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La asunción de María

Inmaculada 3

Es un dogma que se formula así: “La Inmaculada Madre de Dios y siempre Virgen María, terminado el curso de su vida terrenal, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del cielo.” (Constitución Munificentisimus Deus)

La Asunción no está en la Biblia en forma expresa, pero sí se concluye de la Biblia en forma necesaria. Recordemos que la Biblia debe leerse como un todo (2 Tm 3, 16-17), o de lo contrario terminaremos haciendo decir a la Biblia lo que no dice. Por eso hay que seguir la guía que nos proporciona la Iglesia (2 Pe 1, 20-21; 1 Tm 3,15) , la cual recibió de Cristo la gracia de enseñar con autoridad (“Quien les escucha a ustedes, me escucha a mí; quien les rechaza a ustedes, me rechaza a mí; y el que me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado“, Lc 10, 16).

Primero entendamos que “asunción” no es lo mismo que “ascensión”. La “ascensión” es el hecho de ascender a los cielos por sí mismo como Jesús (Lc 1, 3-11). “Asunción” es ser llevado a los cielos por Dios mismo o por los ángeles.

1. ¿Es bíblica la Asunción de las personas?

Las personas pueden ser asuntas a los cielos como María. Fue antes el caso de Enoc (Gn 5, 24) o de Elías (2 Re 2, 11-12).

Alguien dirá que con Jesús se abren las puertas del cielo, porque todos debieron esperar su llegada, pero olvida que los designios de Dios no están al alcance de los hombres (Sb 17, 1; Rm 11, 33). Ya lo dice la Biblia:

“Yavé hizo subir a Elías al cielo en un torbellino…” (2 Re 2, 1)

2. ¿Porqué fueron llevadas las personas al cielo?

Por la fe y por haber agradado a Dios toda la vida (“Enoc anduvo con Dios….” dice Gn 5, 22). Dice San Pablo para que entendamos el caso de Enoc:

“Por su fe también Henoc fue trasladado al cielo en vez de morir, y los hombres no volvieron a verlo, porque Dios se lo había llevado. Antes de que fuera arrebatado al cielo, se nos dice que había agradado a Dios; pero sin la fe es imposible agradarle, pues nadie se acerca a Dios si antes no cree que existe y que recompensa a los que lo buscan.” (Hb 11, 5-6)

¿Fue ese el caso de María? Lo fue y en mayor grado.

3. Nadie como Maria en materia de fe y agrado a Dios

“Llena de Gracia” le dice el ángel Gabriel (Lc 1, 28), quien también le dice que Dios está con ella (la maravillosa frase de Lc 1, 28 es “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.”); Enoc anduvo con Dios, pero Dios estaba con María. El mismo Dios, por su mensajero, la declara llena de gracia en una forma permanente pues ha encontrado el favor de Dios (Lc 1, 30) y María acata en forma totalmente incondicional la voluntad del Altísimo (Lc 1, 38). Es tal el estado de María, que –antes de la pasión de Jesucristo- puede declarar que Dios la ha salvado y todas las generaciones la llamarán bienaventurada (Lc 1, 48). Siendo así, es un caso como el de Enoc en grado máximo, pues mereció ser la Madre de Nuestro Señor (“…has encontrado el favor de Dios” dice el ángel).

Tenemos claro entonces que María agrada a Dios y es modelo de Fe, en tan esplendoroso sentido que ya es salva desde antes de la pasión de Nuestro Señor.

4. En María se da el cumplimiento de las promesas del Señor

Decía Jesús a los saduceos:

“Pues cuando resuciten de la muerte, ya no se casarán hombres y mujeres, sino que serán en el cielo como los ángeles.” (Mc 12, 25)

Dice San Pablo:

“ Pero para nosotros hay un solo Dios, el Padre: todo viene de él y nosotros vamos hacia él.” (1 Co 8, 6)

Y en otra parte:

“ Nosotros tenemos nuestra patria en el cielo, y de allí esperamos al Salvador que tanto anhelamos, Cristo Jesús, el Señor.” (Fil 3, 20)

Esa es una promesa. Cuando María visita a su prima Santa Isabel, esta –llena del Espíritu Santo- declara “¡Dichosa tú por haber creído que se cumplirían las promesas del Señor!” (Lc 1, 45).

A los apóstoles, Jesús les recuerda que les prepara una morada en la casa del Padre:

“No se turben; crean en Dios y crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones. De no ser así, no les habría dicho que voy a prepararles un lugar. Y después de ir y prepararles un lugar, volveré para tomarlos conmigo, para que donde yo esté, estén también ustedes. Para ir a donde yo voy, ustedes ya conocen el camino.” (Jn 14, 1-4)

Tenemos entonces frente a nosotros la promesa de la Resurrección. Ya Dios había salvado a María, no quedaba sino que al final de su vida resucitara inmediatamente. “La Asunción de la Santísima Virgen constituye una participación singular en la Resurrección de su Hijo y una anticipación de la resurrección de los demás cristianos” (Catecismo, n. 966).

María nos precedió en el cielo y nos precederá siempre, como madre del rey que se sienta al lado del trono (Sal 45(44), 7-10).

Así las cosas, el dogma de la Asunción de María es plenamente bíblico.

5. María es la Nueva Arca de la Alianza, la cual debía subir al cielo

El Señor debía entrar en el reposo, y con El el arca:

“¡Levántate, Señor, y ven a tu reposo, tú y el Arca de tu fuerza!” (Sal 132, 8)

Que María es la Nueva Arca se sigue de Apocalipsis 11, 19 y el texto subsiguiente. Dice San Juan que se abrió el Santuario de Dios en los cielos y vio el Arca de la Alianza. ¿Y qué es lo que ve exactamente San Juan? La mujer vestida de sol, María.

“Apareció en el cielo una señal grandiosa: una mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza. ” (Ap 12, 1)

Juan ve a María en el cielo. ¿Cómo nos dice la Biblia que ella es la nueva arca de la alianza? Fíjate en lo que dice David cuando supo que el Arca iba camino de su casa:

“Ese día sintió David un verdadero temor por Yavé y se dijo: “¿Y el Arca de Yavé va a entrar en mi casa?”” (2 Sam 6, 9)

Cuando María va a visitar a Isabel, esta -llena del Espíritu Santo- pregunta en voz alta:

“Cómo he merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor?” (Lc 1. 43)

Lo mismo que David salta de alegría frente al Arca (2 Sam 6, 14), Juan el Bautista lo hizo en el vientre de su madre cuando llegó María (Lc 1, 44). El Arca, luego del episodio de David, permaneció tres meses en el lugar (2 Sam 6, 11), el mismo tiempo que María permaneció en casa de Isabel (Lc 1, 56).

6.¿Cómo sabemos que efectivamente María fue asunta a los cielos?

Por la tradición de la Iglesia desde los principios del cristianismo. Las tradiciones de la Iglesia se verifican contra la Sagrada Escritura, y en este caso de la Asunción ya sabemos que es consecuencia necesaria de la Biblia.

Que las tradiciones de la Iglesia deben atenderse, es mandato bíblico:

“Por lo tanto, hermanos, manténganse firmes y guarden fielmente las tradiciones que les enseñamos de palabra o por carta.” (2 Tes 2, 15)

“Les alabo porque me son fieles en todo y conservan las tradiciones tal como yo se las he transmitido” (1 Co 11, 2; ver además Hch 28, 17)

Eso por supuesto contradice la típica tesis de los hermanos separados de que la Biblia es la única fuente en los temas de Dios, tesis que no tiene fundamento bíblico alguno, mientras que como vimos la sagrada tradición sí .

Fuente: Buscadores del Reino

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Significado del nombre de María

Significado del nombre de María

En el idioma popular significa: “La Iluminadora”. (S. Jeronimo M 1.23.780). En el idioma arameo significa: “Señora” o “Princesa” (Bover). El significado científico de María en el idioma hebreo es: “Hermosa” (Banderhewer).