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Unidad y divisiones en la Iglesia

Recientemente, en una de las comunidades donde soy administrador adjunto, uno de los participantes, que profesaba ser cristiano evangélico me hizo el siguiente interrogante

“¿Esta dividido Cristo Por María?”

Para luego citar el siguiente pasaje:

Os conjuro, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que tengáis todos un mismo hablar, y no haya entre vosotros divisiones; antes bien, estéis unidos en una misma mentalidad y un mismo juicio. Porque, hermanos míos, estoy informado de vosotros, por los de Cloe, que existen discordias entre vosotros. Me refiero a que cada uno de vosotros dice: «Yo soy de Pablo», «Yo de Apolo», «Yo de Cefas», «Yo de Cristo». ¿Esta dividido Cristo? ¿Acaso fue Pablo crucificado por vosotros? ¿O habéis sido bautizados en el nombre de Pablo? ¡Doy gracias a Dios por no haber bautizado a ninguno de vosotros fuera de Crispo y Gayo! Así, nadie puede decir que habéis sido bautizados en mi nombre. ¡Ah, sí!, también bauticé a la familia de Estéfanas. Por lo demás, no creo haber bautizado a ningún otro. Porque no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el Evangelio. Y no con palabras sabias, para no desvirtuar  la cruz de Cristo.” 1 Corintios 1,10-17

Continuando…

Definitivamente, La Biblia nos enseña: Que hablemos todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino unidos en una misma mente. Y definitivamente la mente de los amigos católicos si es verdaderamente distinta y el parecer, opuesto en lo absoluto, porque mientras nuestras ancianas todavía siguen arrodilladas a una estatuilla, o andan confiando en sus amuletos, Dios nos enseña por medio de su preciosa palabra, que hablemos en una misma mente y en un mismo parecer. El pensamiento doctrinal católico es bien distinto al pensamiento Divino. Definitivamente con marías la vírgenes, porque son infinidades las que han salido (virgen del Carmen, del Chiquinquirá, Guadalupe etc., etc., etc.), se esta haciendo vana la Cruz de Cristo”

Para analizar a profundidad esta interrogante he querido hacer este pequeño estudio.

La unidad ¿A que se refiere?

Lo primero que tenemos que notar es que Pablo habla de unidad “entre los creyentes”. Pablo no está hablando de unidad entre los creyentes y el pensamiento divino, sino de unidad entre el pensamiento de los creyentes entre sí.. Es obvio de que nuestro pensamiento debe estar acorde con el pensamiento de nuestro Padre Celestial, pero aquí es donde veo que comienza a fallar la crítica de mi amiga, ya que está comparando lo que “ella dice” que es el pensamiento divino (su perspectiva personal de lo que entiende de la Biblia) a lo que el pueblo católico y la Iglesia piensa realmente. Debemos ser sinceros, la crítica comenzó diciendo que los católicos “estabamos divididos” (entre nosotros), no si nuestro pensamiento era diferente al de ella.

Lo segundo que es importante notar en el pasaje, es que esta unidad que exige el Apóstol en nombre de Cristo es una unidad “doctrinal”, una unidad de “fe”, que incluye una misma “mentalidad” y“juicio”. Es en ese sentido en que ella debería poder justificar esta crítica, ya que, a pesar de haber cada vez más movimientos de renovación, como la “renovación carismática católica”, “camino neocatecumenal”, “faroleros”, “dominicos”, “franciscanos”, “jesuitas” y pare de contar, todos sin excepción profesamos una misma fe y una misma doctrina. Yo he invitado numerosas veces a mis hermanos separados que me mencionen aunque sea UNO SOLO de los movimientos católicos que desconozca aunque sea un solo dogma fundamental de fe, y hasta ahora ninguno ha podido nombrarlo porque simplemente ese movimiento no existe.

A esto lo llamamos “Unidad en la diversidad”, muchos estilos, pero un mismo credo y una misma fe.

Os exhorto, pues, yo, preso por el Señor, a que viváis de una manera digna de la vocación con que habéis sido llamados, con toda humildad, mansedumbre y paciencia, soportándoos unos a otros por amor, poniendo empeño en conservar la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como una es la esperanza a que habéis sido llamados. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos.” Efesios   4,1-6

Cuando en el pasaje anterior Pablo se refiera a que debemos vivir unidos en una sola fe, no se refiere a creer en Jesús, todos ya eran creyentes, sino a una unidad doctrinal de fe que implicaba mucho más que eso, vivir unidos en un solo Cuerpo y  un solo Espíritu. Un solo bautismo y un solo Dios.

Es claro que en ese sentido, el hecho de que un católico venezolano recuerde a la Virgen María con la advocación de la Virgen de Coromoto, así como un Mexicano como la Virgen de Guadalupe o un francés como la Virgen de Lourdes, no quiere decir que crean que son Vírgenes diferentes. Todos sin excepción están claros en que ya sea blanca o trigueña, rubia o morena, es la misma que hace casi 2000 años le dijo al ángel:

“…«He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.»…” Lucas 1,38

Devolviendo la crítica

Lo interesante de haber recibido la crítica es que quien la hace tiene que estar dispuesto en serio a reflexionar sobre lo que ha dicho. No es propio de un cristiano señalar pero antes no hacer una evaluación de la condición propia, ya lo dice la Biblia

“¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu ojo?” Mateo   7,3

Y por eso luego de escuchar pacientemente todo lo que mi hermana ha querido plantear, yo he querido devolverle la pregunta

¿Pero piensa usted que lo que es llamado hoy cristianismo evangélico está unido doctrinalmente?

Hagamos un repaso para ver si el examen que ella ha hecho sobre nuestra fe es capaz de superarlo ella misma, y comencemos por aclarar que si el cristianismo evangélico está unido doctrinalmente en cuanto a fe, deberían creer lo mismo en cuando a temas fundamentales como “La Trinidad y la divinidad de Cristo”, “La salvación”, “El bautismo”, “El pecado original”, “La presencia de Cristo en la fracción del pan”, “Los sacramentos”, “La confesión”, “el ecumenismo y la actitud con otros hermanos cristianos”, etc.

La Trinidad y la divinidad de Cristo

Una doctrina que el cristianismo evangélico siempre compartió con la fe católica es la creencia en la doctrina de la Santísima Trinidad. Esta doctrina enseña que Dios es UNO y a la vez TRINO. Un solo Dios en tres personas distintas pero de igual naturaleza: Padre, Hijo y Espíritu Santo. La implicación de esta doctrina es que tanto Jesús es verdadero Dios como también que el Espíritu Santo es verdadero Dios.

Hoy día la cantidad de denominaciones que han surgido de la separación de estas Iglesias y que se denominan así mismas cristianas evangélicas pero que ahora desconocen este dogma fundamental de fe crece alarmantemente. Sería imposible hacer un conteo exacto,  pero he tomado de un foro evangélico Ekkesia Viva un listado parcial a los que ellos mismos llaman “Sectas no Trinitarias”algunos de los cuales profesan ser “cristianos evangélicos” pero son desconocidos por los primeros como tales. Entre ellos mencionan

Unicitarios (modalistas), que  creen que Dios es uno, pero creen que al Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son manifestaciones, y no Personas. Ejemplos: Iglesia Pentecostal Unida.

Los que creen que Dios tiene tres “partes” y no tres personas. Típicamente, así creen muchos grupos judío-mesiánicos.

Los que niegan la plena divinidad de Cristo. O sea, creen que Cristo es el Hijo de Dios, pero no creen que ES Dios. Son subordinacionistas: Creen que el único Dios verdadero es el Padre y que las otras dos personas divinas sólo son manifestaciones algo inferiores, que fluyen del Padre. Ejemplo: “Iglesia La luz del Mundo”, “Iglesias Cristianas de Dios”.

Los politeístas Creen que el Padre y el Hijo son dos dioses separados. Ejemplo: Tito Martínez de España y su grupo. Se especializa en difundir su doctrina por Internet.

Los que niegan la divinidad y personalidad del Espíritu Santo: Iglesia de Dios Universal -WCG (*), los seguidores de Herbert Armstrong-, y varios de los grupos ya mencionados arriba.

Y dan también esta lista como “grupos heréticos”

Iglesia Pentecostal Unida, Iglesia del Dios Vivo columna y baluarte de la verdad, Iglesia de Dios Unidala Luz del Mundo, Iglesia de Dios del 7mo. Día, Iglesia de Dios Israelita, Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús, Asamblea Apostólica de la Fe en Cristo Jesús, Casa del Alfarero, Iglesias Cristianas de Dios, Creciendo en Gracia, Iglesia Evangélica Cristiana Espiritual, La mayoría de grupos judeomesiánicos, Algunos cuáqueros, Iglesia de Dios Cristiana y Bíblica.

Luego de ellos mismos mencionar a tan gran número de Iglesias como grupos heréticos, varias de las cuales profesa ellas mismas ser Iglesias evangélicas, ¿Será que hay unidad doctrinal y de fe respecto a este dogma fundamental de fe? Si no se pueden poner de acuerdo siquiera en si Cristo es Dios ¿podemos decir que hay unidad en mentalidad y juicio?

Hace poco incluso en una comunidad en la que suelo dialogar temas, tuve la oportunidad de defender la doctrina de la Trinidad con alguien que se profesaba “Cristiano evangélico” pero que la negaba“rotundamente” (según doctrina oficial de su Iglesia).

Recuerdo que le pedí que me explicara que si Jesús no era Dios porqué Tomas le había dicho “Señor mío y Dios mío” y Jesús no le corrigió. El me contexto que era simplemente una señal de asombro al verle resucitado. En un momento convirtió la aceptación de Tomas de Jesús como Dios y Señor en un “¡Oh muy God!”., “¡Mama mía!”, “¡Recorcholis!”, “¡Chafles!”

Lo curioso es que varios cristianos evangélicos se unieron al diálogo y llamaron al hermano en cuestión “apostata” por negar la Trinidad.

¿Es eso unidad de fe?

La presencia de Cristo en la Eucaristía

En la Iglesia católica siempre hemos creído que Cristo está vivo y presente en la “Eucaristía” o “fracción del pan”, decimos que el pan realmente se convierte en el Cuerpo del Señor y el vino en la Sangre del Señor. En este sentido, los católicos, los ortodoxos, los anglicanos y una buena cantidad de Iglesias evangélicas concuerdan con nosotros.

A pesar de esto, este dogma fue el primer gran conflicto entre Iglesias evangélicas, cuando Martín Lutero y Ulrico Zwinglio trataron de llegar a un acuerdo en el Coloquio de Marburgo en 1529, pero este encuentro fue todo un fracaso y terminaron irreconciliables

La confesión de Augsburgo (primera de las grandes confesiones protestantes (1530), actualmente la mayor parte de las Iglesias Ortodoxas Luteranas basan sus enseñanzas en ella) enseña:

En cuanto a la Santa Cena del Señor, enseñamos que el verdadero cuerpo y la verdadera sangre de Cristo están realmente presentes, distribuidas y recibidas en la Cena bajo las especies del pan y del vino. Rechazamos pues la doctrina contraria.” Confesión de Augsburgo, Artículo 10 La Santa Cena del Señor

Pero contrariamente la confesión de Westminster (la cual fue la confesión oficial de las Iglesias reformadas y por las que se rigen las Iglesias presbiterianas hoy día) enseña lo opuesto:

“Esa doctrina que sostiene un cambio de sustancia del pan y del vino a la sustancia del cuerpo y de la sangre de Cristo, (llamada comúnmente transubstanciación), por la consagración del sacerdote, o de algún otro modo, es repugnante no sólo a la Escritura sino también a la razón y al sentido común; echa abajo la naturaleza del sacramento; y ha sido y es la causa de muchísimas supersticiones, y además una crasa idolatría” Confesión de Westminster, Capítulo 29.VI. De la cena del Señor

Lo que para los Luteranos es una verdad absoluta de fe, para los presbiterianos  es una doctrina repugnante a la Escritura y la razón. ¿Será que están unidos en una misma mentalidad y juicio?

La Salvación

No ha habido tema más controvertido que este. Todo empezó cuando Martín Lutero se separo de la Iglesia bajo la bandera de las tres solas “Sola Fe”, “Sola Gracia” y “Sola Biblia”. En cuanto a la doctrina de la sola fe predicaba que el hombre se salva por fe  “solamente”, las obras no eran necesarias para salvarse. Lutero predicaba que la salvación no se “ganaba” sino que se “regalaba” porque era “gracia”. La Iglesia Católica nunca negó que la salvación era gracia, pero afirmaba que  luego de ser justificado por la fe las obras colaboraban con la fe para llevarla a su perfección.

“¿Ves cómo la fe cooperaba con sus obras y, por las obras, la fe alcanzó su perfección?… Ya veis cómo el hombre es justificado por las obras y no por la fe solamente.” Santiago 2,22.24

A pesar de esto, la totalidad de Iglesia de la reforma proclamaron unánimemente la doctrina de la Sola Fe, afirmaban que la salvación no se podía perder. Pero la paz no duró mucho tiempo, pronto se levantaron detractores de estas doctrinas dentro de sus mismas Iglesias, que comenzaron a afirmar que sí era posible perder la salvación.  Aquel movimiento creció, tomó fuerza y hasta hoy continúa el debate entre Iglesias evangélicas.

En el siglo XVII por ejemplo, Jacobo Armiño predicó que la libre voluntad humana puede existir sin limitar el poder de Dios o contradecir la Biblia. Tras la muerte de Arminio, un grupo de ministros que simpatizaban con sus puntos de vista desarrollaron una teología sistemática y racional basada en sus enseñanzas. En su declaración, protesta publicada en 1610, los arminianos afirmaban que la elección estaba condicionada por la fe, que la gracia podía ser rechazada, que la obra de Cristo estaba pensada para todas las personas, y que era posible que los creyentes cayeran en desgracia.

En el Sínodo de Dort o Dordrecht (1618 -1619), los Sumos Calvinistas prevalecieron sobre el grupo de los arminianos y condenaron a los que estaban en desacuerdo con su teoría. El Sínodo de Dort declaró que la obra de Cristo estaba destinada sólo a aquellos elegidos para la salvación, que la gente que creía no podía perder la gracia. Los evangélicos armíñanos fueron entonces totalmente prohibidos en Holanda por el resto de evangélicos calvinistas hasta 1630, y desde entonces no sin reservas hasta 1795. Sin embargo, la tradición arminia se mantuvo en los Países Bajos a finales del siglo XX.

El teólogo británico John Wesley estudió y afirmó la obra de Arminio en su movimiento metodista durante el siglo XVIII en Inglaterra. Para el pueblo, el arminianismo se resume en la idea de que no existe la predestinación y que la gente es libre de seguir o rechazar el Evangelio.

Otras Iglesias evangélicas a diferencia de las anteriores, afirman que la salvación no se pierde, sino que “se rechaza”, lo cual, es en esencia, una forma elegante de dar el brazo a torcer, ya que en fin de cuentas, es lo mismo. Alguien que iba camino al cielo ayer, puede estar  rumbo al infierno hoy.

A partir de aquí las posiciones en este punto varían de Iglesia en Iglesia, no es raro escuchar comentarios como este por parte de pastores evangélicos:

“Algunos [refiriéndose a otros pastores evangélicos] enseñan que la salvación sí se pierde…Lo cierto es que tales afirmaciones contradicen la revelación total de la Biblia” Ministerios de Vida Eterna, La salvación es un proceso, por Jorge L.Trujillo

“En cierta ocasión mientras conversaba sobre este tema con una persona que tristemente pastorea una iglesia evangélica…me aseguró sin pensarlo mucho “la salvación es por fe y obras”, así de fácil.  Les digo que al oír estas palabras se me entristeció el alma, no podía creer lo que estaba escuchando, pero para esta persona fue más fácil añadir ‘obras’ a la salvación que abandonar su tradición.”  Ministerios de Vida Eterna, ¿Cómo se pierde la salvación?, por Jorge L.Trujillo

En la cita anterior el mismo Pastor nos referencia como él y otro pastor evangélico tienen posiciones “opuestas” en el tema de la salvación. Para cada uno resulta que el otro no ha entendido el mensaje del evangelio. Si no se han podido poner de acuerdo en algo tan fundamental para la fe, como es la forma en como una persona se salva, ¿Será que están unidos en una misma mentalidad y juicio?

El Bautismo

El bautismo es otro punto fundamental en que los hermanos separados están muy pero muy divididos. La confesión de Augsburgo enseña:

Enseñamos que el Bautismo es necesario para la salvación y que por el Bautismo se nos da la gracia divina. Enseñamos también que se deben Bautizar los niños y que por este Bautismo son ofrecidos a Dios y reciben la gracia de Dios. Es por esto que condenamos a los Anabaptistas que rechazan el Bautismo de los niños” Confesión de Augsburgo, Artículo 9 El  Bautismo

La confesión de Westminster enseña::

No sólo han de ser bautizados los que de hecho profesan fe en Cristo y obediencia a EL, sino también los niños hijos de uno o de ambos padres creyentes.” Confesión de Westminster, Capítulo 28.IV. El Bautismo.

No es necesaria la inmersión de la persona en el agua; sin embargo se administra correctamente el bautismo por la aspersión o efusión del agua sobre la persona.”  Confesión de Westminster, Capítulo 28.III. El Bautismo.

Muchas Iglesias evangélicas por el contrario predican que  los niños no deben ser bautizados porque no pueden “creer” ni “arrepentirse”, otras afirman que el bautismo por inmersión es el único válido y acusan a la Iglesia Católica de apóstata por tales prácticas, no percatándose que un buen porcentaje de otras Iglesias (como las que profesan las confesiones antes mencionadas y también evangélicas) no solo si bautizan niños y por aspersión, sino que les condenan por su actitud.

Hoy  las diferencias no paran allí, Iglesias evangélicas como “Solo Jesús” afirman que se debe bautizar solo en nombre de Jesús y no en nombre de la Trinidad. Otras “rebautizan” a los nuevos convertidos de otras Iglesias.

¿Es eso una fe fundada en Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, que la Palabra de Dios exige?

El pecado original

La doctrina del pecado original enseña que a partir del pecado cometido por Adán todos fuimos “constituidos pecadores”.

Así pues, como el delito de uno solo atrajo sobre todos los hombres la condenación, así también la obra de justicia de uno solo procura toda la justificación que da la vida. En efecto, así como por la desobediencia de un solo hombre, todos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno solo todos serán constituidos justos.” Romanos 5,18-19

Existen un conjunto de Iglesias evangélicas que comparten esta doctrina con la Iglesia Católica, la confesión de Augsburgo dice a este respecto:

Enseñamos que a consecuencia de la caída de Adán, todos los hombres nacidos de manera natural son concebidos y nacidos en el pecado. Esto es, sin temor de Dios, sin confianza en Dios y con la concupiscencia. Este pecado hereditario y esta corrupción innata y contagiosa es un pecado real que lleva a la condenación y a la cólera eterna de Dios a todos los que no son regenerados por el Bautismo y por el Espíritu Santo. Por consiguiente rechazamos a los Pelagianos y otros que han menospreciado los méritos de la pasión de Cristo haciendo buena la naturaleza humana por su propias fuerzas naturales y que sostienen que el pecado original no es un pecado.” Confesión de Augsburgo, Artículo 2. El pecado Original  

La confesión de Westminster dice otro tanto:

Nuestros primeros padres, seducidos por la sutileza y tentación de Satanás, pecaron al comer del fruto prohibido…Por este pecado cayeron de su rectitud original y perdieron la comunión con Dios, y por tanto quedaron muertos en el pecado, y totalmente corrompidos en todas las facultades y partes del alma y del cuerpo. Siendo ellos el tronco de la raza humana, la culpa de este pecado les fue imputada,  y la misma muerte en el pecado y la naturaleza corrompida se transmitieron a la posteridad que desciende de ellos según la generación ordinaria.  De esta corrupción original, por la cual estamos completamente impedidos, incapaces y opuestos a todo bieny enteramente inclinados a todo mal, proceden todas nuestras transgresiones actuales. Esta corrupción de naturaleza permanece durante esta vida en aquellos que son regenerados; y, aun cuando sea perdonada y amortiguada por medio de la fe en Cristo, sin embargo, ella, y todos los efectos de ella, son verdadera y propiamente pecado.”  Confesión de Westminster, Capítulo 6. La caída del hombre, el pecado y su castigo

El mismo reformador protestante Juan Calvino  en su Libro Institución escribe hablando del pecado original:

Por esta razón aquellos santos varones, especialmente san Agustín, se esforzaron cuanto pudieron para demostrar que nuestra corrupción no proviene e la fuerza de los malos ejemplos que en los demás hayamos podido ver, sino que salimos del mismo seno materno con la perversidad que tenemos, lo cual no se puede negar sin gran descaro” Juan Calvino, Institución Vol I

A pesar de esto, hoy día otras Iglesias evangélicas afirman que el pecado original “no aparece en la Biblia” y es un invento de los hombres.  ¿Será esta la unidad doctrinal en mentalidad de juicio?

Los sacramentos

Mientras unas Iglesias Evangélicas afirman que Cristo instituyó 3 sacramentos: (Los que se rigen por la confesión de Augsburgo), otras dicen que solo instituyo 2 (Los que se rigen por la confesión de Westminster), otros dicen que los sacramentos son un invento humano que no aparece en la Biblia.

El ecumenismo

La actitud de los hermanos separados con miembros de otras Iglesias también varía mucho de Iglesia en Iglesia, en mi caminar por ejemplo he hecho grandes amigos en otras Iglesias, ni yo he dudado de la sinceridad de su fe ni ellos de la mía, pero por el contrario, para otros por ser católico soy un “hijo de Satán” que obedece al Anticristo (El Papa) y soy miembro de la Gran Ramera de Babilonia (La Iglesia Católica)

Hace poco, cuando visitaba por casualidad el foro evangélico Ekklesia Viva, vi. Pasmado comentarios como

 “El Ecumenismo Bíblico que señala la Biblia, no es el Ecumenismo Católico Romano, ni el que muchos lideres Evangélicos y como bien dices querido hermano Carlos Calcina (Seudo evangélicos) nos quieren hacer creer que es. Ese ecumenismo tan ansiado por varios prominentes lideres cristianos como Billy Graham, Charles Colson, Bill Bright, Swindoll,y otros mas solo fortalecerá mas doctrinalmente y políticamente al Catolicismo Romano …haciendo que esta Babilonia de Apocalipsis 17 alcance su mayor poderío y autoridad espiritual (que es un autoridad falsa por supuesto, pero muchos evangélicos y seudo evangélicos creen que es bíblica y legitima) Parece increíble que lideres cristianos tan prominentes y reconocidos ahora digan que el evangelio católico es bíblico y que esta de acuerdo con la Biblia y el cristianismo evangélico, denotan una ignorancia tremenda, eso es un disparate.

Luis Palau un prominente líder evangélico también esta a favor del Ecumenismo con el Catolicismo Romano, que mal que lideres cristianos que conocen el evangelio bíblico que salva llamen a un evangelio falso como verdadero, .. Ni que decir de Seudo evangélicos como Paul Crouch, Benny Hinn, y otros que tienen Imperios Religiosos y que promulgan una Autoridad y Mercadería que es curioso pero se parece mucho al Vaticano, por algo dice la Biblia que como es la Madre es la Hija(Proverbios) Roma es Madre de las Rameras, y muchas Rameras son sus hijas, de las cuales muchas Iglesias Seudo evangélicas dan testimonio del cumplimiento de esta palabra y se identifican mas con el VATICANO que con el Cristianismo” Foro Ekklesia Viva, El Ecumenismo, por Edgar Treviño 

En este foro auspiciado por pastores evangélicos se ve que se llama  a reconocidos pastores del calibre de Billy Graham, Charles Colson, Luis Palau, etc, “seudo evangélicos” hijos de la ramera simplemente por reconocer que la doctrina católica tiene fundamento bíblico. A pesar de ser yo católico, cada vez que entro a este foro me da “pena ajena” de ver como se insultan unos a otros.

Conclusión

Estos son solo algunos cuantos puntos en cuando a dogmas fundamentales se refiere. Ni mencionar temas como el aborto, o la aceptación del matrimonio gay ya aprobado por no pocas iglesias evangélicas. Lo cierto es que sería imposible enumerar las diferencias doctrinales que existen entre las más de 34.000 denominaciones, ya lo decía Martín Lutero en el Siglo XVI:

“Este no escuchará del bautismo, aquél niega el sacramento, el otro pone un mundo de diferencia entre éste y el ultimo día: Algunos enseñan que Cristo no es Dios, otros enseñan esto y aquellos lo otro: existen tantas sectas y credos como hay cabezas. Ningún patán es tan rudo como cuando tiene sueños y fantasías, cree haber sido inspirado por el Espíritu Santo y ser un profeta.” – (De Wette III, 61. Citado en O’Hare, Los hechos de Lutero, 208.)

 “Si el mundo dura mucho tiempo, será necesario de nuevo, tomando en cuenta las diferentes interpretaciones de la Escritura que ahora existen, preservar le unidad de la fe que  recibimos de los Concilios y decretos [de la Iglesia Católica] y volar hacia ellos como refugio”. Martín Lutero (Carta a Zwinglio)

Pienso que es tiempo de dejar de señalar, hagamos primero un análisis sincero propio, antes de venir a acusar a una Iglesia hermana de “dividida”, sobre todo si los argumentos no están a su favor.

La intención de mi estudio no es ofender a nadie, es simplemente hacer un llamado a la reflexión. La Palabra de Dios nos exige la unidad, pero esta unidad no puede darse con cada quien queriendo imponer su interpretación privada de la Biblia, cada quien sintiéndose llamado a “fundar la Iglesia verdadera” sino reconociendo que la división es prueba evidente de que ha habido una desviación de la verdad. El Espíritu Santo simplemente no le puede decir una cosa a unos y otra a otros, uno por fuerza está equivocado. Recordemos que la Palabra enseña:

“Ellos os decían: «Al fin de los tiempos aparecerán hombres sarcásticos que vivirán según sus propias pasiones impías.» Estos son los que crean divisiones, viven una vida sólo natural sin tener el espíritu.” Judas 18-19

“hasta que lleguemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto, a la madurez de la plenitud de Cristo. Para que no seamos ya niños, llevados a la deriva y zarandeados por cualquier viento de doctrina, a merced de la malicia humana y de la astucia que conduce engañosamente al error,” Efesios 4,13-14

Oremos hermanos para que esta división llegue a su fin y podamos pronto ver que llegue el día en que seamos uno como Cristo y el Padre son uno, y así sea:

 UN SOLO REBAÑO…. 

…Y UN SOLO PASTOR.

Autor: José Miguel Arráiz

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