que vástagos de semilla apostólica poseen destinados al episcopado por los apóstoles. 4. Inventen algo semejante los herejes. Pues, luego de tanta blasfemia ¿qué es ilícito para ellos?

Aunque San Clemente puede parecer aquí como sucesor inmediato de San Pedro, y otros escritores como San Ireneo (que acabamos de ver) dan un orden diferente colocando primero a San Lino, esta aparente contradicción ha recibido varias explicaciones. San Epifanio explica la diferencia se debe a que, San Clemente, obispo ya de Roma, sede, por bien de la paz su puesto a San Lino, lo vuelve a ocupar después de la muerte de éste. Sin embargo la explicación más lógica es que Tertuliano simplemente afirma que San Clemente fue ordenado por San Pedro, no que fue su inmediato sucesor. Lo que nos acopia ahora no es analizar estas aparentes diferencias, sino el testimonio de Tertuliano de que San Pedro estuvo en Roma y ordenó a San Clemente.

Otro testimonio que nos da Tertuliano ahora sobre la muerte de San Pedro en Roma en la misma obra es este;

Tertuliano. Prescripciones contra todas las herejías. Capítulo XXXVI.2-3.

Tomado de Fuentes Patrísticas 14. Tertuliano. “Prescripciones contra todas las herejías”. Salvador Vicastillo. Editorial Ciudad Nueva. Pag. 271

XXXVI.2..Pero si te encuentras cerca de Italia, tienes Roma, de donde también para nosotros está pronta la autoridad [de los apóstoles]. 3 Qué feliz es esta Iglesia a la que los Apóstoles dieron, con su sangre, toda la doctrina, donde Pedro es Igualado a la pasión del Señor, donde Pablo es coronado con la muerte de Juan [Bautista], donde el apóstol Juan, después que, echado en aceite rusiente, no sufrió ningún daño, es relegado a una isla.

Clemente de Alejandría (150 d.C – 215 d.C)

Nació hacia el año 150, probablemente en Atenas, de padres paganos; después de hacerse cristiano, viajó por el sur de Italia y por Siria y Palestina, en busca de maestros cristianos, hasta que llegó a Alejandría; las enseñanzas de Panteno hicieron que se quedara allí. Hacia el año 202, la persecución de Septimio Severo le obligó a abandonar Egipto, y se refugió en Capadocia, donde murió poco antes del 215.

Sus conocimientos de escritos paganos como de literatura cristiana son notables (En sus obras se encuentran unas 360 citas de los clásicos, 1500 del Antiguo Testamento y 2000 del Nuevo).

En una de las obras perdidas de Clemente de Alejandría titulada Hypotyposeis (Bocetos o esquemas), se conserva un fragmento muy revelador, gracias al historiador Eusebio de Cesárea en Historia Eclesiástica (del cual hablaremos más adelante). En él, Clemente afirma que el apóstol San Pedro predicó en Roma mientras San Marcos recogía su predicación en lo que luego sería el Evangelio según San Marcos.

História Eclesiástica, por Eusebio de Cesárea. Libro VI.14. Fragmento de la obra perdida Hypotyposeis de Clemente de Alejandría

Tomado de Eusebio. Historia de la Iglesia. Paul L. Maier. Pág. 217

VI.14.En los mismos libros, Clemente ha incluido una tradición de los más antiguos ancianos tocante al orden de los Evangelios, esto es, que los que dan las genealogías fueron escritos en primer lugar, y que el de Marcos se originó de la siguiente manera. Cuando por el Espíritu Pedro hubo proclamado públicamente el evangelio en Roma, sus muchos oyentes apremiaron a Marcos, como uno que le había seguido durante años y que recordaba lo que había sido dicho, para que lo registrara por escrito. Así lo hizo y dio copias a todos los que pidieron…

Eusebio de Cesárea (260 d.C – 339 d.C)

Eusebio de Cesárea es uno de los más notables historiadores cristianos. Fue el primero en emprender la tarea de registrar en detalle los hechos durante los primeros tres siglos cristianos (desde Cristo hasta Constantino). Como no existe otro autor antiguo que haya intentado cubrir el mismo periodo, Eusebio es fuente primaria excepcional para conocer el cristianismo primitivo.

Eusebio nos da mucha información respecto a la estadía de San Pedro en Roma. Nos narra el relato cuando él hace frente a Simón el mago (mencionado en Hechos 8) y como éste luego huye a Roma donde los romanos le consideraron como Dios. Según relata Eusebio, su suerte no duró mucho, ya que Dios envió a Roma a San Pedro y Simón quedó apagado y destruido.

Historia Eclesiástica, por Eusebio de Cesárea. Libro II.14. Simón el mago y Pedro

Tomado de Eusebio. Historia de la Iglesia. Paul L. Maier. Pág. 72

II.14. Simón [el mago] fue e padre de todo este mal. Sin embargo, los apóstoles inspirados de nuestro Salvador rápidamente extinguieron las llamas del Maligno antes que pudieran extenderse, y en aquellos días de los apóstoles no prosperó ninguna conjura de Simón ni de ninguno de sus coetáneos. Después que los crímenes del impostor fueron denunciados en Judea por el apóstol Pedro, huyó rápidamente de oriente a occidente para poder vivir como mejor le pareciera. Al llegar a Roma consiguió tal éxito que los ciudadanos levantaron esta estatua y lo honraron como un dios. Pero este éxito fue breve. Persiguiéndole los talones en el mismo reinado de Claudio, una Providencia llena de gracia envió a Roma al grande y poderoso Pedro, escogido por sus méritos como guía de los otros apóstoles. Como un noble capitán de Dios, él 15. Proclamaba el Evangelio de la luz y l Palabra que salva las almas. Con esta Palabra divina, el poder de Simón quedó apagado y destruido inmediatamente, junto con el hombre mismo. Los oyentes de Pedro, no satisfechos con oírle una sola vez, ni con la enseñanza no escrita del mensaje divino, rogaron a Marcos, cuyo evangelio poseemos, para que les dejase un sumario escrito de la enseñanza que habían recibido verbalmente, por cuanto era seguidor de Pedro. Y no dejaron de insistir hasta que lo persuadieron y así originaron la redacción de lo que se llama el Evangelio según San Marcos. Se dice que el apóstol se gozó con el entusiasmo de ellos y que aprobó la lectura del libro en las iglesias. Clemente cita la historia en Bosquejos, libro 6, y el obispo Papías de Hierápolis la corrobora. También observa éste último que Pedro menciona a Marcos en su primera epístola, y que la redactó en Roma, lo cual dicen ellos, él mismo lo indica cuando se refiere a la ciudad en sentido figurado como Babilonia con esas palabras: “Vuestra Iglesia hermana en Babilonia, escogida juntamente con vosotros, os saluda; y también mi hijo Marcos [1 Pedro 5,13]

Eusebio también da testimonio de que San Pablo fue decapitado en Roma y San Pedro crucificado. Afirma que los cementerios allá designados por los nombres de San Pedro y San Pablo confirman este registro, y que también lo confirma un clérigo de Cayo:

Historia Eclesiástica, por Eusebio de Cesárea. Libro II.25. La persecución de Nerón en la que murieron Pedro y Pablo

Tomado de Eusebio. Historia de la Iglesia. Paul L. Maier. Pág. 85

II.25…Se cuenta que durante su reinado [de Nerón] Pablo fue decapitado en la misma Roma, y que Pedro fue también crucificado, y los cementerios allá designados por los nombres de Pedro y Pablo confirman este registro. También lo confirma un clérigo llamado Cayo, que vivió cuando Ceferino era obispo de Roma. En una disputa contra Proclo, cabecilla de la secta frigia [montanistas], Cayo dice lo siguiente acerca de los lugares donde yacen los sagrados restos de los apóstoles en cuestión:

“Puedo señalarte los trofeos de los apóstoles. Si vas al Vaticano o a la Vía de Ostia, encontrarás los trofeos de aquellos que fundaron esta Iglesia”.

Y que fueron ambos martirizados al mismo tiempo lo afirma Dionisio, obispo de Corinto, en una carta escrita a los Romanos.

“Por vuestro gran consejo habéis ligado lo que ha crecido de la semilla que Pedro y Pablo sembraron entre los romanos y los corintios. Porque los dos sembraron en nuestra Corinto y nos instruyeron juntos; también en Italia enseñaron juntos en el mismo lugar y fueron martirizados al mismo tiempo.

En su libro III en 1-2 también menciona la estadía de San Pedro en Roma y su crucifixión de cabeza. Luego menciona como Lino le sucedió como obispo de Roma. Lo mismo hace en III.21. Es importante también la reseña que hace de que Orígenes en su comentario sobre el génesis sobre la muerte de Pedro en Roma.

Historia Eclesiástica, por Eusebio de Cesárea. Libro III.1-2. Destinos y escritos apostólicos.

Tomado de Eusebio. Historia de la Iglesia. Paul L. Maier. Pág. 93

“…Parece que Pedro predicó a los judíos de la diáspora en el Ponto, Galacia, Bitinia, Capadocia y Asia. Finalmente, acudió a Roma y fue crucificado cabeza abajo por propia petición. ¿Qué más se necesita decir de Pablo, que proclamó el Evangelio desde Jerusalén hasta el Ilírico, y que posteriormente fue martirizado en Roma bajo Nerón? Esto es dicho específicamente por Orígenes en el volumen 3 de su Comentario sobre Génesis.

2. Después de los martirios de Pablo y Pedro, el primero en ser designado obispo de Roma fue Lino. Pablo lo menciona al escribir a Timoteo desde Roma, en la salutación que da al final de la epístola [2 Timoteo 4,21]

Historia Eclesiástica, por Eusebio de Cesárea. Libro III.21. Destinos y escritos apostólicos.

Tomado de Eusebio. Historia de la Iglesia. Paul L. Maier. Pág. 109

…Para este tiempo, Clemente seguía siendo guía de la Iglesia en Roma, también el tercero en la lista de obispos en Roma que fueron después de Pablo y Pedro: Lino el primero, y Anacleto el segundo.

En su libro IV menciona la muerte de Alejandro (obispo de Roma) y como este había sucedido a Sixto. En V.8 reproduce la cita de San Ireneo en “Contra los herejes” que mencionamos anteriormente.

En V.28 Eusebio menciona un tratado donde Pablo de Samosata refutando la herejía de Artemón y de Teodoro, menciona como referencia a Víctor, como decimotercer obispo de Roma después de San Pedro.

Historia Eclesiástica, por Eusebio de Cesárea. Libro V.28. Las herejías de Artemón y de Teodoto..

Tomado de Eusebio. Historia de la Iglesia. Paul L. Maier. Pág. 201

…Pretenden que todos sus predecesores y los mismos apóstoles enseñaron como ellos y que la verdadera enseñanza fue preservada hasta la época de Víctor, el decimotercer obispo de Roma después de Pedro…

Existen muchas otras referencias sin embargo no podríamos mencionarlas todas. Finalicemos mencionando brevemente los testimonios de:

Pedro de Alejandría (306 d.C) en “Penitencia”, Canon 9 “Pedro, el primer elegido de entre los Apóstoles, habiendo sido tomado y encarcelado muchas veces, siendo tratado con grande ignominia, finalmente fue crucificado en Roma.”

Lactancio (316-320 d.C) en “La muerte de los perseguidores” escribió: “Siendo él [Nerón] un despreciable y perverso tirano, se apuró a realizar la obra de destrucción del templo celestial [la Iglesia] y de destruir la justicia. Él fue el primero en perseguir a los siervos de Dios. A Pedro lo clavó en una cruz, a Pablo lo decapitó.”.

San Jerónimo (395 d.C) en “Vidas de hombres ilustres I” escribió: “[De manos de Nerón, Pedro] recibió la corona del martirio, siendo clavado a la cruz, con su cabeza hacia el suelo y sus pies hacia arriba, asegurando que él no era digno de ser crucificado del mismo modo que lo había sido su Señor.”

Pienso que con estas referencias hay evidencia más que suficientes.

Conclusión

Luego de haber estudiado medianamente a fondo el tema, veamos como se escuchan las negativas que protestantes fundamentalistas ponen como reparo a la presencia de San Pedro en Roma:

(Hablando sobre Pedro y su estadía en Roma):

Loraine Boettner (escritor del libro anticatólico “Catolicismo Romano”)

“no hay prueba histórica de ninguna clase”

“todo se basa en la leyenda”.

Fernando Saravi (Apologeta protestante y escritor):

“…desde el punto de vista histórico la pretensión del obispo romano de ser el “sucesor de Pedro”, junto con el primado, la infalibilidad y toda otra prerrogativa singular, carecen por completo de fundamento sólido. Se trata de un gigantesco edificio construido sobre arena.

Daniel Sapia (Apologeta protestante):

“Ante este argumento expuesto, no sería raro recibir como respuesta que “aunque el apóstol Pablo no nombre a Pedro, obispo de Roma, este bien podía haber estado igualmente en funciones, pues el silencio de Pablo no debería significar garantía del no-ejercicio del primado por parte de Pedro en Roma”. Tampoco Pablo menciona la existencia en Roma de perros verdes, y ello no autoriza “per se” a suponer que tal vez los hubiera… Bromas aparte, aunque el silencio de Pablo no sea infaliblemente determinante, llama poderosamente la atención que, de ser cierto el obispado romano de Pedro para esa época, su compañero en la Buena Batalla (y subordinado del Primado) lo ignore por completo”.

Como se puede ver, cuando Loraine Boettner afirma que “no hay prueba histórica de ninguna clase” no tiene la menor idea de lo que está hablando (Es posible verificar la evidencia presentada incluso por las traducciones que han hecho los protestantes de los escritos patrísticos).

A Fernando Saraví simplemente bastaría hacerle notar que quien ha construido un gigantesco edificio sobre la arena, basando sus argumentos en suposiciones y especulaciones es él, mientras que la evidencia histórica es unánime y sólida.

A Daniel Sapia se le podría responder en su habitual tono de esta manera:

Ante este argumento expuesto, no sería raro recibir como respuesta que “aunque los escritos patrísticos e históricos demuestren de forma absolutamente unánime que el Apóstol Pedro si estuvo en Roma, era considerado por los romanos como una figura de auténtica autoridad, y la lista de sus sucesores la narran no menor número de historiadores, nosotros que nos regimos exclusivamente por la Biblia no tenemos porqué dar oído alguno a semejante evidencia”. Tampoco la Biblia menciona que hayan existido personajes como Napoleón Bonaparte y Adolfo Hitler, y ello no autoriza “per se” a negar que existieron… Bromas aparte, cada quien está en su derecho de negar lo que desee. Sin embargo, decida el lector, si es más válido el testimonio de tantos cristianos primitivos que estuvieron en contacto directo con los apóstoles, recibiendo la predicación directamente de ellos, o las especulaciones de algunos de los pseudo-historiadores protestantes del siglo XX.

Autor: José Miguel Arráiz

Bibliografía

Pasajes bíblicos tomados de la Biblia de Jerusalén.

Patrología I, Johannes Quasten. 5ta Edición. B.A.C.

Padres Apostólicos. Edición bilingüe completa. 5ta Edición. Daniel Ruiz Bueno. B.A.C.

Eusebio, Historia de la Iglesia, por Paul L. Maier. Editorial Portavoz

Fuentes patrísticas 14. Tertuliano. Editorial Ciudad Nueva, por Salvador Vicastillo.

¿Estuvo el apóstol Pedro en Roma?, por Catholic Answer

San Pedro el Príncipe de los apóstoles, Enciclopedia Católica

¿Estuvo Pedro alguna vez en Roma?, por Bob Stanley

El apóstol Pedro, ¿Estuvo en Roma?, por Guido Rojas M.P.D.

Entradas Relacionadas

¿Donde Jesús llamó a Pedro “Papa”?

¿Donde Jesús llamó a Pedro “Papa”?

Reflexiones a los interrogantes más comunes de los protestantes sobre el oficio Petrino. Una de las doctrinas más rechazadas por los hermanos protestantes es precisamente la doctrina del primado de Pedro. Pude comprobarlo cuando recientemente platicando con uno me...

El Primado de Pedro en la historia

El Primado de Pedro en la historia

Otro tema que quiero analizar es la evidencia histórica en favor de la primacía petrina, pero dejando en claro que debido a que no es posible por cuestión de espacio analizar toda la evidencia histórica del papado, (sería necesario escribir un libro entero), trataré...

Mateo 16,18, el Primado de Pedro y los Padres de la Iglesia

Mateo 16,18, el Primado de Pedro y los Padres de la Iglesia

Los errores son duros de matar, casi tanto como Bruce Willis en cualquiera de las secuelas de Die Hard. Uno de esos errores es la historia alternativa y casi mitológica que se ha propagado dentro del protestantismo, en la que se afirma que los padres de la Iglesia...