Un buen amigo me ha comentado que en un foro protestante han intentado realizar una refutación a mi artículo original (San Agustín, ¿Interpretaba las Escrituras como los protestantes?). Quien hace la réplica es un aficionado a la apologética protestante que suele visitar los foros católicos con varios pseudónimos (Pepito, Demon Hunter, Janus, etc.). Cuando me hice con una copia de la réplica sentí interés en preparar una segunda parte porque del tema todavía quedaba mucha tela que cortar y esta era una magnifica ocasión.
Nota: La mayoría de las citas de la réplica protestante están en ingles debido a que no se tomó el trabajo de traducirlas. Sin embargo, las presentadas por mí siempre lo estarán.
Analizando la réplica…
Protestante:
“Recientemente tuve la ocasión de platicar con un amigo protestante (bautista) que me afirmaba que varios padres de la Iglesia, entre ellos San Agustín, tenían posturas “protestantes”, especialmente en su interpretación de Mateo 16,18, la cual, según el, es un rechazo a la interpretación católica actual sobre el primado de Pedro y el Papado.”
“No debería de parecer extraño que Miguel use de nuevo sus tácticas manipuladoras de la verdad y habrá un tema que diga ¿Los padres son protestantes?, es obvio que jamás ninguna iglesia protestante a enseñado tal cosa, sin embargo la iglesia de Roma afirma que los padres de la iglesia si fueron papistas ¿Los padres de la iglesia fueron papistas?, creo que realmente ese debería de ser el tema ya que hay que probar la afirmación de la iglesia de Roma y saber si es cierta o no”
No hay manipulación alguna. Y no solo era mi amigo quien opinaba que los padres de la Iglesia tenían una interpretación similar a la que los protestantes tienen hoy, es casi algo generalizado entre protestantes fundamentalistas quienes han creido una historia alternativa donde la Iglesia de los 3 primeros siglos tenía una doctrina pura (en esto estamos de acuerdo) pero similar a la que ellos profesan hoy (tremendo disparate). (A menos claro que nuestro amigo reconozca abiertamente que no, que su doctrina es corrupta y diferente a la de los primeros cristianos). Así la mayoría opina que a raíz del edicto de Milán donde se decreta la libertad de culto la Iglesia comenzó a corromperse paulatinamente (Mito Constantino). Puede consultar por ejemplo la introducción del sitio Web protestante cristianismo primitivo donde reflejan este tipo de pensamiento:
Introducción del Sitio Web Cristianismo Primitivo
En el verano del año 325, convocados por un emperador romano: Constantino, los obispos de la cristiandad se reúnen en Nicea, para dilucidar sobre cuestiones de doctrina y acabar de una vez con las diferentes disputas teológicas y doctrinales que perturbaban en aquel tiempo a la Iglesia…Como consecuencia de esta contemporización con el poder temporal (que se permitía convocar concilios), que se valdrá del cristianismo como aglutinante para mantener la unidad del imperio unos siglos más, la iglesia comenzará un proceso de paganización y “romanización” que dará lugar pocos siglos después a la hoy conocida como Iglesia Católico-Romana.
No todo el protestantismo propaga esta visión distorsionada de la historia pero otra gran parte si. Entre los eruditos protestantes que rechazan el mito Constantino es oportuno citar al pastor Rick Wade, graduado de Moody Bible Institute con un B.A. en Comunicaciones (radiodifusión) y con honores en 1990 de Trinity Evangelical Divinity School con un M.A. en Pensamiento Cristiano (teología/filosofía), finalizando sus estudios en una tesis sobre la apologética de Carl F. H. Henry. Rick). El reconoce en su artículo “La Tradición y la Iglesia Primitiva” lo siguiente:
Rick Wade, La Tradición y la Iglesia Primitiva
Ocasionalmente, uno encuentra referencias a la idea de la “caída” de la iglesia luego de la conversión del emperador Constantino en el siglo IV. Algunos creen que bajo Constantino la iglesia comenzó su deslizamiento hacia una religión de estado, habiendo sido corrompida por el poder y el dinero. Los intereses de la iglesia y el estado se superpusieron, resultando en la corrupción de la iglesia. Esto arrojó una sombra sobre toda la historia de la iglesia hasta la Reforma. La tradición se considera un elemento de la iglesia corrompida e institucionalizada.
Si bien es cierto que la nueva libertad que experimentó la iglesia bajo Constantino sí tuvo su lado negativo, no se deduce de esto que la iglesia “cayó”, como dicen algunos. A lo largo de la historia la iglesia ha cometido errores en sus tratos con la sociedad secular y en saber cómo manejar adecuadamente la libertad y el poder que ha experimentado. Algunos se quejan hoy de que los cristianos se vinculan demasiado estrechamente con partidos políticos, orillando la transigencia al hacerlo. Esto no difiere en nada de lo que ocurría en el tiempo de Constantino. Que la iglesia adquirió un nuevo color cuando se estableció bajo Constantino, nadie lo cuestiona. Pero la idea de que la iglesia se volvió corrupta rápidamente, y que los concilios convocados bajo su reino eran simples peones del emperador es simplista. La iglesia siguió siendo fiel a la tarea de clarificar y transmitir la tradición apostólica. “La fe profesada y practicada en las iglesias primitivas no fue determinada por maquinaciones políticas de emperadores y jerarquías episcopales”, dice Williams. “La formulación y construcción esencial de la identidad cristiana fue algo que el siglo cuarto recibió y continuó ampliando mediante la exégesis bíblica y la vida litúrgica, según se refleja en la tradición de los credos”.
Es común ver como algunos protestantes hacen grandes esfuerzos para demostrar que en algunas interpretaciones bíblicas los primeros padres diferían de lo que los católicos creen hoy día, pero terminan demostrando que esa fe es diametralmente opuesta a la que ellos profesan hoy. No verá usted al autor protestante de esta réplica discutiendo la posición de Agustín sobre la necesidad del bautismo a los infantes, la sucesión apostólica u otros temas, porque si usted le pregunta por la sucesión apostólica de su iglesia le dirá “bien, gracias”.
Continúa el protestante:
Todo estaba bien hasta que Jose Miguel empezó a hablar, creo que aquí sería bueno hacer algunas aclaraciones interesantes, la primera es que tanto los protestantes como la mayoría de los padres de la iglesia tenemos en alta estima a Pedro como el primero entre iguales, pero no creemos que Pedro haya sido el papa como lo ensena Roma.
Veamos algunos puntos de lo que dice el infalible concilio Vaticano I y II sobre el papado y la infalibilidad del mismo, por lo tanto se deberían de probar que estos puntos los sostuvo Agustín para probar que creía en el papado ya que tanto Vaticano I y II tomaron a los padres de la Iglesia como prueba para estos puntos:
A. Cristo dio la primacía de jurisdicción a Pedro sobre la Iglesia y sobre todo el mundo.
B. Inherente en la primacía de jurisdicción también hay una enseñanza infalible sobre la iglesia.
C. Este derecho de Jurisdicción es dado a los sucesores de Pedro, los obispos de Roma, por todo el tiempo.
D. Cuando hablando ex cátedra, esto es, cuando hablando en su capacidad oficial como papa, y definiendo doctrina en cuestiones de fe y moral, el obispo de Roma enseña infaliblemente.
E. El romano pontífice tiene absoluta autoridad inherente a su cargo, posee autoridad sobre todos los concilios, su juicio no puede ser cuestionado, el, no puede ser juzgado por tribunal humano.
F. En todos los tiempos de la historia de la iglesia ha sido necesario que cada iglesia atravéz del mundo debería estar de acuerdo con la iglesia de Roma.
G. Estas enseñanzas han sido siempre sostenidas por toda la iglesia através de todas las edades y pueden ser validadas por las Escrituras, los cañones de los concilios generales y en unánime consejo de los padres de la Iglesia.
H. Es necesario para la salvación que cada uno que profese ser cristiano tiene que estar sometido a la autoridad de el pontífice Romano en todas las áreas de fe, moral y disciplina, y si alguno esta en desacuerdo con las enseñanzas del Vaticano I que sea anatema.1)
Antes de entrar a analizar el presente comentario, quiero poner a disposición el texto original del concilio Vaticano I, debido a que nuestro interlocutor lo hace de manera imprecisa y algo distorsionada:
Ver el texto AQUI
Esta es exactamente una de las objeciones de Webster y otros apologetas protestantes como Jason Enger. Es anacrónico tratar de ver en el pensamiento de Agustín un nivel de explicitación tal como aparece en los canones del concilio Vaticano I, después de todo, el entendimiento de parte de la Iglesia sobre verdades de fe ha ido aumentando a través de los siglos, sin embargo, en el tema que nos acopia veremos que en escencia su reconocimiento de la primacía petrina es indiscutible y en escencia el mismo que el que presenta el Concilio.
Veamos algunos ejemplos nuevos, y repasemos otros textos de Agustín:
San Agustín, De utilit. credenci c.17 n.35
“Pues que vemos en ellos un gran socorro de Dios y tanto provecho y utilidad, ¿dudaremos en acogernos en el seno de esta Iglesia que, según la confesión del género humano, tiene en la Sede Apostólica [Roma] y ha guardado por la sucesión de sus obispos la autoridad suprema, a despecho de los clamores de los herejes que la asedian y han sido condenados, ya por el juicio del pueblo, ya por las solemnes decisiones de los concilios, o por la majestad de los milagros? No querer darle el primer lugar es seguramente producto de una soberana impiedad o de una arrogancia desesperada. Y si toda ciencia, aun la más humilde y fácil, exige, para ser adquirida, el auxilio de un doctor o de un maestro, ¿puédese imaginar un orgullo más temerario, tratándose de libros de los divinos misterios, negarse a recibirlo de boca de sus intérpretes y sin conocerlos querer condenarlos?»”
Hago un paréntesis entre estas citas para enfatizar cual es el error de la parte protestante: A lo largo de todo el estudio trató de probar que San Agustín al interpretar Mateo 16,18 veía en la confesión de fe la piedra sobre la que se edifica la Iglesia. Demuestra así que no entendió realmente el sentido del artículo. A su vez también confirma lo que se dijo en un principio: Cuando un protestante ve que algún padre de la iglesia interpreta de esta manera, asume que es un rechazo al primado romano. Precisamente por eso es que en el comienzo del artículo se colocaron los textos donde San Agustín interpreta de este modo. Así, aunque lo que se probaba era que esta interpretación no representaba un rechazo al primado Romano y nuestro amigo nunca lo entendió.
Y ciertamente este rechazo no solo no existió, sino que en los textos presentados se ve a San Agustín declarando en primer lugar que la sucesión de obispos es tomada en cuenta (no hace falta recordar que los protestantes rechazan la doctrina de la sucesión apostólica, siendo este otro punto en los que el pensamiento de Agustín se les opone). Posteriormente afirma que mas cierta es la de aquella que reconoce procede hasta Pedro mismo. Si esto no es suficiente luego da la lista de obispos de Roma.
Repasemos algunos textos donde San Agustín mantiene la misma idea.
San Agustín, Serm.120 n.13
No puede creerse que guardáis la fe católica los que no enseñáis que se debe guardar la fe romana
San Agustín. C. ep. Man. 4,5.
“Aún prescindiendo de la sincera y genuina sabiduría…, que en vuestra opinión no se halla en la Iglesia Católica, muchas otras razones me mantienen en su seno: el consentimiento de los pueblos y de las gentes; la autoridad, erigida con milagros, nutrida con la esperanza, aumentada con la caridad, confirmada por la antigüedad; la sucesión de los obispos desde la sede misma del apóstol Pedro, a quien el Señor encomendó, después de la resurrección, apacentar sus ovejas, hasta el episcopado de hoy; y en fin, el apelativo mismo de Católica, que son sin razón sólo la Iglesia ha alcanzado….Estos vínculos del nombre cristiano – tantos, tan grandes y dulcísimos- mantienen al creyente en el seno de la Iglesia católica, a pesar de que la verdad, a causa de la torpeza de nuestra mente e indignidad de nuestra vida, aún no se muestra”.
Cuando San Agustín combate a los donatistas escribe en una de sus cartas:
San Agustín, Ep 43,3,7
“…Veínan que Ceciliano estaba unido por cartas de comunión a la Iglesia romana, en la que siempre residió la primacía de la cátedra apostólica.…”
A medida que avancemos en el estudio iremos colocando más evidencia, sin embargo por ahora quiero resaltar que en este sentido toda la réplica es literalmente insubstancial, ya que invierte inútilmente energías en probar algo que no discutimos. Veamos como continúa:
¿Sobre quien se fundo la Iglesia?
Jose Miguel al igual que su iglesia enseñan que sobre Pedro, en cambio tanto protestantes, como el Nuevo Testamento y Agustín dicen que es sobre la Confesión de Pedro y esta es la fe en Cristo.
Según Agustín, y no un protestante del siglo XVI ni del siglo XXI dice que la piedra no es Pedro, sino la confesión: “Sobre esta afirmación que tú has hecho: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo, edificaré mi Iglesia”. La iglesia se edifica sobre la confesión de fe no sobre Pedro.
El Catecismo de la iglesia de Roma dice lo siguiente: “CIC 881 El Señor hizo de Simón, al que dió el nombre de Pedro, y solamente de él, la piedra de su Iglesia” y tambien dice esto “Pedro, a causa de la fe confesada por él, será la roca inquebrantable de la Iglesia. Tendrá la misión de custodiar esta fe ante todo desfallecimiento y de confirmar en ella a sus hermanos (cf. Lc 22, 32).”
¿Cómo puede ser que la visión de Agustín se acerque más a la de la iglesia de Roma, cuando este mismo dice que la roca no es Pedro? ¿Cómo puede ser Agustín un papista si contradice completamente al Vaticano I, II y al propio catecismo?
Es necesario también hacer una aclaración porque al parecer nuestro amigo no leyó bien el artículo inicial: Para nosotros los católicos AMBAS interpretaciones se complementan, es falso por tanto afirmar que San Agustín contradice el Catecismo quien también dice lo mismo:
CIC 424 Movidos por la gracia del Espíritu Santo y atraídos por el Padre nosotros creemos y confesamos a propósito de Jesús: “Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo” (Mt 16, 16). Sobre la roca de esta fe, confesada por San Pedro, Cristo ha construido su Iglesia (cf. Mt 16, 18; San León Magno, serm. 4, 3;51, 1;62, 2;83, 3).
En su párrafo anterior se escandaliza porque San Agustín interpreta que en Mateo 16,18 la Piedra es la fe confesada por él, pero no se da cuenta que dice lo mismo también el catecismo. Esperemos luego no venga a decir que el catecismo enseña ideas protestantes, que se contradice a si mismo, o que León Magno (a quien algunos protestantes señalan de forma despectiva como el mas “papista” de los Papas ) tampoco reconocía el primado Romano.
Así, parte de una suposición errada (que los católicos no aceptamos como complementaria o posible la interpretación de que la Piedra es también la fe de Pedro) para argir una falacia de muñeco de paja.
Sin embargo el catecismo está allí para desmentirle o en el mejor de los casos mostrarle su error. Así, si la interpretación particular de San Agustín es que la Piedra es la fe de Pedro, ya hemos demostrado esto no es un rechazo al primado.
Continúa el protestante:
Antes de finalizar esta parte del escrito quiero que vayamos a las retractaciones de Agustín, al principio de su ministerio Agustín dijo que Pedro era la Roca, pero después se retracto y como lo vemos en toda su gran carrera teológica su punto de vista preferido fue que la iglesia se fundó sobre Cristo o la fe de Pedro, pero no en su persona, veamos lo que dice Agustín:
In a passage in this book, I said about the Apostle Peter: ‘On him as on a rock the Church was built.’…But I know that very frequently at a later time, I so explained what the Lord said: ‘Thou art Peter, and upon this rock I will build my Church,’ that it be understood as built upon Him whom Peter confessed saying: ‘Thou art the Christ, the Son of the living God,’ and so Peter, called after this rock, represented the person of the Church which is built upon this rock, and has received ‘the keys of the kingdom of heaven.’ For, ‘Thou art Peter’ and not ‘Thou art the rock’ was said to him. But ‘the rock was Christ,’ in confessing whom, as also the whole Church confesses, Simon was called Peter. But let the reader decide which of these two opinions is the more probable. The Fathers of the Church (Washington D.C., Catholic University, 1968), Saint Augustine, The Retractations Chapter 20.1
Esto es sumamente interesante y quiero que lo veamos con detenimiento:
1.- En sus Retractaciones, Agustín corrigió el punto de vista previo donde Pedro era la Roca.
2.- Después da la opinión que sostuvo durante todo su ministerio y esta es Pedro no es la roca.
Para analizar mejor este argumento, y aunque en un principio habíamos declinado profundizar en la opinión de Agustín sobre Mateo 16,18 debido a que no representa un menoscabo del primado por parte de San Agustín, ahora profundizaremos un poco más para mostrar realmente el verdadero contexto y como San Agustín finalmente en sus retractaciones si bien se inclina por la segunda interpretación, considera las dos como posiblemente válidas y en sus retractaciones deja al lector inclinarse por la que considere más apropiada.
Algunas de las citas donde San Agustín veía en Pedro la piedra son:
San Agustín, Christian Combat, 31:33(A.D. 397), in JUR,3:51
“No nos permitimos escuchar a aquellos que niegan que la Iglesia de Dios es capas de perdonar todos los pecados. Ellos se equivocan porque no reconocen en Pedro la Roca y ellos rechazan creer que las llaves del cielo, desde sus propias manos han sido entregadas a la Iglesia”
San Agustín, Homilies on John, Tract 11:5(A.D. 417), in NPNF1,VII:76
“Cuando de este modo él había dicho a sus discípulos, “Ustedes también me dejaran”, Pedro, la Roca contestó por todos: “Senor, a quien iremos, tu tienes palabras de vida eterna”
San Agustín, In Psalms, 69:4[PL 36, 869] (A.D. 418), in Butler, 251
“Pedro, quien había confesado a Él como hijo de Dios, y en esa confesión había sido llamado roca sobre la cual la Iglesia debía ser edificada”
San Agustín, In Psalms, 104[103]:16(A.D. 418),in NPNF1,VIII:513
“...Pero esa Roca, Pedro mismo, la gran montaña…”
Y ahora llegamos a sus retractaciones donde enfatizaré lo que nuestro amigo ha omitido comentar:
San Agustín, Retractations,1:21(A.D. 427),in GILES, 177
“En mi primer libro contra donato mencioné en algún lugar una referencia a el apóstol Pedro como “la iglesia es fundada sobre él como sobre una roca”. Esta interpretación también suena en muchos labios en las lineas de bendición de San Ambrosio, donde, hablando de cocina domestica, él dice: Cuando canta él, la roca de la Iglesia, absuelve el pecado. Pero yo recuerdo que frecuentemente expliqué las palabras de nuestro Señor hacia Pedro “sobre esta piedra edificaré mi iglesia”, de manera que deberían ser entendidos como refiriendose a la confesión de Pedro mismo cuando dice “Tu eres el Cristo, el hijo del Dios viviente, y como significando que Pedro había sido llamado luego roca, portó la figura de la Iglesia, la cual es construida sobre esta roca y ha recibido las llaves del reino de los cielos. Por lo que fué dicho de él no fué ‘Tu eres Roca’ sino ‘Tu eres Pedro’, pero la Roca era Cristo, habiendo sido confesado por Simón (y como la Iglesia entera confieza) quien fué llamado Pedro. Cual de estas interpretaciones es más correcta, decida el lector”
De los textos anteriores podemos entender que:
1. San Agustín primeramente estaba a favor de llamar a Pedro la Piedra sobre la que se edifica la Iglesia.
2. Comenta que dicha interpretación está muy difundida y menciona otro padre de la Iglesia que la favorece: San Ambrosio.
3. Favorece la interpretación de que la Piedra de Mateo 16,18 es la fe de Pedro, pero no rechaza definitivamente la primera interpretación por lo cual cita a San Ambrosio (otro padre de la Iglesia de renombre), y deja así abierta la posibilidad de que la otra interpretación sea también correcta permitiendo al lector decidir.
Este simple hecho que nuestro amigo y Webster omiten ilumina bastante el asunto como para entender que respecto a Mateo 16,18 las dos interpretaciones eran posiblemente válidas.
Continúa el protestante:
Quiero que lean estas observaciones de Jonh Rotelle quien es el editor de las series Catolicas de los sermones de Agustín:
“‘There was Peter, and he hadn’t yet been confirmed in the rock’: That is, in Christ, as participating in his ‘rockiness’ by faith. It does not mean confirmed as the rock, because Augustine never thinks of Peter as the rock. Jesus, after all, did not in fact call him the rock…but ‘Rocky.’ The rock on which he would build his Church was, for Augustine, both Christ himself and Peter’s faith, representing the faith of the Church (emphasis mine) (John Rotelle, Ed., The Works of Saint Augustine (New Rochelle: New City, 1993), Sermons, Sermon 265D.6, p. 258-259, n. 9.”
Es interesante que este autor católico y que sus series tienen el imprimatum de la iglesia hace al darnos la razón de todo lo que se ha dicho hasta aquí veamos:
1.- Agustín nunca penso en Pedro como la Roca.
2.- Jesús después de todo no llamo a Pedro la Roca
3.- La Roca sobre la cual el construiría su iglesia, según Agustín, fue tanto Cristo mismo y la fe de Pedro, representando la fe de la Iglesia.
En este momento la parte protestante copia textualmente y sin traducir una cita que Willian Webster tiene posteada en una de sus publicaciones. Así, sin entrar a analizar de fondo si el autor original ha sido sacado de contexto, es interesante hacer notar varias cosas.
Respecto al punto 1 cuando dice que Agustín NUNCA pensó en Pedro como la Roca, ya hemos demostrado que es falso, acabamos de dar numerosas citas de San Agustín donde así lo hace. El mismo lo reconoce en sus retractaciones, por lo que si nuestro amigo, o el erudito católico afirman esto se equivocan.
Respecto al punto 2, si Jesús llamó o no a Pedro la Roca (ya no hablando de la opinión de San Agustín) es un tema aparte, pero si lo que quiere insinuar la parte protestante es que los eruditos católicos no creen que Jesús llamó a Pedro “la Roca” tomando como ejemplo al autor que cita, intenta engañarnos de forma descarada. Puede consultarse por ejemplo la obra “El pontificado Romano en la História” por José Orlandis, quien ha sido catedrático de historia del Derecho de la Universidad de Zargoza. Primer Decano de la facultad de derecho canónico de la Universidad de Navarra, y primer director del Instituto de Historia de la Iglesia, ha escrito más de dos centenares de trabajos y más de veinte libros, quien escribe:
El Pontificado Romano en la historia, José Orlandis, Pag. 14
“…correspondería a Pedro en la futura Iglesia ser roca, cimiento inquebrantable, que asegurara su perennidad: Y yo te digo que tu eres Pedro y sobre esta piedra edeificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no pervalecerán contra ella”, y la promesa de las llaves del Reino: “te daré las llaves del reino de los cielos’ -de atar desatar en el mundo con decisiones de resonancia y efectos trascendentes: “todo lo que atares sobre la tierra quedará atado en los Cielos; y todo lo que desatares sobre la tierra, quedará desatado en los Cielos”
Tenga por seguridad que así como este podría citar una gran cantidad de eruditos católicos de esta opinión. Así que si lo que intenta nuestro amigo es dar la falsa impresión de que estos eruditos tienen una posición diferente a la de su servidor, está esperando que haga frío en el infierno.
Respecto al punto 3 y habiendo visto que para San Agustín eran válidas ambas interpretaciones, vuelvo a hacer notar que esto no implica un rechazo al primado. Y ya que a nuestro amigo le atrae tomar las citas de Webster de terceros, que decir de las de eruditos protestantes como Cesar Vidal que escriben que San Agustín siempre reconoció el primado de la Sede Romana?
Cesar Vidal. Diccionario de Patrística. Agustín de Hipona:
“…Eclesiológicamente, Agustín no es unívoco en la utilización del término “iglesia” refiriéndose tanto a la comunidad de los fieles, edificada sobre el fundamento apostólico, como al conjunto de los predestinados que viven en la dichosa inmortalidad. Considera hereje no al que yerra en la fe (Ep. XLIII, I) sino al que “resiste a la doctrina católica que le es manifiesta” (De Bapt. XVI, 23), la cual se expresa en el símbolo bautismal, en los concilios (Ep. XLIV, I) y en la sede de Pedro, que siempre disfrutó del primado (Ep. XLIII, 7)”.
Sigue desvariando el interlocutor protestante:
Entonces la pregunta es, ¿Era Agustín un papista?, creemos que no ya que su punto de vista se aleja muchísimo de el de Roma, es más podria ser calificado por hereje por algunos concilios de la iglesia de Roma
Entonces resumimos asi:
1. La iglesia de Roma dice que la iglesia se funda sobre Pedro ya que el es la Piedra de Mateo 16:18
2. Agustín dice que la iglesia se funda sobre la fe de Pedro esto es sobre Jesucristo, según el Pedro no es la piedra de Mateo 16:18.
Analicemos ahora los puntos de su resumen:
1. Ya hemos visto que el punto 1 está equivocado, mostramos el texto del catecismo donde también se da cabida a la segunda interpretación y dice: “…Sobre la roca de esta fe, confesada por San Pedro, Cristo ha construido su Iglesia”.
2. Si Agustín dice que la Iglesia se funda sobre la fe de Pedro, lo mismo también dice el catecismo, no hay realmente ningún problema. Si el problema es que el catecismo utiliza también la otra interpretación, tampoco lo hay porque el mismo Agustín en sus retractaciones permite al lector elegir la interpretación que más considere conveniente. Si a eso sumamos que es el mismo Agustín era partidario de la misma y es él mismo quien nos recuerda que en dicha época esa interpretación también gozaba de popularidad entre padres reputados (como San Ambrosio) el argumento de nuestro amigo se derrumba más rápido que la torre de Babel.
En la primera cita que se dio de Agustín habla de Pedro como el primero de los apóstoles, ¿A que se refiere Agustín con esto? ¿Pedro tenia algún oficio que lo hiciera el primero entre ellos?, La respuesta es simplemente No, para Agustín todos los apóstoles eran iguales ya que no había ningún papa.
Que Pedro fuera el primero no es una primacía de juridicción sino de honor, podríamos decir de tiempo ya que Pedro fue el primero en ser escogido por el Señor
En anteriores textos hemos demostrado que San Agustín reconocía en la Iglesia de Roma la primacía. Posteriormente demostraremos con evidencias que esta primacía incluía la jurisdicción sobre otras Iglesias, sin embargo quiero primero detenerme en un absurdo argumento de la parte protestante. Nótese que alega que Pedro tiene la primacía de honor por ser el primero en ser escogido, y por eso es “el primero entre iguales” Para justificar esto da las siguientes citas (sin traducir también) para avalar su punto:
As you know, all of you who know the holy scriptures, among the disciples whom the Lord chose while present in the flesh, Peter was the first to be chosen. Paul on the other hand was not chosen among them, nor with them, but a long time afterward, though not for all that unequal to them. So Peter is the first of the apostles, Paul the last; while God, whose servants these two are, whose heralds, whose preachers these two are, is the first and the last (Rv 22:13). Peter first among the apostles, Paul last among the apostles; God both first and last, before whom nothing and after whom nothing. So God who has presented himself as eternally the first and the last, himself joined together the first and the last apostles in martyrdom (John Rotelle, Ed., The Works of Saint Augustine, Sermons III/8 (Hyde Park: New City, 1994), Sermon 299.2, p. 229).
The blessed apostles Peter and Paul were called at different times, and crowned on the same day. The Lord called Peter before all the others, Paul after all the others; Peter the first of the apostles, Paul the last; they were led to martydom on one and the same day by the First and the Last (John Rotelle, Ed., The Works of Saint Augustine, Sermons III/8 (Hyde Park: New City, 1994), Sermon 299C.1, p. 250).
Notese que estos textos están hablando de Pedro y Pablo como apóstoles (nosotros creemos que Pedro es tan apóstol como Pablo y viceversa).Allí no está profundizando en el primado de Pedro, sino a la relación de los santos apóstoles Pedro y Pablo respecto a su orden de llamamiento. Por tanto, este argumento no apoya la postura protestante.
Hay otros textos de San Agustín sin embargo que niegan completamente que Pedro en su oficio como primado tenga la misma autoridad que el resto de los apóstoles, y los veremos a continuación.
Un ejemplo lo tenemos cuando escribe que Pedro es:
San Agustín, Serm 76,3
“...el primero y jefe en la orden de los apóstoles, en la cual la Iglesia fué representada”
Así en la interpretación de Agustín, Pedro puede representar a la Iglesia y se le llama el jefe de los apóstoles. Notese la discrepancia entre lo expresado por la parte protestante con las mismas palabras de Agustín. Es inconsencuente cualquier especulación que relacione su primado con el orden en que fue llamado por Jesús. (Sin entrar en la polémica de quien fue realmente llamado primero, ya que los evangelios narran fué Andrés). Tome un ejemplo de la vida diaria y considere si el empleado más antiguo de una empresa ya puede ser llamado jefe.
Otros textos donde Agustín utiliza expresiones similares:
San Agustín, Serm 295 2,75 9
“Entre los apostoles, casi en todo lugar, solamente Pedro ameritaba llevar la persona de la Iglesia, debido a que esta misma persona, la única de toda la Iglesia que la soportaba, solo él mereció escuchar: “a tí te dare las llaves del reino del cielo.” Para tí las llaves, no para un solo hombre, sino para recibir la unidad de la Iglesia. Desde entonces se establece la excelencia de Pedro, debido a que soportó la figura de esa misma universalidad y unidad de la iglesia cuando se le dijo a él: Yo te entrego, tratándose de algo que ha sido entregado a todos. Pues, para que sepáis que la Iglesia ha recibido las llaves del reino de los cielos, escuchad lo que el Señor dice en otro lugar a todos sus apóstoles: Recibid el Espíritu Santo. Y a continuación: A quienes les perdonéis los pecados les quedan perdonados; a quienes se los retengáis les quedan retenidos. En este mismo sentido, el Señor, después de su resurrección, encomendó también a Pedro sus ovejas para que las apacentara. No es que él fuera el único de los discípulos que tuviera el encargo de apacentar las ovejas del Señor; es que Cristo, por el hecho de referirse a uno solo, quiso significar con ello la unidad de la Iglesia; y, si se dirige a Pedro con preferencia a los demás, es porque Pedro es el primero entre los apóstoles. No te entristezcas, apóstol; responde una vez, responde dos, responde tres. Venza por tres veces tu profesión de amor, ya que por tres veces el temor venció tu presunción. Tres veces ha de ser desatado lo que por tres veces habías ligado. Desata por el amor lo que habías ligado por el temor. A pesar de su debilidad, por primera, por segunda y por tercera vez encomendó el Señor sus ovejas a Pedro.
Según Agustín, solo Pedro ameritaba llevar la persona de toda la Iglesia, era el único que soportaba a toda la Iglesia y solo él mereció escuchar: “A tí te daré las llaves”. A través de él se las da a toda la Iglesia, pero es él el portador. Todos son pastores del rebaño, pero Pedro, el jefe de los demás apóstoles (tal com le llama Agustín) les representa en razón de su Primado. Todos los apóstoles pueden atar y desatar en comunión con su cátedra. Se deduce de la totalidad de textos de Agustín donde afirma que para estar unido a la Iglesia Católica hay que estar unido a la sede apostólica.
San Agustín, On the Gospel of John, Tract 124:5 (A.D. 416), in NPNF1, VII:450
“Tal que la Iglesia actúa en bendecida esperanza hacia esto problemática vida, y esta Iglesia….fue personificada en el apóstol Pedro, a cuenta del primado que tuvo entre los apóstoles”
En este punto es indiscutible que San Agustín reconocía el primado de Roma. Ahora, si se intenta alegar que este primado era solo un primado de “honor” este argumento también falla y daremos varias razones.
En textos paralelos donde Agustín utiliza esta misma palabra no puede darse cabida a esta interpretación, por ejemplo cuando escribe:
San Agustín, (To Glorius et. al., Epistle 43:3(A.D. 397-398), in FC, XII:184)
“Advertí que nosotros teníamos otras actas eclesiásticas. Según ellas, Segundo Tigisitano, que era entonces el primado de Numidia, había dejado al juicio de Dios a los traditores, que estaban presentes y confesaron su delito. Les permitió quedarse como estaban en sus sedes episcopales”
Segundo de Tigisitano en ese tiempo mantenía el primado en la provincia de Numidia. Así, al mantener la primacía el presidía sobre otros obispos de Numidia, (En el concilio de Cirta Segundo presidió sobre el concilio)
Pero a través de la revisión de hechos históricos es posible probar de forma más contundente el reconocimiento de San Agustín del primado de Roma, no solo un primado de honor sino también de jurisdicción. Una prueba clara la tenemos cuando en varios concilios efectuados en Cártago y Mílevis los obispos africanos condenaron al pelagianismo y apelaron al Papa para que ratificara su decisión. Un extracto de la carta que 68 obispos enviaron al Papa dice:
Concilio de Cártago al Papa Inocencio I
“Hemos acudido de acuerdo a la costumbre a la Iglesia de Cartago, y un sínodo se llevó a cabo para discutir varios temas, cuando nuestro hermano presbítero Orosio nos presentó cartas de nuestros santos hermanos y compañeros obispos Heros y Lázaro, las cuales incluimos. Una vez leídas estas, hemos percibido que Pelagio y Celestino fueron acusados de ser autores de un perverso error, que deben ser condenados por todos nosotros. Debido a lo cual pedimos que todo lo que se ha hecho respecto a Celestino aquí en Cartago desde hace unos cinco años debe llevarse hasta el final. Habiéndose leído esto, como su Santidad puede percibir de las actas que adjuntamos, a pesar de que la decisión era clara, por la cual se había mostrado que tan grande herida se había amputado de la Iglesia por juicio episcopal, aún así pensamos conveniente en deliberación común, que los autores de esta persuasión (a pesar de que se dijo que este Celestino ha llegado desde entonces al sacerdocio), sean abiertamente anatemizados para que, si no se logra su salvación, se logre al menos procurarse la de aquellos que han sido o puedan ser engañados por ellos, cuando sepan acerca de la sentencia en su contra. Pensamos correcto que este acto, honorable hermano, fuera comunicado a su santa caridad, para que para la estatura de nuestra pequeñez se pudiera añadir la autoridad de la Sede Apostólica (ut statutis nostrae mediocritatis etiam apostolcae sedis adhibeatur auctoritas) para la preservación de la seguridad de muchos, y para la corrección de la perversidad de algunos”
“Y tememos que por repetirle a usted estas mismas cosas que usted predica con mayor gracia desde la silla Apostólica (quae majore gratia de sede apostolica praedicas), pudiera parecer que actuamos de manera inconveniente. Pero lo hacemos debido, solo tomando en cuenta nuestra mayor debilidad, mientras más celo mostramos al predicar la Palabra de Dios, los ataques de los herejes son más constantes y atrevidos. Si, por lo tanto, Pelagio parece a su Santidad justamente absuelto por las actas Episcopales que se dice han sido negociadas en el Este, en todo caso, el error mismo y la impiedad que ahora tiene muchos promotores en diversos lugares, debe también ser anatemizado por la autoridad de la Sede Apostólica. Que su Santidad considere y sienta con nosotros en su corazón de pastor cuan vanas y destructivas son para las ovejas de Cristo las necesarias consecuencias de su sacrílega discusión.”
“Por que, incluso si Pelagio y Celestino hayan corregido su conducta o anuncien que nunca tuvieron dichas opiniones, y nieguen que sean suyos cualesquiera escritos que se nos presenten como evidencia contra ellos, y si no hay manera de convencerlos de su falsedad, aún en general quien quiera asegure dogmáticamente, etc..que sea anatema. Cualesquiera otras cosas que se objeten contra ellos, no dudamos que su Reverencia, después de leer la actas Episcopales que se dice han sido redactadas en el Este por la misma causa, emitirá tal sentencia que nos hará regocijar a todos en la misericordia de Dios (id judicarurum unde omnes in Dei misericordia gaudeamus).”
Otra carta que enviaron 61 obispos del concilio de Milevis (San Agustín incluido) decía:
Concilo de Milevis al Papa Inocencio I
“Dado que Dios por un don especial de Su gracia lo ha colocado a usted en la Sede Apostólica, y nos ha dado alguien como usted en nuestros tiempos, para que pueda mas bien ser imputada a nosotros como una falta de negligencia si fallamos en mostrar a su Reverencia lo que se sugiere para la Iglesia, que a usted haber podido recibir las mismas con desprecio o negligencia le rogamos que involucre su diligencia pastoral hacia el gran peligro de los miembros débiles de Cristo.”
“Al insinuar estas cosas a su pecho Apostólico no necesitamos decir mucho, y apilar palabras acerca de esta impiedad, debido a que sin duda moverá en usted tal sabiduría que no podrá abstenerse de corregirlas, para que no puedan seguir infiltrándose más…Se dice que los autores de esta perniciosa herejía son Pelagio y Celestino, quienes en verdad, deberían preferir ser curados con la Iglesia, en lugar de ser separados de la Iglesia sin necesidad. Se dice que uno de ellos, Celestino, incluso ha llegado al sacerdocio en Asia. Su Santidad esta mejor informado por el Concilio de Cartago acerca de lo que se hizo en contra suya hace algunos años. Pelagio, nos informan las cartas de algunos de nuestros hermanos, está en Jerusalén, y se dice que ha engañado a muchos allí. Muchos más, sin embargo, que han podido examinar más de cerca sus puntos de vista, están combatiéndolo en nombre de la Fe Católica, pero específicamente su santo hijo, nuestro hermano y compañero sacerdote, Jerónimo. Pero nosotros consideramos que con la ayuda de la misericordia de nuestro Dios, a quien rezamos para que lo aconseje y que escuche sus plegarias, aquellos que mantienen estas perversas y banales opiniones cederán más fácilmente a la autoridad de su Santidad, que ha sido tomada de la autoridad de las Santas Escrituras (auctoritati sanctitatis tuae, de sanctarum scripturarum auctoritate depromptae facilius….esse cessuros), para que podamos regocijarnos en su corrección en lugar de entristecernos por su destrucción. Pero sea lo que sea que ellos mismos escojan, su Reverencia percibe que al menos se debe cuidar a esos muchos que pueden ser enredados en sus redes si ellos no se someten honradamente. Escribimos esto a su Santidad desde el Concilio de Numidia, imitando a nuestros compañeros obispos de la Iglesia y provincia de Cartago, que entendemos han escrito acerca de este tema a la Sede Apostólica que su Gracia adorna.”
En dichas cartas se señala al Papa como aquel que recibió de Dios la gracia especial de sentarse en la silla apostólica, pero lo más llamativo es que aunque las sentencias de dos concilios locales repletos de obispos (Agustín incluido) es rechazado por los herejes, la autoridad de la silla apostólica puede o infundirles el terror o quizá convertirlos.
Es necesario resaltar que los obispos piden una condenación autoritativa del Papa a esas doctrinas que ellos ya habían previamente condenado, para que el mal sea enteramente erradicado, reconociendo de forma implícita que mientras un concilio local puede solo alcanzar las regiones africanas, el alcance del Papa tiene una fuerza universal. Si esto no es jurisdicción pregúntese usted que lo es.
Y si el obispo de Roma no tuviera autoridad sobre la Iglesia entera ¿Por qué se iban a preocupar los obispos de Africa y Agustín de lo que el Papa (también obispo) dijera o no?. ¿Por qué los herejes que habían ignorado la decisión de más de 100 obispos iban a convertirse por lo que dijera uno?.
Posteriormente San Agustín envía una carta a un obispo de nombre Hilario perviniendolo contra los herejes:
San Agustín, Ep 178, p. 773
“…hemos oido que en la Iglesia de Cártago un decreto de un concilio de obispos ha sido hecho contra ellos para ser enviado por carta al santo y venerable Papa Inocencio, y nosotros tenemos cartas similares del Concilio de Numidia a la misma silla apostólica”
Veamos ahora la respuesta del Papa a las cartas de los obispos africanos el 3 de Enero del 417:
Carta del Papa Inocencio I al Concilio de Cártago, Ep 181 in FC, XII:121-122, 125, 127
“Al inquirir acerca a esas cosas que deben ser tratadas con toda solicitud por los obispos, y especialmente por un verdadero y justo Concilio Católico, preservando, como ustedes han hecho, el ejemplo de la antigua tradición y preocupándose de la disciplina eclesiástica, ustedes han verdaderamente fortalecido el vigor de nuestra Fe, no menos ahora que nos consultan que cuando pasaron su veredicto. Ya que ustedes decidieron que era apropiado referir a nuestro juicio, sabiendo lo que es debido a la Sede Apostólica, ya que todos los que estamos en este lugar, deseamos seguir al Apóstol (Pedro) del cual el mismo episcopado y la entera autoridad de este nombre se derivan. Siguiendo sus pasos, sabemos como condenar el mal y aprobar el bien. Asimismo, ustedes han preservado por su cargo sacerdotal las costumbres de los Padres y no han desdeñado aquello que es decretado por una sentencia divina y no humana, que cualquier cosa que sea echa, aun en provincias distantes, no debe finalizar sin haber sido dado a conocer a esta Sede. Que es por su autoridad que todos los pronunciamientos justos deben ser fortalecidos, y que a partir de estos todas las otras Iglesias (como aguas fluyendo de su nacimiento y corriendo por las distintas regiones del mundo, los arroyos puros de la única cabeza incorrupta) deben recibir lo que buscan imponer, a quienes deben lavar y a quienes esta agua, digna de cuerpos puros, debe evitar como profanados con porquería no lavable. Los felicito, por lo tanto, queridos hermanos, por haber dirigido cartas a nos por medio de nuestro hermano y compañero Obispo Julio, y por, mientras cuidan las Iglesias que ustedes gobiernan, han mostrado su solicitud por el bienestar de todos y que pidan un decreto que debe beneficiar a todas las Iglesia del mundo de una sola vez, para que la Iglesia, habiendo establecido en sus reglas y confirmado por este decreto de justo pronunciamiento contra estos errores, pueda evitar temer a estos hombres, etc.”
Carta del Papa Inocencio I al concilio de Milevi, Ep 182, in FC, XII:127, 128, 130, 131
“Dentro de los deberes de la Iglesia Romana y las actividades de la Sede Apostólica en que tratamos con las fieles y curativas discusiones de las consultas de diversos, nuestro hermano y compañero obispo Julio me ha traído sin esperarlas las cartas de su caridad que envían desde el Concilio de Milevis en su serios cuidados por la Fe, añadiendo al escrito una queja similar del Concilio de Cartago. Es por lo tanto con el debido cuidado y apropiadamente que ustedes consultan los secretos del oficio apostólico (apostolici consulitis honoris [al. oneris] arcano) ese oficio, me refiero, a la que corresponde, así como las cosas de afuera, el cuidado de todas las Iglesias, acerca de que opinión deben tener en esta preocupante pregunta, siguiendo entonces la antigua regla que ustedes saben ha sido observada conmigo por todo el mundo. Pero descarto este tema, por que yo no pienso que sea desconocido por su prudencia; si no, ¿porque confirmarlo con su acción, si no conocieran que las respuestas siempre fluyen de la fuente Apostólica a todas las provincias para aquellos que las piden? Especialmente con frecuencia se discute una cuestión de fe, Yo pienso que todos nuestros hermanos y compañeros obispos deber referirlas a nadie más que a Pedro, el autor de su nombre y oficio, incluso como ahora que su caridad a nos a referido un tema que puede ser útil en todo el mundo a todas las Iglesias en común. Porque por necesidad debemos volvernos más cautelosos cuando vemos a los inventores de la maldad, debido a la relación de los dos sínodos, han sido cortados por nuestra sentencia de la comunión eclesial. Su caridad por tanto hará un doble bien. Porque ustedes obtendrán la gracia de haber preservado los cánones y el mundo entero compartirá su beneficio.”
Muy necio sería negar el convencimiento que expresa el Papa en sus cartas a los obispos Africanos (Agustín incluido) sobre su jurisdicción sobre el orbe. De hecho, así lo expresa de forma diáfana cuando afirma que “no debe finalizar sin haber sido dado a conocer a esta Sede. Que es por su autoridad que todos los pronunciamientos justos deben ser fortalecidos”. Interesante es que se afirma que esta es una antigua regla que se sigue en todas partes, y más claro todavía cuando afirma que a ella corresponde el cuidado de todas las Iglesias, y que las respuestas fluyen de esta fuente apostólica a todas las provincias que lo solicitan, sobre todo en cuestiones de fe.
No es necesario decir que una carta así no hubiera sido bien recibida por San Agustín y los obispos africanos si pensaran como nuestra contraparte protestante, y de no existir tal primacía y jurisdicción del Papa sobre las provincias del orbe las palabras del Papa hubieran estado completamente fuera de lugar, sin embargo, San Agustín no muestra evidencia alguna de que dicha carta causara incomodidad en ningún sentido, y no solo no dice “pio”, sino que se alegra del dictamen del Papa y escribe que ya Roma ha hablado, el caso está cerrado:
San Agustín, Sermo 131,10,10; Ep 1507
“Ya por este motivo se han enviado dos misivas a la sede apostólica y también de allí han venido dos rescriptos. La causa ha terminado para que finalmente termine el error”
En el futuro San Agustín reafirma su pensar sobre lo definitivo del decreto del Papa Inocencio.
San Agustín, On Original Sin,7:8(A.D. 418),in NPNF1,V:239
“[Celestio] debería mantener su asentimiento al decreto de la silla apostólica el cual había publicado por su predecesor de sagrada memoria. El acusado, sin embargo, rechazó condenar las objeciones realizadas por el diácono, con todo él no se atrevió a sostener abiertamente la carta del bendito Papa Inocencio”
San Agustín, Against Two Letter of the Pelagians, 3:5 (A.D. 420), in NPNF1, V:393
“…él contestó que él consintió a las letras de papa Inocencio de bendita memoria, en quien toda la duda sobre esta materia fue removida”
San Agustín, Against Two Letter of the Pelagians, 4:6 (A.D. 420), in NPNF1, V:394
“Las palabras del venerable obispo Inocencio referentes a esta materia al Concilio Cartaginense.¿Que podría ser más claro o manifiesto que el juicio de la silla apostólica?”
Por lo que cualquier objeción para negar que San Agustín consideraba los decretos del Papa como autoritativa y definitiva es risible.
Una vez ya habiendo visto todo esto, podemos ver con gracia comentarios de la parte protestante que afirman “Agustin no dice que los sucesores de Pedro tengan juridiccion sobre la iglesia”
Analicemos ahora otras objeciones de la parte protestante:
Y aqui vemos otra mentira de Jose Miguel ya que este dice: “Para el santo obispo de Hipona el ministerio concedido a Pedro lo desempeñaron específicamente los obispos de Roma en sucesión ininterrumpida.” ¿Cuál ministerio? ¿El del papado? ¿Vicarios de Cristo? ¿Infalibilidad papal? ¿Jurisdicción sobre la Iglesia? ¿Nos puede responder Sr. Miguel?
Nos referimos por su puesto al oficio de la silla apostólica, la cátedra de Pedro, o como lo prefiera llamar.
Cito nuevamente la epístola 53 donde San Agustín explícitamente afirma que la sucesión de los obispos de Roma llega hasta Pedro mismo, y nos da incluso la lista de obispos de Roma hasta el momento en que escribió esta carta.
San Agustín. Ep. 53,2
“Si la sucesión de obispos es tomada en cuenta, cuanto más cierta y beneficiosa la Iglesia que nosotros reconocemos llega hasta Pedro mismo, aquel quien portó la figura de la Iglesia entera, el Señor le dijo: “Sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella!”. El sucesor de Pedro fue Linus, y sus sucesores en orden de sucesión ininterrumpida fueron estos: Clemente, Anacleto, Evaristo, Alejandro, Sixto, Telesforo, Higinio, Aniceto, Pío, Sotero, Eleuterio, Victor, Ceferino, Calixto, Urbano, Ponciano, Antero, Fabián, Cornelio, Licio, Esteban, Sixto, Dionisio, Felix, Eutiquiano, Cayo, Marcelino, Marcelo, Eusebio, Miltiades, Silvestre, Marcos, Julio, Liberio, Damaso, y Siricius, cuyo sucesor es el presente obispo Anastasio. En esta orden de sucesión, ningún obispo donatista es encontrado”.
He mostrado también las cartas de los concilos Africanos (Agustín incluido) donde se le reconoce este oficio y se le pide su pronunciamiento definitivo para erradicar la herejía. Estas son pruebas conclusivas, pero claro, “no hay peor ciego que el que no quiere ver”.
Continúa el protestante:
Aunque puse mi enfasis en las últimas aportaciones de JMA, la primera es interesante, donde Agustín da las razones de porque no se aparta de la iglesia católica, que no es la misma de la de JMA, aquí vemos bien definida su eclesiología que el obtuvo de Optato quien escribió “Siete libros sobre el cisma donatista” PL, XI, 883-1103. El punto de vista de Agustín no se separa mucho de el de Optato, sobre la catolicidad de la iglesia dice que ella consiste en que esta por toda la tierra “De la Unidad de la Iglesia”,3 (BAC XXX 659) 4)y la apostolicidad de la iglesia se basa en la sucesion apostólica de sus obispos, cuyo epitome se encuentra en Roma, pues alli puede sealarse una sucesión ininterrumpida a partir de Pedro, “figura de toda la Iglesia” Epistola LII, 1 (BAC, LXIX, 301).
Estas características no las tenían los Donatistas, ya que sus doctrinas no concordaban con las que tenían las iglesias apostólicas, por lo tanto sus dotrinas no eran ortodoxas. Sin embargo jamás encontramos en la cita que da JMA ninguna juridicción de Pedro y sus sucesores sobre la Iglesia, tal y como lo enseña Roma, o que Agustín permanezca a la iglesia por el simple hecho de que el obispo de Roma sea el vicario de Cristo en la tierra. En el pensamiento de Agustin no había mas primacia que la de la iglesia apostolica y no la de un “papado” como nos quiere engañar JMA, Agustín tenia a la iglesia de Roma y a su Obispo en alta estima, pero no tenía ningún tipo de vista papal sobre ellos, veamos lo que dice este Historiador de Roma:
Elsewhere I have argued in detail Augustine’s views of authority in the Church and that, in my opinion, the council [not the Pope] was the primary instrument for settling controversies….I believe that Augustine had great respect for the Roman church whose antiquity and apostolic origins made it outshine by far other churches in the West. But as with Cyprian, the African collegial and conciliar tradition was to be preferred most of the time.” (The Rise of the Papacy [Wilmington, Delaware: Michael Glazier, 1990], p. 79)
Aquí la parte protestante inicia con una obvia falacia de muñeco de paja, afirmando que San Agustín no se aparta de la Iglesia Católica por razones diferentes a las que yo he dado, pero cual he dado?, me limité a copiar textual la cita de Agustín donde él lo explica con sus propias palabras:
San Agustín. C. ep. Man. 4,5.
“Aún prescindiendo de la sincera y genuina sabiduría…, que en vuestra opinión no se halla en la Iglesia Católica, muchas otras razones me mantienen en su seno: el consentimiento de los pueblos y de las gentes; la autoridad, erigida con milagros, nutrida con la esperanza, aumentada con la caridad, confirmada por la antigüedad; la sucesión de los obispos desde la sede misma del apóstol Pedro, a quien el Señor encomendó, después de la resurrección, apacentar sus ovejas, hasta el episcopado de hoy; y en fin, el apelativo mismo de Católica, que son sin razón sólo la Iglesia ha alcanzado….Estos vínculos del nombre cristiano – tantos, tan grandes y dulcísimos- mantienen al creyente en el seno de la Iglesia católica, a pesar de que la verdad, a causa de la torpeza de nuestra mente e indignidad de nuestra vida, aún no se muestra”.
Es San Agustín (no yo) quien afirma que una de las razones por las que no se aparta de la Iglesia es por la sucesión de obispos desde la sede misma del apóstol Pedro. Notorio que también en esta misma epístola diga más adelante: “no creería en el evangelio sino me moviera la autoridad de la Iglesia Católica”.
Ahora bien, no he dicho que esa fuera la única razón, y si eso ha tratado de dar a entender, miente. Pero algo que si testifica Agustín es que si no se está en comunión con Roma (como el caso del autor de la réplica protestante) no tiene comunión con la Iglesia Católica, tal como echa en cara a los donatistas:
San Agustín, Serm.120 n.13
No puede creerse que guardáis la fe católica los que no enseñáis que se debe guardar la fe romana
San Agustín, Psalm against the Donatist Party, 2 (A.D. 393), in GILES, 182
“Vengan, hermanos donatistas, si desean ser unidos a la vid. Es penoso cuando les vemos así cortados. Numere a sacerdotes incluso desde la silla de Pedro. Y en ese orden de padres vea quien les sucedió: Esa es a roca en la cual las puertas del infierno no pueden conquistar. Todos los que se regocijan en la paz solo juzgan verdaderamente”.
Lo siguiente que dice es una afirmación gratuita sobre la negación de evidencia de la jurisdicción del obispo de Roma sobre otras iglesisa, argumento que ya refutamos de forma suficientemente clara.
Respecto a la cita de Michael Glazier donde a pesar de las palabras que inserta entre corchetes, para cambiarle el sentido original al texto, este tampoco apoya nada su punto, porque este lo que dice es que los concilios eran el primer instrumento para resolver disputas, pero lo mismo ocurre hoy. No es lo mismo decir el primer instrumento que la última instancia o máxima autoridad. No nos olvidemos que son los mismos papas quienes utilizaban y utilizan los concilios como principal instrumento para resolver problemas, y eso no menozcaba su autoridad. Palpable prueba la acabamos de mostrar, los conflictos con los pelagianos intentaron resolverse a través de concilios y en estos casos se pidió la aprobación del obispo de Roma para confirmar esas decisiones y hacerlas regla para toda la Iglesia.
Para finalizar analizaré un comentario irrelevante donde se me acusa de anacronismo:
“¿Qué más puede pedir? ¿Qué les mencione con el título de “Papa”?, pues eso también lo hace en innumerables ocasiones, las cuales sería muy laborioso contabilizar,”
Lo de el uso de la palabra “papa” es un completo anacronismo, ya que en aquella epoca se usaba la palabra “papa” que simplemente significa “padre” a cada obispo, por ejemplo Jeronimo llama con el titulo de papa a Atanasio, Epifanio, Paulino y Agustin, los griegos siguen usandola con cualquier sacerdote, sin embargo Jose Miguel nos quiere enganar que el uso de Agustin de la palabra “papa” a los obispos de Roma significa que apoya al papado que promueve la iglesia de Roma, pero no dice que fue hasta el siglo VII que en la iglesia latina se convirtió en propiedad de los obispos de Roma.
Gregorio VII ordeno que en el 1073 se reservara el titulo exclusivamente para el obispo de Roma.
Asi que Jose Miguel no le quieras dar un significado a la palabra “papa” que no tuvo hasta siglos después de Agustin.
En esta parte nuestro amigo se declara abiertamente clarividente y afirma lo que yo quiero o no quiero hacer creer. Yo no he dicho que el título de Papa fuera exclusivo en aquella época para el obispo de Roma y no he pretendido que la primacía del obispo de Roma dependa directamente de que le llamen Papa, ya fueron suficientes las evidencias presentadas. Mi comentario no tiene que ser entendido más allá de lo que dice y es que si mi amigo protestante luego de toda la evidencia presentada lo único que le faltaba es escuchar que al obispo de Roma llamaban “Papa” pues eso también allí lo tiene.
Conclusión
Espero que este breve estudio permita profundizar más en este tema, del cual hay tan poco publicado en la Web en español. Espero en una próxima entrega tocar otras evidencias en un tema tan extenso. Agradezco a la contraparte protestante que ha sido el detonante para seguir enriqueciendo la apologética católica.
Autor: José Miguel Arráiz
Colaboración en la traducción de textos patrísticos: Carlos Urutia (carlos@hitechtranslations.com)
Bibliografía
BAC 422. Patrología III, Instituto Patriótico Augustinianum
BAC 457. Obras Completas de San Agustín, XXXV
BAC 69. Obras Completas de San Agustín, VIII
BAC 99b, Obras Completas de San Agustín, X1b
El pontificado Romano en la Historia, José Orlandis
Jesús, Peter & Keys, Scott Butler, Norman Dahlgren, Rev. Mr. David Hess
Upon this Rock, Stephen K. Ray
St. Augustine, St. Peter & the Papacy, Stephen K. Ray
St. Augustine, Pelagianism, and the Holy See, by John Chapman
Catecismo Oficial de la Iglesia Católica
Diccionario de patrística, Cesar Vidal Manzanares