Los defensores del principio protestante “solamente la Biblia” (“sola Scriptura”, en latín) están en problemas.
Si la doctrina de la “sola escritura” es verdadera, entonces debemos ser capaces de probar todas las doctrinas basándonos solamente en la Sagrada Escritura. De ser así, entonces debemos probar la “sola escritura” desde la misma Escritura. Si no podemos hacerlo, entonces la doctrina de la “sola escritura” se refuta a sí misma.
Como resultado, hay un gran interés por encontrar en la Escritura versículos que se puedan usar para probar la teoría de la “sola escritura.” Esos intentos son comúnmente hechos por una o dos clases de defensores de tal doctrina -los “descuidados” y los “cuidadosos”. Los primeros son, por supuesto, la gran mayoría.
La mayoría de los defensores de la “sola escritura”, como muchos defensores de ideas, no ponen cuidado en el modo en que fundamentan tal posición, presionando para que aún la cosa más insignificante les sirva para probar que su idea es verdadera. Los defensores descuidados de la “sola escritura” afirmarán todo género de pasajes irrelevantes como si éstos probaran la doctrina.
Usarán por ejemplo, pasajes de los Evangelios en donde Jesús al ser interrogado por sus enemigos sobre algún punto de la doctrina les responde centrando la atención en algún pasaje del Antiguo Testamento. Esta clase de versículos se pueden usar válidamente para probar que el Antiguo Testamento tiene autoridad doctrinal; pero no pueden ser usados para probar la “sola escritura” puesto que Jesús no dice que solamente el Antiguo Testamento tiene autoridad doctrinal (en tal caso nosotros estaríamos frente a una doctrina de “solo Antiguo Testamento”)
Cuando Jesús cita el Antiguo Testamento para probar una doctrina particular, muestra solamente que consideró que esa doctrina podía ser probada por tal pasaje del Antiguo Testamento. No que El consideró que toda la Doctrina puede ser probada por el Antiguo Testamento o por la Escritura en general. Por esto no es sorprendente ver que Jesús también responde a sus enemigos apelando a su propia autoridad o a otras fuentes fuera de la Escritura.
La idea de que Jesús -Palabra viva de Dios quien vino a traernos una nueva revelación por medio de sus predicaciones y enseñanzas- habría creído y practicado la proposición de que toda doctrina debe ser probada solamente por la Palabra escrita de Dios es absurda desde su misma base. A pesar de todo esto, los defensores descuidados de la “sola escritura” no dejan de citar el ejemplo en donde Jesús usa la Escritura para probar una doctrina individual, como si ellos probasen por esto que la Escritura es capaz de darle validez a todas las doctrinas.
Los defensores cuidadosos de la “sola escritura” -aquellos que intentan limitar los versículos a los que apelan para fundamentar su doctrina dejando solamente los que creen más relevantes- son más raros que “dientes de gallina”. Pero hay algunos que reconocen haber dejado de lado un gran número de pasajes irrelevantes sacándolos de debate, para acudir en apoyo de la doctrina. De hecho, ellos reconocen que verdaderamente son uno o dos los pasajes en los cuales esperan, viéndolos como apoyo de la teoría de “la sola escritura.”
La mayor esperanza esta puesta en II Tim 3:16-17, quien declara: “Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para argüir, para corregir y para educar en la justicia; así el hombre de Dios se encuentra perfecto y preparado para toda obra buena.”
Quienes recurren a este pasaje aluden a que la primera parte del mismo -” Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar”- es suficiente para establecer la “Sola Scriptura”. Algunas veces el recurso toma la forma de una emotiva apelación hacia el hecho de que el texto dice “toda escritura es inspirada por Dios” -mejor traducida como ‘exhalada por Dios’- como si los católicos no creyeran que la Escritura esta escrita por verbal inspiración de Dios. Finalmente, el recurso a la primera parte de la cita es estéril desde que meramente dice que es útil (griego, ophelimos) para enseñar, no requerida para la enseñanza de cada punto individual de la teología. Un martillo es útil para poner clavos, pero eso no significa que todos los clavos deben ser puestos solo por martillos.
Una mas cuidadosa apelación para este pasaje buscaría otras partes del mismo, por ejemplo, la última cláusula, cuya idea central es que “el hombre de Dios se encuentra perfecto y preparado para toda obra buena.”
Un anti-católico que yo conozco sentó su caso sobre las palabras griegas usadas en este pasaje “perfecto” (artios) y “preparado” (exartizo), las cuales el interpretó como “suficiente”. El fue capaz de citar un vocabulario que ubicaba a “suficiente” como una posible traducción de artios y uno que ubicaba a “suficiente ” como posible traducción de exartizo, pero hay mayores problemas con su argumento.
- Los dos diccionarios que usan el termino “suficiente” lo citan como tercera o cuarta traducción de los términos, no como la primera traducción, y no se puede recurrir a posibles significados de un término como prueba de que ese es el significado en un determinado texto, especialmente cuando hay tres o cuatro posibilidades para su significado.
2.Todas versiones protestantes publicadas de la Biblia (KJV, NKJV, RSV, NRSV, NIV, etc.) coinciden en que “suficiente” no es la traducción correcta de esos términos en esta instancia. Ninguno de ellos traduce el pasaje “Que el hombre de Dios sea suficiente, suficiente para toda obra buena”. De hecho, ninguno de ellos usa “suficiente” como una traducción ni siquiera para uno de los dos términos.
- Existe la hipérbole (exageración sobre un punto), la cual es algo común en la lengua hebrea y un rasgo distintivo en las cartas de San Pablo. Por ejemplo, en Colosenses 1, 20 Pablo afirma que Dios quiso reconciliar todas las cosas consigo mismo en Cristo. Obviamente él no quiso decir absolutamente todas las cosas o sino él diría que Dios reconcilió Satanás y los condenados consigo mismo por Cristo (cf. II Cor. 5,19, Ef. 1,10). Así la sentencia de Pablo de que la Escritura hace que un ministro sea perfecto puede ser solo una típica hipérbole hebrea.
- De tomar el principio que el usa para interpretar II Tim. 3,16-17 y aplicarlo a otros textos, obtendremos absurdos resultados. El principio es: “Si (X) te hace perfecto entonces no necesitas nada mas que (X)”. A partir de este razonamiento obtenemos: “Si la Escritura te hace perfecto entonces solamente necesitas la Escritura”. Si aplicamos este principio a Santiago 1,4 quien afirma “Pero que la constancia vaya acompañada de obras perfectas, para que seáis perfectos, irreprochables, sin dejar nada que desear”, tendríamos que decir que no necesitamos otra cosa – incluida la Escritura-excepto la constancia!. Se puede objetar que en Santiago 1,4, las palabras griegas no son artios ni exartizo. Esto es ciertamente verdadero; las palabras de este pasaje son teleios y holokleros, las cuales son términos aún más fuertes. La objeción de la traducción sería también una falacia al afirmar que una diferencia de términos siempre significa diferentes conceptos (lo cual no es cierto), y en todo caso, nadie sería capaz de elaborar una teoría por el significado de cualquiera de los dos términos artios o exartizo basada en estudios sobre el Nuevo Testamento ya que el primer término aparece solamente una vez en la Escritura y el segundo dos veces (el otro caso es Hechos 21,5).
- Los dos términos modifican al hombre de Dios, no la Escritura. II Tim 3,17 dice que la Escritura ayuda a hacer al hombre perfecto y preparado, no que la Escritura misma es completa y preparada. En orden a probar que la Escritura es suficiente, los defensores de la sola Biblia tendrían que retroceder en sus argumentos desde la suficiencia de un hombre a la suficiencia de una colección de documentos. Esto pone un agregado en el argumento por tanto también agrega incertidumbre exegética.
- Tal agregado de incertidumbre es aún mas problemático para los defensores, ya que al decir que algo ayuda a hacer al hombre perfecto y preparado puede presuponer que él ya tiene otras piezas de equipamiento. Por ejemplo, si un caminante tiene todo el equipo necesario para su viaje excepto una cantimplora, va a una tienda de deportes y la compra, entonces puede decir “ahora estoy completo, preparado para toda mi aventura.” Esto no implica que la cantimplora sola fue todo el equipo que él necesitó para estar completamente equipado. Solamente fue la última pieza del equipamiento. La sentencia que lo hizo completo presupuso que él ya tenía todo el otro equipamiento necesario. Así también la sentencia que afirma que la Escritura hace al hombre de Dios perfecto, puede presuponer que el hombre de Dios ya tiene algunos otros artículos en su posesión que pertenecen a la doctrina, como por ejemplo, la enseñanza oral de los Apóstoles.
- Y aún cuando una persona obtenga todo el equipamiento que necesita de una única fuente, esta no enseña como usar tal equipamiento. Por eso debe ser instruido en el modo en que debe usarlo. El hecho de que una persona tenga todas las herramientas necesarias para sobrevivir en un bosque, o en una caminata no significa que sepa como usarlas. Del mismo modo, aún cuando la Escritura le dé a alguien todo el equipamiento básico que necesita para hacer teología, esta puede ser tan oscura hasta tal punto que sea necesario el uso de la Tradición Apostólica para llegar a una correcta interpretación de la misma. No se puede sostener la posición de que la Escritura es tan clara que no es necesaria la Tradición apostólica o el Magisterio para interpretarla -posición conocida como suficiencia formal de la Escritura, idéntica a la doctrina protestante de la “sola escritura”.Así un católico puede decir que la Escritura da todo el equipamiento necesario para la teología, pero que no nos enseña a usarlo.
- Si alguien pudiera probar en este pasaje que las palabras artios o exartizo significan “suficiente”, y aún si pudiera mostrar que se aplican (directa o indirectamente) a la Escritura, lo que probaría es la suficiencia material de la Escritura, la cual un católico puede felizmente admitir. Pero nunca probaría la suficiencia formal (teoría de la sola Escritura).
- De hecho el texto dice que la Escritura hará al hombre de Dios perfecto, ésta perfecciona no a un seglar, sino a un clérigo, quien recibe un adiestramiento especial, por ejemplo, el conocimiento de la Tradición Apostólica, que lo hace capaz de interpretar correctamente las Escrituras. Así el texto presupone un conocimiento que el hombre de Dios ya tiene antes de acercarse a la Escritura.
- Pero además de estas consideraciones, las cuales están en contacto específico con la hipótesis y los términos artios o exartizo, hay razones positivas por las cuales este pasaje, sin importar el tipo de traducción dada a estos términos, no puede usarse para probar la teoría de la sola Escritura.
Al comenzar, en las primeras cláusulas de este pasaje, con la frase “Toda Escritura”, ésta es tomada normalmente por los evangélicos para significar “Todo de la Escritura”, en otras palabras, se refiere a todo el Canon; a esto se une el deseo protestante de hacerlo normativo para la teología. Así, es natural para un protestante pensar que el término “Escritura” en singular hace referencia a toda la Biblia y nada más que la Biblia. Sin embargo, éste no es el modo en que es usado tal término en la misma Escritura.
La capacidad de referirse a la Biblia como un trabajo unificado es invención de una edad sujeta a cambios. Antes de la existencia de la imprenta, la Escritura fue, a lo sumo, una colección de libros individuales, agrupados en volúmenes. En el siglo I, cuando Pablo escribió, esta fue una colección de unos doce rollos. No hay modo pues, de que éste sea considerado un trabajo literario unificado como lo es actualmente.
Como resultado de un estudio sobre el modo en que en el Nuevo Testamento se usa el término “Escritura”, éste nos revela que cuando es usado en singular -Escritura- se refiere siempre o a un libro específico de la Escritura, o a un determinado pasaje dentro de un libro de la Escritura, pero nunca se refiere a la totalidad del trabajo al que actualmente hacemos referencia bajo el título unificado de “Escritura”. Cuando la Biblia quiere referirse a la totalidad (a toda la Escritura), usa siempre el término en plural “las Escrituras”, nunca “Escritura”.
Conociendo esto, podríamos indicar la presencia de una mala traducción al inicio del pasaje de II Timoteo 3, 16. El término singular de “Escritura” es usado siempre para un pasaje en particular o para un libro de la Biblia, la frase “Toda Escritura” significaría “Todo libro individual de la Biblia” o “Todo pasaje particular de la Biblia”, ninguno de los cuales hace referencia a un sentido gramatical.
Al confrontar con el original griego de II Timoteo 3, 16, nos encontramos verdaderamente ante una mala traducción. La frase traducida como “Toda Escritura” es un parágrafo que significa “Cada Escritura”, siendo la palabra clave “cada”, no “toda”. Esta es una distinción importante, y constituye el sentido gramatical de la frase, dándonos a conocer lo que significa el término singular de “Escritura” (porque ciertamente, cada libro y cada pasaje en particular de la Escritura tiene un sentido gramatical).
Cuando Pablo quiso referirse a la totalidad de la Escritura usó una frase diferente en griego- algo así como “hai pasai graphai” (“la totalidad de las Escrituras”), no “pasa graphe”, la cual significa simplemente “cada Escritura” (hecho que aún uno de los mas grandes defensores de II Tim 3,16-17, como el anticatólico James White, ha tenido que admitir). Esto es importante porque imposibilita totalmente el uso de este pasaje para probar la teoría de la sola escritura, ya que si uno intenta de esta forma, lo único que probará será el modo. De este modo si el pasaje que dice “Cada Escritura es inspirada por Dios y es útil para la enseñanza, etc.” prueba la suficiencia de la Escritura, probaría actualmente la suficiencia que cada pasaje de la Escritura, o al menos cada libro de la Escritura, tiene para la teología. Esto significaría que no solo la totalidad de la Biblia es suficiente para probar cada punto de la teología, sino que sería suficiente cada pasaje o libro en particular. Así podríamos hacer teología no solamente por la sola Biblia, sino también por solo Mateo, Marcos, Lucas, o lo que tengamos. Podríamos hacer teología con solo Mateo, Marcos, Lucas, o aun recurrir a uno de los libros mas breves de la Escritura, con solo Judas, o la III de Juan si quisiéramos.
Esto es completamente absurdo, ya que ningún pasaje o libro en particular de la Escritura contiene lo que necesitamos saber para hacer teología. De allí que II Tim 3, 16-17 no pueda ser usado para probar la sola escritura. De ser así, más que la sola escritura, probaría el modo. Pablo simplemente esta diciendo que cada escritura en particular contribuye a que el hombre de Dios sea preparado para todas sus tareas ministeriales, no que cada escritura en particular es suficiente para hacer toda la teología.
Si vamos aún mas lejos, siempre que los protestantes citan II Tim 3, 16-17, la mayoría de ellos excluyen de su cita los dos versículos anteriores. Esto es desafortunado, ya que si leemos el pasaje con los dos versículos precedentes, leemos lo siguiente: 14 “Tu, en cambio, permanece fiel a lo que has aprendido y de lo que estás firmemente convencido, sabiendo de quien lo aprendiste. 15 “Y que desde la infancia conoces las Sagradas Escrituras, que pueden darte la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. 16 “Cada Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para argüir, para corregir, y para educar en la justicia, 17 “así el hombre de Dios puede ser perfecto y preparado para toda obra buena.”
Pablo exhorta a Timoteo a permanecer fiel en aquello de lo cual está firmemente convencido, citando dos bases para aquella creencia: 1) El sabe de quien ha aprendido esto. Esta es la enseñanza oral del mismo Apóstol Pablo. Igualmente nosotros tenemos la misma creencia de Timoteo basada en la Tradición apostólica. 2) Desde su infancia Timoteo se ha familiarizado con las Santas Escrituras, constituyendo esta la segunda base de su creencia.
Así, es justamente aquí, en II Tim 3, 14-17, en donde nosotros tenemos un doble recurso: la Tradición Apostólica y la Escritura Apostólica. Así cuando lo protestantes citan los versículos 16 y 17, están citando solamente la última parte de una doble apelación que hace referencia a la Tradición y a la Escritura, cosa que evidentemente no prueba la sola escritura.
Finalmente, hay que decir que todos los puntos que hemos escuchado constituyen, por la sola virtud de sus números, una ayuda contra aquellos que basados en II Tim 3, 16-17 defienden la sola escritura. La razón por la cual se distingue la sola escritura de la opinión de la suficiencia material católica es la siguiente: la sola escritura reclama no solo que la Escritura tiene toda la base de los datos necesarios para hacer teología, sino que estos son suficientemente perspicaces -es decir, tan claros- que uno no necesita ninguna otra información exterior, como la que nos provee la Tradición Apostólica o el Magisterio, para interpretar correctamente la Escritura. El hecho de mencionar muchos factores que socavan el uso de II Tim 3, 16-17 -cada uno de los cuales es fatal para intentar el uso del pasaje- nos muestra que éste no es lo suficientemente claro para probar la sola escritura. Si alguno no está convencido por todo lo que hemos dicho, pero considera alguno de los puntos que hemos mencionado como una opinión válidamente interpretada, entonces el pasaje no es suficientemente claro para probar la doctrina y por tanto no debe ser usado para esto.
Y así, como hemos mostrado desde el principio, el pasaje de II Tim 3, 16-17 parecía ser el más oportuno para probar la sola escritura, sin embargo de hecho, no es lo suficientemente claro para probar tal doctrina, luego hay que decir que ningún otro pasaje en la Escritura es apto para probar la sola escritura. Esto nos muestra que la Escritura no es lo suficientemente perspicaz por la sola escritura para ser verdadera.
Autor: James Akin
Traducido por: las Servidoras del Señor y la Virgen de Matará en Broolkyn